✧ e m o t i o n a l ; [ᵈʳᵃʳʳʸ/ʰᵃʳᶜᵒ]

「 20 」

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—¡Achoo!

Draco volteó y vio a Harry sobarse la nariz con fuerza por segunda vez en la tarde.

Cuando menos se habían dado cuenta, el fin de semana había llegado, sus amigos estuvieron de acuerdo en acompañarlos a Hogsmeade pero ni bien tuvieron oportunidad cada dúo se fue por su lado.

Blaise y Ron estarían probablemente en "Las tres escobas", Hermione y Pansy en "Honeydukes" y ellos (a petición suya) se encontraban en "La casa de las plumas".

Potter andaba distraído, no estaba con él dentro de la tienda, sino parado afuera como un extraño guardia, a forma de disculpa por romper una de sus plumas se ofreció a pagar cualquier cosa que el rubio comprara. No era como si le faltase dinero pero agradecía el gesto.

Aún así, no podía evitar mirarlo de vez en cuando, tenía la cara roja y esa bufanda vieja que llevaba sobre el cuello parecía dar todo menos cobijo.

Draco suspiró y pagó, saliendo del lugar. Se quedó al lado del moreno, quien parecía haberse quedado dormido con el cuerpo reclinado sobre la pared.

—Potter.

—¡Dime!— gritó y ambos dieron un pequeño brinco —¡Lo siento! Estoy algo cansado, ¿Encontraste lo que necesitabas?

Malfoy asintió y Harry sonrió con gusto mientras continuaban con su recorrido.

—¿De casualidad no tienes hambre? Sería genial ir a comer algo. Además...

Otro estornudo le impidió terminar su propuesta. Draco se detuvo y empezó a buscar entre sus cosas. Harry también detuvo su andar y se paró frente a él algo preocupado.

—¿Olvidamos algo?— si iba a preguntar algo más, esta vez la sorpresa se lo impidió, el frío del lugar golpeándolo con más fuerza cuando le quitaron su vieja bufanda —¡Malfoy!

Este lo ignoró antes de enrollar una nueva y mucho más grande alrededor de su cuello.

—No creo que te importe que tenga los colores de mi casa y no queremos que "el elegido" se enferme ¿Verdad?— preguntó con un tono tranquilo, sus manos acomodando lo mejor que podía la prenda, a final terminó cubriendo la mitad del rostro del moreno, mas a este no pareció importarle —Tambien creo que sería genial ir a comer algo.

Así ambos siguieron caminando. Hombros chocando, hasta que Draco notó sus manos entrelazadas.

De algún modo eso se sentía correcto. Harry se veía contento. Y su alegría era contagiosa.

Hermione tenía la cara más graciosa que Pansy pudo haber visto jamás.

Las bolsas que llevaba no eran muchas pero se notaban pesadas, comprar dulces de vez en cuando nunca estuvo en sus planes. Pero si ambas iban a reunirse más seguido con los chicos entonces no tendría nada de malo prevenir.

—Esos son bastantes dulces...

Pansy sonrió y le extendió una bolsa para que le ayudara.

—Weasley aparenta solo vivir para comer, lo creas o no, Blaise es casi igual.

Hermione sonrió también.

—Ellas han comprado demasiadas cosas.

Ron dejó a un lado su bebida y miró a través de la ventana.

—Vimos a Harry y a Malfoy pasar hace un rato también.— respondió y continuó bebiendo, tratando de ignorar el hambre.

—¿Crees que sea buena idea reunirnos y comer algo antes de regresar?

Ron miró a su compañero, esa sonrisa de burla en su rostro.

—Creo que te leí la mente— dijo al escuchar el estómago del pelirrojo rugir.

—¡No! ¡No lo hiciste!— exclamó avergonzado, golpeando en el hombro al otro quien sólo se reía.