Picnic

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Bueno, nueva historia. Espero que les gusten y dejen muchos votos y comentarios <3<3

Alexa se removió en su cama del Instituto mientras tras sus ojos tenia una pesadilla relacionada con Magna y las compras.

Su móvil comenzó a sonar en su mesita de noche. Perezosamente alargo la mano y sin ver el número descolgó.

-¿Diga?

-¡Alexandra! ¡Ayúdame!

Era Magna. Su voz estaba muy agitada y aterrorizada, como si algo malo le estuviera pasando. El corazón de Alexa se aceleró y su sangre se helo en sus venas. Dio un salto en la cama.

-¡¿Dónde estas?!-Pregunto calzándose las botas y agarrando un par de cuchillos. No se cambio, salió del Instituto en pijama, con las botas de combate y los cuchillos serafines en las manos.

-En Central Park, ¡Por favor date prisa!-Dijo al borde de las lagrimas.

La conexión se rompió bruscamente, provocando que Alexa corriera más deprisa. Estaba aterrada, ni siquiera en la guerra habia tenido tanto miedo ¿Qué le pasaba a Magna? ¿Serian demonios? ¿Serian violadores? No. Tenia que ser algo peor, algo de lo que Magna no se podía defender.

Llego extasiada y nerviosa a Central Park. Busco a Magna por todo el lugar como alma que lleva el diablo. Sus ojos comenzaron a cristalizarse, hasta que vio una figura alta y estaba, envuelta de un vestido corto de color azul eléctrico que llevaba purpurina  en el escote en forma de corazón.

Se acercó a ella, con cautela escondiendo los cuchillos serafines a la espalda. No era la primera vez que un demonio adquiría la forma de uno de sus seres queridos para distraerle.

-Sé que me querrás matar por sacarte de la cama de esta manera, pero si te hubiera llamado a las tres de la madrugada para pedirte que vinieras a Central Park me hubieras mandado un poquito a tomar por saco, por eso todo este teatro.

-Ya, claro-Dijo desconfiada.

-Soy Magna, te lo juro.

-Pruébalo.

-Roncas incluso después de hacer el amor.

Alexa se sonrojo violentamente.

-Eres tú, y no ronco, solo respiro fuerte-Dijo bajando la mirada.- ¡¿Sabes el susto que me has dado?! ¡Pensé que algo te pasaba!

Magna abrazo a Alexa. La nefelim estaba en pijama, con el pelo enmarañado. Era divertido verla con un pijama compuesto por unos pantalones largos y anchos (que seguro eran de Jace)  una camiseta de tirantes negras que dejaban ver las runas que se dibujaban en su piel y las botas de combate.

-¿Para que querías que viniera?

-Para esto.

Magna chasqueo los dedos y de la nada, y apareció un blanco mantel en el suelo, con una cesta, una botella de cava y dos copas. Unas luces blanquecinas en el aire, iluminando el lugar.

-Querría hacer un picnic bajo las estrellas.

-Eso es muy cursi.

-No, es romántico.-Dijo arrastrándola hacia el mantel. La miro de arriba abajo y suspiro con exageración.- ¿Por qué no te has vestido?

-Por que cuando has llamado estaba dormida y no me iba a parrar a vestirme, creía que algo malo te pasaba.

-Eso es muy tierno.

Magna volvió a chasquear los dedos. El pijama de Alexa desapareció, y lucio un conjunto de unos tejanos negros  petillos y una blusa azul que combinaba con sus ojos.

-Mucho mejor…-Dijo Magna con una sonrisa satisfecha.

-Al final salir de la cama con el corazón en un puño, no me ha salido tan mal.-Dijo Alexa inclinados hacia delante atrapando los labios de su novia, con los suyos propios.

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