En Vida Como En El Valhalla • (SEGUNDA TEMPORADA) [Ivar The Boneless] •

•• Capítulo 7 [PRIMERA PARTE] ••

¡Doble actualización!  ❤️

Caminé apresurada hasta el taller de carpintería que se encargaba de nuestras herramientas.

Al llegar, los tres hombres que se encontraban allí, se sorprendieron al verme entrar.
Soy Lena, la escudera hija de Viggo, y me veían con recurrencia allí, pero hoy en día, me veían como la Reina de Viken, y las cosas habían cambiado. Se levantaron de su lugar, en forma de referencia.

— No vuelvan a levantarse por mi, es estúpido. — le dije seria al llegar. Los tres volvieron a retomar su lugar, mirándome con curiosidad — Necesito su ayuda, y lo necesito lo más rápido posible.

— Usted nos dirá reina Lena, ¿Para que somos buenos?

Sonreí mientras acariciaba una de las banderas con mi insignia que colgaba en el taller.

— Un barco. Y lo necesito urgente.

Los tres asintieron con sus cabezas, y prontamente se pusieron en marcha para comenzar.

Al salir del taller, me topé con Ingrid, quien me había estado siguiendo.

— ¿Qué haces? — me pregunta con cara de pocos amigos.

— Tengo que hablar contigo — traté de sonar tierna al momento de hablarle, ya que sabía que se enojaría.

— No me digas que Ubbe te convenció de esa estupidez de volver a buscar al Deshuesado.

Ah, bueno...al menos ya lo sabe.

— Ingrid...quiero vengarme de Lagertha no solo por traicionarme a mi, sino por el daño que le hizo a Viken. Nos dejó desprotegidos: sin barcos, sin armas, sin riquezas... Es lo único que se me ocurre hacer.

Mi rubia amiga suspira con fuerza, como conteniéndose de no matarme en éste preciso momento— Lena, tú eres la reina, tú decides, ¿si? Pero quiero que sepas que no estoy para nada de acuerdo con que Ivar se vuelva a meter en nuestra vida, y obviamente no te acompañaré a Kattegat.

— No se meterá en nuestra vida, sólo haremos una alianza. — traté de sonar lo más segura posible, pero Ingrid me conoce demasiado como para simular que Ivar no me importa.

Se rió abiertamente, como si hubiese dicho lo más gracioso que haya escuchado — A mi no me puedes mentir, niña tonta. Además, sé que te mueres de ganas de ver a su nueva esposa. El problema será cuando ella los encuentre teniendo sexo como dos desesperados.

Abrí mi boca indignada por sus palabras — ¿Porque piensas que volveré con él? Es una estúpida alianza que nos conviene a los dos, Ingrid. No volveré a acostarme con Ivar.

— ¿Ah, no? ¿Estás segura?

— Pff... ¡Claro que estoy segura!

— Bien, entonces apostemos algo.

Trataba de usar exactamente el mismo tono seguro que ella usaba, pero en el fondo, ambas sabíamos que yo estaba mintiendo — Bien, lo que tú quieras.

— Si me doy cuenta que te revolcaste con Ivar otra vez...te tatuaras mi cara en tu trasero.

Mis ojos quedaron abiertos a más no poder. ¿Porque una apuesta así?
Ingrid era jodidamente impredecible cuando quería.

Ambas comenzamos a reír como niñas — ¡Claro que sí! Ahora debo irme... ¿Vendrás conmigo?

— ¡Claro que no!

Traté de huir de allí, mientras la sonora carcajada de mi amiga sonaba a mis espaldas.

Claro que no me acompañaría. Ivar se había ganado el odio de mis amigos, y con muy justa razón.