Troye regresó a Perth un día después. Regresó preocupado, porque Tyler se había comportado de verdad, y él está seguro, distante. Cuando salieron a diferentes lados de California, él intentaba caminar con su amigo y platicar de lo que sea, pero Tyler se hacía el desinteresado y platicaba con Korey o Hannah, o simplemente le respondía con un «ok», «sí», «ajá». Dentro del apartamento le dirigía un poco más la palabra y hablaban un rato. Pero hasta ahí. No hubo un momento, como en varias ocasiones, en el que ellos dos se pasaran horas platicando y riendo.Troye pensó que su mejor amigo se comportaba así gracias a las tonterías que le comentó dos noches anteriores. No era su intención hacerlo sentir mal y mucho menos estaba enojado con él. Pero el hecho de que le gustara a veces complicaba las cosas, ya que por más que quisiera decirle no reunía el valor necesario para hacerlo, y hablar normalmente le hacía sentirse extraño, quería decir todo a los cuatro vientos, más cuando Tyler lo abrazaba y lo hacía sentir seguro. Obviamente también estaba el hecho de que sólo Tyler lo consideraba como amigo.
—Troye, tienes al menos que probar la maldita ensalada —dice Tyde sacándolo de sus pensamientos.
—Ya dije que no tengo hambre. Bien saben que el estómago se me revuelve cuando voy en avión.
—Han pasado varias horas —comenta su mamá que le lleva un plato con galletas que ella misma ha preparado—. Come por ahora unas. —Las pone en la mesa de café. —No querrás hacer sentirme más mal al no querer comer las galletas tampoco.
—Bien, comeré esto —dice tomado el plato de galletas que aún están tibias—. Vendré a cenar, se los prometo.
Se levanta del sofá y va a su cuarto.
Come las seis galletas que se ha llevado. Eso es de las pocas cosas que le alegran el día. La comida de su mamá. No hay nada, para él, mejor que lo que prepara su mamá.—Hijo... —La escucha del otro lado de la puerta mientras las golpea suavemente. —Kayla está aquí, ¿Estás despierto? ¿Puede pasar?
—¡Si! ¡Deja que pase! —grita y se levanta de la cama para abrir la puerta. Delante de él está una de sus mejores amigas, y es como por fin se siente en casa de nuevo.
—Troye! —se le lanza encima en un abrazo.
—¡Kayla! —le devuelve el abrazo.
No saben cuánto tiempo estuvieron así, pero no les importa.
Es la primera vez en tres meses que se ven. Ella tenía que pasarlos fuera para completar una beca en la universidad, y él tenía que ir y venir con todo eso de las conferencias.—Te he extrañado tanto —le dice soltándola y mirándola.
—Y yo a ti, no tienes idea de cuanto —responde tomándolo de las mejillas—. Hasta parece que has crecido más —bromea.
—No parece. Crecí. Por fin me ha salido esto —señala a su barbilla.
—¿Boronas de galletas?
—¿Qué? ¡No!
—Estoy bromeando de nuevo. Y no creo que llegue a salirte vello facial hasta que tengas cuarenta años. ¡Si tienes piel de bebé aún! —comenta mientras le pellizca las mejillas e inspecciona el mentón de su amigo.
—No tenías que decirlo tan directo —responde sonriendo.
–No había otra forma de decirlo. —Lo suelta, se encoge de hombros y se sienta en la cama de su amigo para después acostarse. —A ver Troye bonito, ¿Qué ha habido de nuevo en tu vida? ¿Cómo estuvo VidCon? ¿Visitaste nuevas partes de L.A? —Lo mira y palpa la cama para que él se acueste a su lado.

ESTÁS LEYENDO
Settle Down [Troyler]
Fanfiction// El carismático Tyler Oakley y el simpático Troye Sivan tienen una vida completamente diferente detrás de esas cámaras donde pasan el tiempo para hacer sonreír a la gente. Lo que la mayoría de fans ve a través de sus pantallas es solamente una mí...