Capítulo 22

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𝒞𝒶𝓅. 𝟤𝟤

Emma no pudo evitar detenerse a mirar cómo Viviana se hacía una mala y dolorosa limpieza de cejas con una pinza.

—Déjame ayudarte con eso. —Emma sacó un perfilador amarillo de su cosmetiquera rosada.

—Alto ahí, muñequita. —Viviana bajó la pinza con un espejito, y levantó una mano para detener a Emma—. Si crees que dejaré que te acerques a mí con una navaja...

—No sé qué decirte. Si tuvieses la consciencia limpia, que me acerque a ti con una navaja no sería un problema —destapó el perfilador—. Puedes permitir que te ayude o sal esta noche con cejas disparejas, como tú quieras.

Viviana se cubrió las cejas con sus manos.

—En lugar de preocuparte por mis cejas, deberías hacer algo por esa espinilla.

Emma se cubrió la espinilla de su barbilla con una mano.

—Ayer comí muchos dulces —comentó. Había hecho todo lo posible para cubrir su espinilla con maquillaje.

—Así es, el semen tiene glucosa.

Emma refunfuñó.

—Sabes que eso no pasó —se alejó.

—¿Qué? ¿No ibas a limpiarme algo? —apuntó sus cejas—. ¿Sabes cuál es tu problema? Te lo tomas todo a pecho, por eso te afectan tanto los rumores sobre ti.

—¿Y tú cómo sabes que me afectan o no? —frunció el ceño.

—Ni siquiera necesito conocerte a fondo para saber que sí.

—Bueno —se acercó a Viviana con el perfilador—, aprendí a que no me afecten tanto como en un principio. Si me dejaba llevar por ellos, no hubiera podido seguir siendo amiga de Colin.

—¿Cuál es tu definición de amiga?

—Prefiero que no sigamos hablando sobre eso —la tomó de la cabeza, inclinándola hacia atrás.

—Está bien —cerró los ojos, y Emma comenzó a limpiarle la ceja derecha. Emma olía tan bien que casi se sentía absurdo, como si pusiera todo su empeño para convertirse en una droga inhalante—. Eres como una Barbie.

—No molestes o te dejaré con las cejas desiguales.

—No estaba tratando de molestarte.

Emma guardó silencio, limitándose a hacer su trabajo.

—Nunca entenderé cómo chicas como tú están tan lejos de verse a sí mismas como en realidad son —dijo Viviana.

—No sé porqué estás siendo amable conmigo, pero no puedo evitar pensar en cuánto nos hubiéremos ahorrado si intentabas ser amable desde un principio.

—¡Bah! No vengas con eso —frunció el ceño.

—No te muevas —regañó—. Tengo una navaja arriba de tus ojos. No te gusta que te diga la verdad. Me hiciste sentir peor de lo que me sentí al escuchar los rumores.

—Diablos —apartó su cara para verla a los ojos—. Sigue adelante, hermana. ¿No te desquitaste suficiente después de orinar en mi jabón líquido?

—En primer lugar, el pipí era de Alan —colocó una mano en su cadera—. En segundo lugar, el plan de desquite fue desarrollado por ellos. Desearía no haber tenido nada que ver con esto. Ah, y, en tercer lugar, pero siendo lo más importante: no puedes herir a alguien más y luego echarle en cara porque "no sigue adelante". Ni siquiera me pediste disculpas.

Al Estilo Emma© #1 (Nueva versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora