Capítulo 4

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𝒞𝒶𝓅. 𝟦

"Cuando me acosté en mi cama, lo único que hice fue pensar en los tiempos en los que mi vida estaba pintada de sufrimiento...

Justo cuando me pareció que había regresado al pasado, al ser odiada por mi compañera de dormitorio por el simple hecho de respirar, mi acosadora número uno de la escuela se atraviesa en mi camino.

Me culpo por haber pensado que había avanzado.

Me culpo por haber pensado que esta vez las cosas serían diferentes. No había razón para que lo fueran; solo una ingenua esperanza y un pecho que no aprende con los golpes más fuertes.

¿Qué probabilidades había? ¿Por qué estoy tan maldita? ..."

—Ey. —dijo Colin, llamando la atención de Emma.

Emma tapó su diario con un brazo, luego lo cerró. Pensó que había sido lo suficientemente disimulada, pero Colin se había dado cuenta de que estaba escribiendo cosas privadas.

—Hola —dijo Emma en voz baja.

Estaban en la biblioteca y lo que menos ella quería era llamar la atención y de mala manera. Se había encerrado en esos muros desde que terminaron sus clases del primer día. Por cierto, su primer día como estudiante estuvo bien; se había sentado hasta atrás, y nadie se había percatado de su presencia, tal como ella lo había planeado.

Colin estiró la silla frente a ella, y se sentó, bajando sobre la mesa una torre de libros.

—No sé qué preguntarte primero. Si cómo dormiste o cómo te fue en tu primer día de clases —se sacó la mochila negra que traía colgada en los hombros.

—Bueno —Emma sonrió sin darse cuenta. Definitivamente, cien por ciento, esa había sido la sonrisa más hermosa que Colin había visto—, dormí bien porque no trataron de asesinarme anoche —Un poco de humor basado en sus últimas desgracias—, y me fue bien en mi primer día. Me di cuenta de que estaba tan nerviosa y que la situación terminó siendo una tontería.

—Me alegra mucho que no te hayan asesinado anoche porque así puedo invitarte a comer donas.

—¿Donas?

Esperen. ¿Invitarla a ella?

—¿No te gustan las donas? También venden otras cosas.

Colin colocó sus manos sobre los libros, y Emma pudo notar por primera vez el tatuaje de un cactus del tipo saguaro que él llevaba en el costado derecho de su muñeca derecha. Colin también llevaba un tatuaje de cabeza de lobo en su antebrazo derecho. De hecho, Emma había notado velozmente que era un símbolo de él y sus amigos; ellos llevaban exactamente el mismo tatuaje en sus antebrazos derechos.

—Me encantan las donas.

Lo que pasaba era que no podía creer que alguien quisiera pasar el rato con ella comiendo donas.

Colin no sonreía mucho, y Emma no lo conocía mucho, así que, de haberlo sabido, ella hubiese disfrutado más de la sonrisa que él dibujó en su bello rostro con barba.

—Qué bien, porque estás a punto de probar las mejores. ¿Vamos? —se movió en la silla como para levantarse.

—Eh..., claro.

—Genial. Solo déjame pedir por estos libros, y nos vamos. —Colin cargó la mochila sobre sus hombros, y abrazó la torre de cuatro libros.

Mientras él hablaba con el bibliotecario, Emma se quedó pensando en muchas cosas a la vez, empezando por la más extraña: no se sentía tan incómoda hablando con Colin. Hablar con personas nuevas por elección era una idea que Emma descartaba en la primera, pero acababa de elegir aceptar la invitación de Colin porque, aparentemente, se estaba retando a ella misma con el primer chico que había elegido su compañía. Entonces recordó que debía comer delante de él, pero pensó que, si había logrado comer pizza con los chicos sin embarrarse los labios o botar la Coca-Cola, podía comer una dona frente a Colin sin incendiar el café por error.

Al Estilo Emma© #1 (Nueva versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora