CAPÍTULO 28

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Dejó de respirar,esto no lo esperaba. Todos tenemos la mirada fija en Damièn quien está mirando a Ángela con enojo poco disimulado y tengo miedo de su reacción.

Los que creí que sería una hermosa cena para celebrar se arruinó. Debi suponer que Ángela vendría, si algo tiene mi madre es que en reuniones familiares quiere a todos juntos incluida yo más para su diversión. El ambiente se volvió incómodo y cuando intenté soltar a Damièn él entrelazó nuestras manos con más fuerza y sin hacerme daño de un solo movimiento estaba detrás de mí con sus brazos rodeando protectoramente mí vientre.

- Cuñada, creí que eras lo suficientemente inteligente como para comprender que lo que Camila tiene no es hereditario. - Comentó Damièn de manera sería,no podía verlo pero su tono era completamente irreconocible. - Pero para sacarte de tu ignorancia te diré algo. Si nuestro hijo naciera con alguna enfermedad,no nos importaría en lo absoluto nostros amamos tanto a nuestro bebé que simplemente buscaríamos la manera de mejorar su calidad de vida y de no poder hacer nada igual lo amaremos porque es nuestro hijo, si con esto quieres saber si yo abandonaría a Camila, mi respuesta es no. Yo no seré un padre irresponsable que huirá cuando un problema se ponga mal. Cómo tampoco Camila le pedirá a alguien más cuidar de nuestro hijo por el simple hecho de no poder con la responsabilidad. - Aclara y por la incomodidad en la mirada de mi hermana y cuñado supe que lo dijo con la intención de recordarles lo irresponsables que se comportaron con Andrea. - Miré a todos con mucha
atención y nadie decía nada pero al mirar a Fabiola quise golpearla ya que parecía no soportar contener la risa por la cara de Ángela. Intenté reprenderla con la mirada pero al darse cuenta solo se concentró en acariciar su vientre y evitar mí mirada.

- Bueno, después de aclarar la duda de mí cuñada me gustaría que pasarán al comedor la cena está lista. - Decía Damièn señalando el camino al comedor todos se pusieron en pié comenzando a caminar silenciosamente incluyendo a mi familia, no sin antes de obtener una mirada furiosa de parte de mi madre. Intenté seguirlos pero Damièn lo impidió evitando que saliera de sus brazos.

- ¿Estás bien?- cuestionó muy cerca de mi oído. Asentí como respuesta las ganas de llorar me estaban invadiendo y sabía que era por lo dicho por Ángela. Sentí como delicadamente Damien giraba mí cuerpo para poder mirarme a los ojos.

- No podía permitir que tu hermana se saliera con la suya ella, tiene que aprender a respetar nuestra familia y sobretodo a nuestro hijo y no quiero que te hagas ideas en la cabeza,nuestro hijo estará bien. Estoy seguro que en cuento tengamos cita médica lo hablaremos con la doctora y verás que ella te dirá que no tienes nada por lo cual preocuparte.¿Me crees verdad?. - Asentí dejando caer un par de lágrimas sin poder evitarlo,me sentía insegura de lo nuestro. Sí bien Damièn dejo claro que nunca me dejara,no es como si no fuera a pasar. - Damièn enseguida comenzó a limpiar mi rostro con pequeños besos hasta llegar a mis labios. - Te amo Camila,eso nunca lo dudes. - Dijo cerca de mis labios y sin poderme resistir profundise el beso intentando tranquilizar mis pensamientos erroneos porque era un hecho que Damièn hablaba con sinceridad. Debíamos reunirnos con todos y los dos éramos conscientes pero solo hasta que escuchamos que alguien aclara su garganta, nos separamos rápidamente tratando de regular nuestra respiraciones.

- Perdón cuñada, solo quería preguntarte si puedo pasar a cambiar a Sofía- susurra avergonzada Alicia mientras intenta no mirarnos a los ojos.

- No te preocupes, pueden usar la habitación de la derecha. - Respondo señalando el pasillo que dirige a las habitaciones. Sin decir nada más soltamos una pequeña risita de ver la reacción de mi cuñada - Debemos ir al comedor. - susurro cerca de sus labios, niega con la cabeza apretándome contra su cuerpo sin haceme daño. - Ahora no quiero ver a Ángela y mucho menos a tu madre su actitud me irrita. - Comenta Damièn con desprecio visible en su voz mientras comienza acariciar mi vientre de manera tierna. Lo observó un momento con atención pareciera que lo tranquiliza y por más que quiera pedirle que no se exprese así,no puedo hacerlo porque ellas lo han ganado.

ME SALVASTE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora