Al Estilo Emma© #1 (Nueva versión)

Capítulo 27

𝒞𝒶𝓅. 𝟤𝟩

Esa noche sintió que la vida le estaba dando una segunda oportunidad al tomar la mano de él en la fila de la confitería del cine, sintiéndose tan suya. Le encantaba que todos supieran que estaban juntos, en una cita.

En la cita de sus sueños con el chico correcto.

Colin se había encargado de comprar los boletos en línea para una película animada de extraterrestres completamente familiar.

—Hola. Me das dos vasos de Coca-Cola, dos palomitas grandes; una dulce y otra salada. Esa barra de chocolate y unas gomitas —pidió él.

Emma no había abierto la boca más que para decir que prefería las palomitas dulces.

¿Una barra de chocolate? ¿Gomitas? ¿Palomitas grandes? ¿Coca-Cola? Sucedió como si Colin le hubiese leído la mente. Parecía que él la conocía mejor de lo que pensaba.

Colin colocó la comida en una de esas bandejas y se encargó de cargarla sin soltar la mano de Emma.

La sala estaba llena de niños, familias y parejas. Un escenario completamente esperado para un viernes por la noche.

Se acomodaron en sus asientos, y Colin decidió empezar con sus palomitas.

—¿Podemos tomarnos una foto? —dijo ella, abriendo su bolso para sacar su celular.

—Por favor.

La abrazó, acercándola a su pecho, y ella tomó la foto, capturando las sonrisas más sinceras con su cámara delantera. Ahora lo que sentían quedaría por siempre en una fotografía.

—¿Tomas unas con mi celular? —pidió él, entregándole su celular con la cámara abierta.

—Claro.

Entonces Emma posó con la misma sonrisa y Colin le dio un beso en la mejilla. Ella disparó con la cámara como una ametralladora de amor; giró la cabeza para darle un beso en los labios mientras seguía disparando.

Fotos de besos, sonriendo y de una enorme mano apretando sus mejillas rosadas; todas fueron a parar en la galería de Colin.

Él sonrió cuando miró las fotos con el celular en sus manos.

—¿Me permites publicarlas? —preguntó—. Es que quiero presumirte. Pero está bien si no quieres.

Emma sonrió con un poco de rubor en las mejillas.

—Sí puedes.

—¿Incluso la del beso? —dibujó una media sonrisa juguetona.

—¿Tú quieres publicarla? —lo miró.

Le daba un poco de miedo que su papá la viera, aunque no había forma de que lo hiciera.

—Creo que no —contestó para la suerte de ella—. Esa prefiero dejarla para mi intimidad. La miraré todas las noches antes de dormir.

Emma rio, y hundió sus dedos en las palomitas dulces para tomar todas las que cupieron en su mano derecha.

—Listo —dijo él, guardando su celular.

—¿Así de rápido? —inquirió.

Las luces de la sala se apagaron para dar lugar a los avances de otras películas familiares.

Emma metió las palomitas a su boca, inflando sus mejillas como una ardilla llena de nueces, y sacó su celular para mirar Instagram. Colin la había etiquetado en un carrusel de fotos; en la última estaba el beso que le dio en la mejilla. En la descripción colocó un emoji de corazón amarillo.