✧ e m o t i o n a l ; [ᵈʳᵃʳʳʸ/ʰᵃʳᶜᵒ]

「 16 」

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Las chicas charlaban alegres, los habían seguido a las cocinas pero solo tomaron unas cuantas cosas y salieron. Pansy le guiñó un ojo y Draco la fulminó con la mirada.

Hermione pareció susurrarle algo a Harry y este solo actuó normal.

Todos son unos traidores ahora.

—Las chicas fueron amables al dejar todo listo— Harry lo miró esperando una respuesta y Draco suspiró aburrido.

—Como sea, solo me llevaré algo también y ya.

—¿En serio?

—Sí, idiota.— Draco se acercó listo para agarrar uno de los emparedados del centro de la mesa pero este empezó a levitar —No me hace gracia.

—¿Por qué? Pensé que sería divertido.— Harry pareció meditar su respuesta —¡Algo así como Quidditch en la cocina!

—Eres un imbécil.

A Harry parecía no importarle el que su compañero le viera de ese modo tan molesto o que le haya insultado o que se mostrara arisco a tratar de conversar con él en específico.

Mas por dentro no sabía que hacer, su subconsciente le estaba gritando y gritando y su razón opinaba que esa "broma" se convertía en una razón más del porqué nunca podría salir con el rubio. De un momento a otro, la razón y su subconsciencia empezaron una batalla campal (probablemente por la misma causa) que permitió a Harry ponerse en alerta cuando notó su situación.

Draco le estaba apuntando, de nuevo con su varita, justo en la cara, y se hubiera reído por el hecho de que el plato con emparedados ahora estaba sobre su cabeza, pero su postura daba a entender que iba a (seguramente) volver a lanzarle un depulso.

El moreno estaba de acuerdo en que no quería otro chinchón.

—Esto se está haciendo una muy bonita costumbre entre nosotros ¿Sabes?

Draco murmuró alguna incoherencia pero el agarre no cedió. Harry suspiró y se acercó.

—Están sobre tu cabeza desde hace un buen rato.

—Ahora presumes.

—¿Qué?

—Que esté un poco más bajo que tú no tiene porqué...

«Oh...» su mente comprendió, ignorando el parloteo. Potter se dio cuenta de que había alcanzado el plato muy fácilmente (sí, se lo debía también a haber hecho magia sin varita, pero bueno).

—Son solo unas pulgadas.

—Como sea.— finalmente Draco le estaba dirigiendo la mirada sin querer asesinarle —¿Cuál es tu plan con todo esto, Potter?

Olvidenlo.

—¿Plan? ¿Qué clase de plan puedo hacer con solo hablarte?

—¡¿Pero por qué?! ¡Si yo te odio y tú me odias!

Harry se rascó la nuca algo avergonzado.

—Pues, la verdad, es que...— murmura alguna incoherencia también —Digamos que nunca te odié, al menos no de esa forma, solo, bueno, eres alguien molesto y todo pero estoy dispuesto a intentar que nos llevemos bien.

—Rechazaste mi amistad.

—¡Estabas siendo un idiota en ese instante! Y lo sabes— señaló —No estoy mintiendo ni nada, en verdad quiero iniciar de cero contigo, ¿Qué opinas?— preguntó extendiendo su mano.

Esta vez fue Draco el que se acercó, y Harry no pudo regocijarse en su dicha cuando le aceptó el apretón, porque al instante el rubio le arrebató toda la comida y le pateó en la espinilla antes de emprender otra huida.

«Algo es algo» pensó adolorido.