–No puedo –contestó Hiro a su pregunta–. Lo siento.
La negativa tan tajante por parte del genio hizo que Miguel se quedará parpadeando unos segundos por la sorpresa. Ambos tenían agendas muy ocupadas debido a sus trabajos pero desde que habían empezado a salir procuraban hacer tiempo para verse. El mexicano había pensado que al japonés le interesaría ir a dar una vuelta al festival cultural en el barrio latino, después de todo le había empezado a gustar mucho la comida mexicana y siempre estaba feliz de aprender sobre su país. No pensó que fuera a rechazar su invitación de esa manera. Lo ponía triste pensar que tal vez no quería verlo.
–Oh –se volteó para verlo desde donde se encontraba sentado en la sala del millonario– ¿Ya tienes planes para este fin de semana?
–Algo así –contestó desde la ventana donde seguía dándole la espalda–. Simplemente no puedo.
La falta de explicación no hizo más que confundir a Miguel.
–Tienes algo –era afirmación, no pregunta. Lo conocía lo suficiente para notar que algo estaba mal– ¿Qué pasa?
–No es nada –le aseguró con un tono que decía todo lo contrario. La pose tensa en la que se encontraba también lo delataba.
–No tienes que decirme si no quieres –le aseguró acercándose a él con cuidado, no quería asustarlo–. Pero sabes que puedes decirme lo que quieras.
–Es solo...–titubeo para continuar–. Es tonto.
–Dudo que sea tonto si te tiene así de tenso –le aseguró envolviendo sus brazos alrededor de sus hombros.
–Es el aniversario de la muerte de mi hermano –confesó rindiéndose ante el abrazo de Miguel.
Ahora el que se tensó fue Miguel. No pensó que fuera eso, Hiro nunca hablaba de su familia.
–Lo siento mucho –lo abrazó con más fuerza. Quería envolverlo en su calor, como si así pudiera ahuyentar el dolor que sabía que estaba sintiendo.
–E-está bien. Fue hace mucho tiempo –subió sus manos para acariciar las manos del moreno–. Simplemente no soy buena compañía esos días. Prefiero ir a visitar su tumba y encerrarme el resto del fin de semana.
–¿No quieres que te acompañe? –preguntó con cautela.
–Tú ya tienes cosas que hacer –le recordó. No quería que el policía cambiará sus planes solamente porque él no estaba de humor para estar en un lugar concurrido.
–Quería ir contigo, no es que fuera un plan ya establecido –aseguró con sinceridad recargando su barbilla en la curvatura del hombro del japonés–. Entiendo si es algo privado.
–No es que sea privado realmente –le aseguró finalmente volteando a verlo–. Estoy acostumbrado a estar solo.
El corazón de Miguel se estrujó en su pecho. El hecho de que lo dijera así, como si fuera algo que simplemente había aceptado como parte de su vida lo llenaba de tristeza. Sabía de antemano que Hiro era una persona algo huraña pero nunca se imaginó que fuera por costumbre y no por decisión propia. No podía creer que una persona tan hermosa hubiera pasado tiempo sin apoyo de nadie.
–No tienes que estar solo –se le hizo un nudo en la garganta solo de decirlo–. Yo estoy contigo. Entiendo si no quieres que vaya pero tienes que saber que yo estoy aquí para ti.
Por fin Hiro se volteó por completo para verlo frente a frente. Su cara denotaba la tristeza que sentía, porque a pesar de los años le seguía doliendo mucho el haber perdido a su hermano. Tomó una decisión que tal vez no era las más sabia, pero era la que quería.
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El Kitsune y el Policía
FanfictionDía 2 de Higuel Week: Hiro es el super villano conocido como el Kitsune y Miguel el policía que lo persigue. Esta vez está tan cerca de arrestarlo pero Hiro está listo para robar su objetivo más preciado hasta el día de hoy.