Capítulo 2

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"Niñero"

Luhan sale por la puerta trasera del cuartel, sacando de su bolsillo la cajetilla de cigarros que siempre lleva consigo cuando sale de casa. A sus veintisiete años puede olvidar su chaqueta o su celular, pero nunca su preciada adicción y claro, su bendita arma. En el segundo en el que saca uno de ellos y le da una larga calada, siente que su cuerpo se relaja. Sabe que solo será instantáneo, siempre lo es. A pesar de eso, lo necesita. Lleva ya varias noches sin pegar el ojo y eso es gracias a Kris maldito Wu. El imbécil se ha desaparecido por completo durante tres días contando este. No se ha comunicado con nadie y como si fuera poco, no contesta el jodido teléfono. Si ellos fueran personas comunes y corrientes, fácilmente podrían llamar a la policía y exponer su caso.

No obstante, ellos son EXO.

La mafia más poderosa y peligrosa que controla todo Seúl.

No pueden permitirse hacer eso. Espera que el rubio tenga una buena razón para haber desaparecido porque de lo contrario, el mismo le romperá la cara. Por más que intente convencer a su jefe para que al menos le de autorización de buscar información o alguna pista, este no cede. Según él, todavía no pueden ir por ahí preguntando por el paradero de Kris porque la gente comenzaría a sospechar que han perdido a un miembro sumamente importante, y eso solo significaría una cosa, ganarse enemigos. Y joder, tiene razón. Es solo que no puede quedarse de brazos cruzados. No es una persona que se caracterice por ser paciente. Nada de eso. Tiene un carácter de mierda y es consciente de ello. No quiere suponer lo peor, pero no puede evitar hacerlo. En este mundo ser optimista no es una opción.

Tira la colilla de cigarro en el piso, aplastándola con su costoso zapato lustrado. La noche cae sobre sus hombros. Apenas y hace un poco de frio. Entra nuevamente al cuartel y se dirige directo a la sala de reuniones. Les han comunicado que el jefe viene en camino y que quería verlos a todos ahí. No los reunía en el lugar si no fuera demasiado importante. Realmente espera que sea algo relacionado a la desaparición de Kris, puesto que no les han dado más detalles. Gracias a esto ha decidido fumarse un cigarro antes. Necesita calmarse un poco, carajo. Peina su cabello hacia atrás y el guardia que cuida la puerta la abre, dejándolo pasar.

Tres pares de ojos lo miran y saluda al equipo con un movimiento de cabeza, recibiendo exactamente lo mismo. No hay palabras. Ninguno tiene nada que decir. En el centro de la sala se encuentra la gran mesa, donde Baekhyun, Kyungsoo y Chanyeol ya están sentados. No piensa en hacer lo mismo, no puede quedarse quieto. Así que como siempre, se aleja a la esquina del cuarto y se recarga contra la pared con las manos en los bolsillos. Sin poderlo evitar, su mirada viaja hasta que da con Chanyeol. Su mirada está perdida, como si estuviera pensando en muchas cosas. Sabe que ha sido amigo de Kris durante muchísimo tiempo. No suele crear lazos muy afectivos con las personas, pero si puede entenderlas. Y entiende que el alto está preocupado.

La puerta se abre en ese momento y en cuanto nota que Junmyeon entra con un puro en la mano, intuye lo peor. El hombre no suele fumar dentro del cuartel. Y si lo hace, es porque la frustración seguramente ha hecho estragos en él. Sus pasos resuenan por toda la habitación cuando camina para tomar su lugar en la mesa como el jefe. Tiene a dos de sus matones a sus lados, los cuales guardan una distancia considerable al verlo tomar asiento. Son diez malditos segundos de agonía hasta que levanta la vista.

—Tengo noticias. —avisa, frotándose la frente—. Luhan, deberías sentarte.

—Solo habla, Junmyeon. No voy a desmayarme. —responde, acercándose a la mesa.

Luhan trata de leer la mirada en los ojos del jefe. Buscando descifrar cualquier detalle. A pesar de esperar cualquier cosa, no contaba con aquello que salió de los labios de Junmyeon.

Between a Heartbeat - LuChenWhere stories live. Discover now