Capitulo 18

1K 60 8
                                    

Escuchar a Sebastián decir eso hizo que mi corazón latiera mas rápido de lo normal.

Debe ser por la fiebre que lo dijo

Me digo a mi misma para dejar de hacerme falsas ilusiones.

Carla volvió con el agua y yo seguía colocándoles los pañuelos, cuando por fin logro bajarle la fiebre mi angustia se alivia, lo veo dormir tan plácidamente que me da ternura. Luego de unos minutos, Carla me dice que me quede con él, mientras ella termina de hacer la comida, yo acepto y ella se va pero no sin antes depositar un tierno beso sobre la frente de Sebastián, la verdad es que se nota que le tiene mucho cariño.

Obvio iba aceptar quedarme con él, no solo porque él me lo pidió, tampoco lo quiero dejar solo en estos momentos.

Tomo asiento al lado de él, miro detalladamente como duerme con una tranquilidad, su frente está cubierta por varias gotas de sudor, su cabello un poco despeinado y cubriendo un poco su rostro, sus lindos labios tan perfectos como siempre. Tomo un mechón de su cabello y lo quito de su rostro para poder detallarlo mejor, y luego giro mi mirada hacia la puerta por un instante para pensar un poco.

- Me distes un gran susto, no sé cómo te metiste en mi cabeza - Digo volviéndome a girar hacia él, para poder acariciar su cabello - Llegaste a mi vida de una manera que no fue muy agradable, pero, poco a poco fuiste quitando esos malos entendidos que hubieron entre nosotros, te metiste en mi mente y en mi corazón, pero sabes, tengo miedo, miedo a enamorarme y que me lastimen nuevamente - Termino de hablar y siento una lagrima rodando por mi pómulo.

Yo solo deposito un beso en su mejilla, el se mueve para acomodarse y yo sonrió como una tonta.

Soy tan obvia

No puedo seguirme engañando a mí misma, aunque me duela aceptarlo me enamore nuevamente cuando me prometí no volverlo hacer.

Lucas, tu eres el culpable de todo esto, después de que me dejaste cuando más te necesite. No solo me hiciste daño dejándome sola, también me rompiste el corazón y junto con él la ilusión de volver a creer en el amor.

Pero a pesar de todo el daño que me hiciste, me regalaste lo más lindo que le pueden dar a una mujer en la vida. En mis planes no estaba ser madre, pero ella no tiene la culpa, además, desde el primer momento que la vi sentí algo dentro de mí, por primera vez sentí una extraña sensación que no puedo explicar con palabras, sin duda alguna fue algo hermoso, no puedo creer como alguien te puede devolver las ganas de vivir y darte ese rayito de luz que tanto hace falta, en tan solo unos segundos.

La vedad, no sé qué hacer con esto que estoy sintiendo, no quiero volver a enamorarme como una tonta y salir nuevamente herida, pero tampoco puedo seguir ocultando mis sentimientos.

- No sé que voy a hacer - Digo poniendo mis manos en mi cara y bufo frustrada.

- Hablando sola - Pregunta una voz muy cerca de mí y siento algo moverse a mi lado.

Volteo a ver, y es Sebastián que tiene su cabeza sobre su brazo y esta mirándome con esos ojos verdes que me ponen tan nerviosa.

- ¡Despertaste! ¿Como te sientes? - Pregunte con una sonrisa, se puede notar mi alegría.

El se movió para acomodarse mejor, y me dedica una sonrisa la cuan no dudo en corresponder.

- Mejor, solo que... - Dice y yo solo rio por la expresión en su cara cuando ve su ropa - Creo que debería tomar una ducha - Hablo sentándose en la cama.

- Tenias mucha fiebre y por eso estas así - Le aclare acomodando mi cabello, hago eso cuando estoy nerviosa.

- Si lo sé - Dijo mirando a otro lado - Tengo tanta hambre, que creo me comería un elefante y no quedaría satisfecho - Hablo esta vez mirándome a los ojos.

Seguir AdelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora