Capítulo 13

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"Memorias"

Todos sus días eran como una película para él. Una donde no había un héroe y por ende, no tenía un final feliz. Para alguien que tan solo tenía ocho años, Chanyeol entendía las cosas muy bien. Demasiado bien. Entendía que por las mañanas su madre no tendría un desayuno preparado porque ella siempre preferiría ahogarse en alcohol y hundirse en las drogas antes que preocuparse por su propio hijo. Entendía que su padre no llegaría a casa por las tardes para jugar con él porque estaría demasiado ocupado robando en las calles para luego entrar en la pocilga que tenían como hogar en las madrugadas y seguir los mismos pasos que su madre. Entendía que si tenía la oportunidad de asistir a la escuela, de comer, de tener vestimenta y otras cosas, era gracias a su tía. La hermana de su mamá parecía ser la única persona en el mundo que se preocupaba por él.

Claro, si es que a eso podía llamarle preocupación. Chanyeol no era un niño tonto, él podía ver la lastima en los ojos de su tía cada vez que les hacía una visita. Ella siempre lo saludaría, le traería algunas prendas usadas y dejaría algunas bolsas con alimento en la pequeña cocina. Después, le pediría que saliera un momento para hablar con su madre apenas consciente. Y mientras cerraba la puerta de su casa tendría esta tonta ilusión de que su progenitora pudiera finalmente escuchar a su tía porque tienes un hijo ahora, deja de hundirte en las drogas y consigue un trabajo para salir adelante.

Sin embargo, sus ilusiones siempre eran aplastadas. Porque cuando entraba en la casa más tarde y observaba a su madre en las mismas condiciones, Chanyeol sabía que la película se seguiría repitiendo. Pero también aprendió que esa película constante y aburrida, podía convertirse en una de terror. Supo que las cosas iban a empeorar en el momento en el que su tía le dijo que no podría venir más porque a su marido le habían ofrecido un trabajo fuera de la ciudad donde ganaría más dinero. Ella dijo que no podía llevarlo porque no tenía la custodia y hacer que se la dieran sería un proceso largo. Chanyeol no lloró, no pataleó y no le rogó porque lo llevara consigo.

No lo hizo porque sabía que la mujer tampoco tenía una buena estabilidad económica. No la juzgo aunque supiera que si hubiera querido si lo habría llevado con ella, pues sabía que la gente a veces podía ser egoísta, mirando solo por su bienestar. Y si su tía había decidido comenzar a mirar solo por el suyo, entonces él no la juzgaría. Al contrario, Chanyeol le dio un último abrazo y le agradeció por todo lo que había hecho por él hasta el último momento. Y mientras ella le decía que esperaba que en algún momento sus padres recapacitarán y que podía visitarla cuando quisiera, él no respondió. No respondió porque la verdad era que no tenía mucha fe en sus padres y además, ella jamás le dio una dirección.

Chanyeol la dejo marcharse y cuando se acostó ese mismo día por la noche, se preparó para seguir viviendo en esa película que ahora, sería mucho peor.

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Chanyeol pasó los siguientes dos años sobreviviendo.

Así es, sobreviviendo.

Todos esperarían que un niño de diez años tuviera una familia, educación y alimento. Chanyeol era un caso diferente. A los diez años él no sabía si podía llamar familia a dos padres drogadictos que apenas y le daban un trozo de pan para alimentarse, no tenía educación y mucho menos una buena alimentación. Todos los días eran lo mismo. Se levantaría por las mañanas, se pondría cualquier cosa que encontrara en sus ropas y saldría de casa porque aunque no lo admitiera, no le gustaba ver a su madre demacrada mientras le acariciaba el cabello con una sonrisa en un falso acto de amor.

Aquel día de agosto caminaba por las calles para llegar al mercado local. Tuvo algo de suerte porque un vendedor se apiadó de él y le dio algo de comer. Estaba girando por la esquina de una calle vacía cuando escuchó algunos ruidos sordos y varios gimoteos. Con curiosidad, avanzó por la acera hasta que llegó al callejón de dónde provenía el alboroto. Asomando la cabeza solo un poco, lo vio.

Between a Heartbeat - LuChenWhere stories live. Discover now