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Melissa

Trataba de evitarte el resto de la semana.

Tenía que pensar en cómo decírtelo. Esos días estuvieron llenos de ansiedad.

Hasta que llegué a un límite.

El domingo te avisé para que vinieras el lunes luego de clases. Realmente me sentí bien durante un tiempo, pero mi mente repasó lo que hemos pasado.

Repasó todo.

Las charlas estúpidas en el armario.

Los días en los que salíamos de la clase para vernos. 

Tus besos. 

Tus abrazos.

Tu sonrisa.

Tus palabras. 

Tus peleas. Tus obsesiones. 

Todo. 

No lo podía soportar. No podía creer todo lo que ha sucedido. 

De repente, no lograba respirar. Me estresé. Me puse nerviosa.

Era el comienzo de un ataque de ansiedad.

No sabía qué hacer. Mi único pensamiento fue "Voy a morir, voy a morir".

Estaba encerrada en mi habitación, nadie me escucharía.

Llamé a la primera persona que estuvo en mi mente.

-¿Melissa?

-Mike... no respiro...-

-¿Melissa? ¿Estás bien?-

-No... no respiro, Mike-

-Oh, ¿Ansiedad?- preguntó preocupado.

No respondí, pero lo maldecí  para mis interiores por preguntar algo tan estúpido en estos momentos.

-Eh, está bien, necesito que estés calmada y no pienses demasiado. Dime ¿Cuál es tu pasatiempo favorito?- pensé que estaba loco.

-¿Qué?..

-Solo responde-

-M-música...- dije sin lograr una oración completa.

-Bien, imagina que estás en algún lugar calmado, por ejemplo frente al mar. Imagina que estas frente al mar escuchando una canción que te tranquiliza, que te hace sentir cómoda. Mientras, yo estaré contando hasta diez y quiero que trates de respirar un poco profundo-

-No puedo... res-

-Solo inténtalo ¿sí? Confía en mí- dijo con un tono amable.

-Está bien...- dije entrecortada.

-Uno.

Traté de respirar lo cual no conseguí mucho. Me asuste aún más.

-Recuerda, piensa que estás en tu zona de confort, escuchando alguna música tranquilizante. Dos-

Pensé en la playa que visité con mamá, cuando comenzamos a bailar como locas. Logré respirar un poco más.

-Tres

Inhalé más profundo.

-Cuatro.

Conseguí tranquilizarme un poco, pero mis manos aún temblaban.

-Cinco.

Recordé risas y chistes con mis hermanos.

-Seis. ¿Sigues ahí?

-Sí, está funcionando...

-Bien, voy a seguir. Siete

Recordé mis clases de piano.

-Ocho.

-Nueve.

Mis manos dejaron de temblar e inhalé lo más profundo que pude.

-Diez... ¿Cómo te sientes?

-Mejor, gracias... por la ayuda-

-Realmente me sorprende que me hayas llamado ¿Qué fue lo que lo causó, ya sabes, el ataque?

-Mañana se cumple una semama de que hayamos ido al hospital-

-Ah... eso. Piensa en lo positivo de esto es que no moriste hoy y también fui tu héroe del día- dijo con un tono fingido de arrogancia al final.

-Claro. Estoy tan agradecida de que hayas sido tu mi héroe- fingí un tono exagerado de agradecimiento.

-Eso ya lo sé, no es necesario recordarlo- terminó con tono gracioso disfrazado de arrogante.

Nos mantuvimos hablando estupideces por un largo tiempo. Al acabar me di cuenta de algo.

Esta es la primera vez que río así desde hace tiempo.

Es la primera vez que no pienso en Nick. Me sentía feliz en ese momento.

Y siempre se lo agradeceré a Mike.  

N/A

Capitulo un poco más largo de lo normal, les agradezco muchísimo todo el apoyo que le han estado dando

Pienso acabar la historia dentro de poco, le hablaré mas sobre eso en los próximos capítulos.  

Ojos CafésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora