•• Capítulo 15 ••

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Ivar duerme sereno y en paz a mi lado, como si fuera que hace años que no duerme con esta tranquilidad. Su respiración suave contra mi piel, su varonil aroma natural en mi nariz sumado a la mano que me sujetaba con fuerza hacia confundirme aún más.

¿Qué mierda sucedió anoche?
¿Fui tan débil y sedi ante él?
¿Tan fácil?

Es que es tan lindo... Apesar de la resaca mis ojos no pueden dejar de admirarlo. Acaricio con cuidado su cabello largo, sin intenciones de despertarlo, ya que si me ve haciéndolo creerá que puede hacer conmigo lo que quiera. Y si, puede hacerlo, pero no quiero que lo sepa.

Cerré mis ojos y recordé la incómoda situación en la cual me encontraba. Lo mejor era irme ya de aquí, así que sin más, intento levantarme y tal cual la primera noche que pasamos juntos, años atrás en la cabaña de Floki, aquí mismo en Kattegat, Ivar ejerce fuerza sobre mi cintura, impidiendo que me mueva de su lado.

Suspiro con fuerza recordando que aquella vez lo creí dormido, pero no era así, obviamente hoy sería igual — Sé que estás despierto.

— Sé que estabas acariciándome —me retruca aún con sus ojos cerrados e inmóvil a mi lado.

— No, no lo hacía — miento con mala cara.

— Si, lo hacías — contesta con sus ojos cerrados. Yo lo observo pérdida en la belleza de su rostro. De repente, abre sus ojos dejándome admirar esos faroles azules, aquellos tanto amo — Extrañaba tus caricias...

Giró mi rostro evitando su mirada, y aún sin contestar intento levantarme nuevamente, pero, como la primera vez, Ivar vuelve a impedirlo.

— ¿No me darás un beso de buenos días?

— ¿Qué sucedió anoche? — le pregunto sin mirarlo.

Ivar se sienta en su lugar y me mira arqueando sus cejas levemente — ¿No recuerdas que sucedió anoche?

— Claro que sí — miento descaradamente —  Es que... Hay-hay partes que no recuerdo.

— ¿Si? — me pregunta Ivar elevando una ceja e intentando no sonreír — ¿Y qué es lo que recuerdas?

Comencé a basilar sobre lo que le contestaría, sabiendo que se daría cuenta cuando le estaba mintiendo — Bueno...lo que recuerdo es, es complicado.

— No recuerdas nada, Lena — me contesta sonriendo — Deberías dejar de beber tanto.

— No necesito tus consejos — me paro y comienzo a colocarme el calzado — Además, si hubiésemos tenido sexo, estaríamos desnudos.

Ivar asiente con su cabeza aún inmóvil sentado en la cama — Es verdad. Pero que no lo hallamos hecho, no quiere decir que no lo intentamos...

Me giró alarmada y lo miro confundida por sus palabras— ¿Qué quieres decir?

Las terminaciones de sus labios se elevan apenas hacia arriba y sé que intenta no sonreír al contestar — Fuiste tú quien comenzó a besarme. — esquive su mirada sintiendo como un calor intenso subía hasta mi rostro. ¿Como éste hombre aún puede hacerme sonrojar? — Estábamos por seguir, pero los barcos de Harald estaban arribando, y tú sabes que es mi aliado hace años, pero aún no me fío del todo de él. Necesitaba estar allí cuando llegase a Kattegat. De igual forma ...— con algo de dificultad me da la espalda y comienza a colocarse sus botas. Se para girándose, dejándome anonadada con su marcado cuerpo. Si estaba sonrojandome hace rato, ahora debo estar más roja que la sangre —...hoy volveremos a dormir juntos. Ésta vez me toca a mí buscarte, Lena.

Ivar sonríe de manera pícara, contagiandome inevitablemente de su sonrisa. Intentando ocultarla, me giró sobre mi misma y busco la piel de lobo blanca que anoche estaba cubriéndome.

En Vida Como En El Valhalla • (SEGUNDA TEMPORADA) [Ivar The Boneless] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora