Capitulo 13

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- Emily - Dice mi abuela sacándome de mis pensamientos, así que deje de mirar a Sebastián para mirarla a ella - Buscare el resultado de los estudios que le practicaron a Luz para descartar todo, y nos podremos ir - Asiento a lo que ella me dice, y fue en busca de doctor para buscar el resultado de los estudios.

Es mejor que le hagan todos los estudios que sean necesarios para estar segura de que mi hija está bien, miro a Sebastián y decido ir con él para agradecerle y decirle que si quiere ya puede regresar a su casa, ya que no quiero abusar.

- Sebastián gracias por traerme, de verdad me ayudaste mucho y no te imaginas como te lo agradezco - Hable sincera.

El me ayudo a estar con mi hija cuando me necesitaba, y de verdad se lo agradezco ya que ella es una de las personas más importante en mi vida.

- Tranquila no fue nada, lo importante es que ya estas con tu hija - Dijo mirando a Luz que aun la tengo en brazos.

- ¿Te gustan los niños? - Pregunte curiosa ya que esta mirando a Luz con ternura, y el asintió con una sonrisa - Bueno Sebastián ella es Luz mi hija, Luz el es Sebastián - Dije y Luz empezó a reír, nosotros solo la miramos con una sonrisa.

- Estas loca ¿lo sabías? – Hablo y yo reí.

- Tal vez un poco, todos tenemos un poquito de locura y sabes que es verdad, aunque tú ya exageraste – Dije y el negó para luego reír.

- ¿La puedo cargar? - Pregunto y yo asentí, así que la tomo en brazos y Luz no paraba de reír.

Me sorprende lo cambiando que esta Sebastián conmigo, después de que ni siquiera nos podíamos ver porque empezábamos a pelear como perros y gatos, aunque me pregunto que lo habrá hecho cambiar de opinión. Dejo de pensar en el pasado y trato de concentrarme en el presente, así que miro a Sebastián que estaba con Luz en brazos y muy contentos por cierto.

- Parece que le agradas - Dije ya que Luz estaba muy contenta con él.

- Es que las bellezas se entienden - Hablo y yo rodé los ojos y comencé a reír por su comentario - Es cierto es que yo, tengo un fisicaso que impresiona - Hablo haciendo una pequeña pausa, y dándose un leve puño es su rostro.

- ¿Fisicaso? ¿Esa palabra existe en el diccionario? - Pregunte con el ceño fruncido.

- No, solo existe en el mío, es como algo mío nada mas - Respondió y yo comencé a reír.

- O sea que existen más palabras de estilo Sebastián - Dije en un tono gracioso.

- Hay cosas de mi que aun no conoces - Hablo mirándome con una sonrisa - Pero que te mueres por conocer - A completo y yo rodé los ojos para ignorar esa última frase que dijo.

- Si me doy cuenta, te quiero agradecer nuevamente por traerme, y si quieres ya puedes regresar a tu casa ya me has ayudado mucho y no quiero abusar - Dije y él me miro con el ceño fruncido.

- ¿Me estas corriendo? - Pregunto serio.

- Claro que no, no me malinterpretes, es solo que ya has hecho mucho por mi y no quiero abusar de tu generosidad - Hable sincera.

- Tranquila yo las espero, y así de una vez las llevo a su casa ¿Te parece? - Propuso.

Recordé lo que me dijo Abby sobre su hermano, "Que es muy terco" así que decido seguirle la corriente ya que eso es lo mejor.

- Esta bien, pero si te quieres ir recuerda que no hay problema - Hable y el asintió, y seguimos esperando a mi abuela.

Mientras esperamos Sebastián seguía jugando con Luz y haciéndola reír, al parecer ambos se agradan mucho, y no es por el Fisicaso. Un instante después yo también decido unirme a sus juegos, y empezamos a jugar con nuestras manos. Noto que la gente se nos queda viendo como si fuéramos una familia feliz y lo que no se imaginan es que él, no es el padre de mi hija.

Pensándolo bien va a llegar el momento en que Luz va a crecer, y no quiero ni imaginar cuando me pregunte por su padre, no voy a saber que decirle, no quiero que sufra al enterarse que su padre la rechazo sin ni siquiera conocerla, pero tampoco quiero mentirle.

- Emily ya están listo todo los estudios, salieron perfecto Luz no tiene nada - Hablo mi abuela feliz y sacándome de mis pensamientos.

- ¿Enserio? eso me pone muy contenta, pero no entiendo ¿Porque la fiebre? - Pregunte, ya que no entendía porque mi hija se puso mal, si no tiene nada.

- El doctor dijo que podía ser el inicio de una infección, por eso le receto estos medicamento - Respondió entregándome unos papeles que contenía los medicamentos y las indicaciones del doctor – Lo bueno es que Luz no tiene nada malo – A completo y yo asentí.

- Entonces voy por los medicamentos a la farmacia - Dije para girarme pero mi abuela me volvió a hablar.

- Emily ¿Quién es ese chico tan guapo que tiene a Luz? - Pregunto mi abuela y sé muy bien con que intenciones.

- Es Sebastián el hijo de mis jefes, me trajo en su auto y la verdad es que se porto muy conmigo esta vez - Respondí como si nada y mi abuela puso los ojos como plato.

- No era que se llevaban mal - Volvió a hablar.

- Si pero ya nos llevamos bien, ven que te lo voy a presentar - Hable y ella asintió, pero sé que aun seguía con la curiosidad - Sebastián ella es mi abuela Nancy, abuela el es Sebastián el hijo de mis jefes -Dije presentándolos y ambos se dieron la mano, luego se sentaron a platicar y me ignoraron por completo.

Un instante después decido interrumpir su linda conversación para decirles que ya nos teníamos que ir, ellos asienten y salimos del hospital, al llegar al lugar donde está aparcado el auto de Sebastián, mi abuela se sienta en el lugar del copiloto y yo en el asiento de atrás con Luz.

En el trayecto, Luz se quedo dormida por completo y mi abuela y Sebastián seguían platicando, al parecer ellos también se agradan mucho y tal parece que el se lleva muy bien con casi toda mi familia, solo falta Logan y entonces seré yo la única que al conocerlo lo quería matar. Aparcamos en una farmacia y mi abuela se bajo para comprar los medicamentos de Luz, no tardo mucho y volvió corriendo para subir al auto ya que estaba comenzando a llover.

El trayecto fue un poco largo, debido a que Sebastián tenía una velocidad adecuada por lo mojado que se encontraba la carretera.

Al llegar a la casa Luz ya se había levantado, la cubro bien con una manta y nos bajamos del auto todos para entrar a la casa. Mi abuela no dejo ir a Sebastián ya que estaba lloviendo mucho, así que se le ocurrió la gran idea de agradecerle a Sebastián lo que había hecho por nosotras invitándolo a cenar.

Si, ahora tengo una cena con el imbécil, que ya no es tan imbécil.

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