Hola chicas! Les quiero agradecer a todas por darle una oportunidad a esta historia, es la primera que escribo así que me gustaría que comentaran su opinión y si les gusta les agradecería un montón que votaran para saber que es así.
En multimedia Axel
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- ¿Quiénes son esos galanes? - Pregunto Emma con una sonrisa de loca enamorada.
Emma siempre ha sido una chica un poco loca, se volvió un poco más cuando termino su relación con Nick hace dos mese, le dolió mucho que la engañara con nuestra supuesta amiga. Desde entonces no ha salido con nadie.
Recuerdo su pregunta y decido contestar.
- El que tiene la camisa roja es Sebastián y el otro... - Dije levantando mis manos- No tengo idea de quién es - Por la expresión de su cara no parecía estar conforme.
- Bueno creo que lo tenemos que averiguar - Hablo abriendo la puerta del auto, yo al ver lo que tiene en mente, intento detenerla ya que sé, que no terminara bien.
- Emma deten...te - No me dejo terminar porque cerró la puerta del auto, inmediatamente me bajo para ir detrás de ella.
Ella es muy terca. Ellos al ver que Emma se acercaba, se sorprendieron y se miraron entre sí, pero, cuando Sebastián dirige su mirada a mí, su expresión cambia - Esto no terminara bien - Me dije a mi misma.
- Emma espera - Dije llegando a su lado, intentando ignorar la mirada no agradable de Sebastián. No puedo creer que Emma haga esto, no le da ni un poco de vergüenza.
- Buenos días - Dijimos Emma y yo al unisonó.
- Buenos días - Respondió el chico con una sonrisa.
- Creo que eran buenos, antes de que llegara cierta persona - Hablo Sebastián mirándome, y no tardo mucho para que la mirada de Emma y el chico que aun no conozco se concentraran en mi.
- Primer día y una indirecta esto no va bien, pero mejorara - Me dije a mi misma para calmarme, ya que estaba comenzando a enfadarme, y, creo que le hace falta conocerme molesta - A quien engañas Emily, esto ira de mala en peor así que defiéndete.
- Pues, yo creo que eran muchísimo mejor antes que llegaras al mundo - Hable de una manera burlona, y las risas por parte de Emma y el chico no tardaron en llegar, así que también comencé a reírme, cuando él iba a responderme el chico hablo.
- Bro cálmate. Escucha no se qué problemas tengas con esta chica, pero tu comenzaste y no estás siendo nada caballero - Dijo el chico, creo que me agrada. Emma y yo nos miramos, ella tenía una sonrisa la cual conozco muy bien - Lo siento no me he presentado mucho gusto, yo soy Axel amigo de este gruñón - Hablo dándole un leve golpe en el hombro a Sebastián, el solo rodó los ojos .Axel extendió su mano y Emma no dudo ni un segundo en tomarla.
- Emma - Lo sabía, esa sonrisa de coqueta, estoy segura que Axel le llama la atención a mi amiga. A cualquier chica le llamaría la atención, ya que es un chico alto, de cabello castaños y ojos claros, muy lindo. A demás parece que Axel no es como Sebastián de imbécil.
Ambos me sacaron de mis pensamientos al soltarse las manos, ya que esta vez me extendió su mano a mí.
- Mucho gusto Emily - Dije con una sonrisa sincera.
- Axel ya vámonos, no me gusta estar en presencia de niñas malcriadas - Dijo mientras se acercaba a mí, quedando a una distancia muy corta, ya que sentía muy cerca su respiración.
Esta vez si me moleste, ya no lo aguanto, no quiero que piense que soy una tonta que no se sabe defender.
- Escucha imbécil, mas te vale que me respetes, porque créeme, ya agotaste mi paciencia, y se me puede olvidar que eres hijo de mis jefes - Hable enfadada, y el soltó una risita.
- ¿Que me vas a hacer? ¿Me vas a pegar? Pues aquí estoy - Dijo dándose palmaditas en el cachete para que le pegara.
-Sebastián, tranquilo, mejor vámonos - Dijo Axel intentando calmarlo.
-Emily, no le puedes pegar, es el hijo de tus jefes -Me susurro Emma para que me calmara.
Pero ya estoy cansada que se meta conmigo, así que le tengo que enseñar a respetarme, cuando estaba a punto de darle una cachetada que se iba a acordar por el resto de su vida, alguien habla.
- Sebastián ya deja de molestar a la chica o le diré a papa - Hablo, y todos volteamos hacia la voz.
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De TodoAntes mi vida era como la de cualquier adolescente de 17 años, iba al instituto, tenía buenas notas, de vez en cuando a fiestas, de compras con mis amigas, y tenía un novio. Mis padres prácticamente no estaban en casa, gracias a sus trabajos, y por...