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Melissa

Al encontrar un lugar para esconderme comencé a pensar en lo que ocurrió.

Quería llorar, pero no podía.

Quería gritar, pero mi voz no salía.

La profundidad de tus ojos cafés ya no me parecían magistrales. La belleza de ellos me parecían peligrosos.

Tus manos, les temía.

Tus palabras, tus movimientos, tus ojos, tu pelo, tus secretos.

Definitivamente, todo de ti comenzaba a aterrarme.

Ojos CafésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora