Miguel siempre había sido una persona con el sueño ligero,cortesía de sus primos y su hermanita, quienes habían sembrado en él la paranoia de ser despertado por una broma pesada. También tenía la costumbre de dormir con su pistola cerca y sabía como defenderse en caso de que se metiera un intruso. Lo que nunca esperó era que ese intruso fuera el Kitsune. Tampoco esperó que al despertar lo esposaran a la cabecera de su cama.
–¿Y… a-ahora qué? –dijo con cansancio, ya estaba dejando de inmutarse de la rareza que era su vida– Aquí no hay nada que te interese robar, no tengo nada de valor.
–Esta noche no busco robarme nada –añadió con una seriedad poco característica de él.
–¿Entonces me vas a secuestrar? –eso sí era una opción un poco más aterradora, sobre todo considerando que estaba muy vulnerable en esos momentos.
–Aunque es tentador, no –contestó con algo de diversión–.Tenía pensada una propuesta algo...indecente –dijo en un tono seductor
Ahora que estaba más despierto, reparó en muchas cosas. Con la luz apagada no podía verlo con claridad, pero la luz de la calle y la luna le permitieron ver que no estaba usando la máscara que tanto conocía. Estaba usando una versión modificada como una especie de antifaz por lo que podía ver su boca aun si su voz seguía siendo distorsionada. Y su traje...oh dios, había dejado de lado las partes de la armadura para estar solo en la apretada licra que delineaba a la perfección sus fuertes brazos, su esbelta cintura y sus deliciosas piernas.
–¿Qué quieres de mí? – La vista comenzaba a excitarlo, pero debía mantenerse firme por lo menos para salvar la poca dignidad que creía conservar.
–Te quiero a ti –dicho esto se montó sobre su cadera, rodeándolo con sus piernas–. Te quiero para mí.
–¿Qué?
–No te hagas tonto, a alguien tan guapo como tú no le queda bien –dijo en una voz más similar a su coqueteo usual–. Sé lo mucho que me deseas y tú obviamente sabes lo mucho que te deseo.
–Pero yo… –su cuerpo lo traicionaba, pues sentía como una erección apretaba su pijama y el Kitsune podía sentirlo. No sabía si tenía mucho caso negarlo, no después de sus últimos encuentros. Aún recordaba el día que lo acorraló en un callejón, este se había puesto de rodillas y lo había tomado en su boca....
–¿Vas a negar que te gusto? – el Kitsune lo sacó de su recuerdo moviendo su cadera provocando un roce ligero tortuoso para ambos. Se acercó peligrosamente al rostro contrario– Vi lo celoso que estabas el otro día con el Nahual. ¿Qué hubieras hecho si me hubiera ido con él? –susurró en su oído.
Miguel solo alcanzó a hacer una mueca de desaprobación. Aún no olvidaba la desagradable sensación de celos y odio que había experimentado. Nunca en toda su vida había pasado algo así, la idea de no volver a besar a este hombre que lo desesperaba, pero que siendo honestos le encantaba, lo volvió loco. Tenía razón, de nada servía negar lo mucho que lo deseaba.
–De cualquier manera –dijo el Kitsune sacándolo de su debate mental, volviendo a la seriedad con la que inició su encuentro– si tú no quieres, me voy en este momento. Podemos volver a lo anterior si deseas.
Hiro no se consideraba a sí mismo una buena persona pero ...no iba a forzarlo. Si Miguel no quería tener sexo con él ya fuera por su moral o simplemente por desagrado a su persona no lo iba a obligar. Lo que lo impulsó a entrar al cuarto del moreno fue la desesperación de su cuerpo por alguien, por Miguel. Había pasado mucho tiempo y pudo haber buscado a alguien más pero dentro de sí sabía que nadie más sería suficiente para él. Era con él o con nadie.
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El Kitsune y el Policía
FanfictionDía 2 de Higuel Week: Hiro es el super villano conocido como el Kitsune y Miguel el policía que lo persigue. Esta vez está tan cerca de arrestarlo pero Hiro está listo para robar su objetivo más preciado hasta el día de hoy.