// 6 //

1.5K 153 25
                                    




El atardecer es hermoso. El viento sopla cálido y revuelve el pelo de Troye un poco. Tyler sólo lo mira con asombro, ahora lo puede hacer, sin que su amigo se sienta incómodo o haya una tensión.

—Me gustas mucho —dice en un susurro.

—¿Qué? —pregunta Troye prestándole atención.

—Ah, que me gusta mucho.

—¿El qué?

—El atardecer... Es más... naranja, supongo. —Troye ríe ante la ocurrencia de Tyler.

—Tú también —dice mirándolo—. Tú también me gustas mucho, Ty. —El chico no reacciona más que con una sonrisa estúpida. —Y más cuando haces esa sonrisa.

—Para, Troye.

—No puedo evitarlo, es que me haces un cursi Oakley.

Tyler suelta una risa aguda y nerviosa —¡Te digo que pares!

—¿O si no qué?

—Olvídalo. —Pone los ojos en blanco y mira el atardecer. Segundos después siente la mano de Troye recorrer suavemente su cabello. Él solo sonríe para sí mismo mientras sigue mirando como el sol desaparece poco a poco.





—Troye... ¿Cuándo fue que pasó? —pregunta Tyler rompiendo el silencio mientras caminan hacia la casa en las calles solas y alumbradas con una luz tenue de las lámparas.

—No sé —se encoge de hombros—. Tal vez siempre fue así.

—¿De la nada? ¿En el primer momento? ¿Así nada más?

—Así nada más, yo aún no lo comprendo del todo, y creo que llevará tiempo encontrar el punto de inicio... ¿Y tú?

Tyler suspira acomodando el recuerdo exacto donde se dio cuenta de que Troye sería mucho más para él. —¿Recuerdas el día en que fuimos a una reunión a la casa de Mamrie y nos quedamos hasta altas horas de la noche hablando? —Troye asiente, y es que ese día fue el primero de muchos donde se quedarían solos pero no del todo.
—Creo que fue ahí donde me di cuenta de lo que eras. En ese momento pensé que eras el chico más interesante y tierno que existía y que si no sabía más de ti o si no te veía más moriría de la curiosidad y no podría vivir en paz... Y bueno, vamos, eres demasiado apuesto como para no haberte echado un ojo desde el principio.

—¡Tilly!

—¡Es que lo eres! Dios santo, mírate, estás como quieres, Troye.

—¡Basta! —dice riendo y su amigo se le une con esa risa característica de él.

El trayecto que sobra para llegar a la casa vuelve a ser con silencio, pero de esos agradables y los cuales sería una pena romper.

Son aproximadamente las ocho de la noche cuando llegan y la familia Mellet está mirando una película. Tyler y Troye toman un plato de comida que calentaron para la cena y entran a la habitación del ojiazul para no interrumpir nada.

Comen en silencio mirando una serie de televisión. Ninguno de los dos quiere sacar el tema que ha estado guardado desde esa mañana. Ya no tienen miedo, tienen nervios y algo muy cercano a la pena.

Por suerte, o no, alguien toca a la puerta.

—¿Puedo? —se escucha la voz de Korey del otro lado.

—Sí —grita Troye y se acomodan los dos en la cama.

El moreno entra sonriente —No sé dónde hayan estado pero yo anduve deambulando por las calles y vi un cine que exhibirá un maratón de películas de terror y me muero por ir... Tal vez quieran ir conmigo o tal vez estén muy metidos en sus asuntos de todas maneras he comprado tres entradas —dice rápidamente. Los dos chicos se miran con complicidad y Tyler asiente por los dos.

Settle Down [Troyler]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora