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Muchos científicos están de acuerdo en que el ser humano no utiliza más que el 10% de las capacidades totales del cerebro, ¿que pasaría si un humano despertara el 100%?

Siendo un asalariado común, el señor Kageyama jamás creyó que llegaría a dejar descendencia, que su apellido se iba a extender mucho más, no hasta toparse con esos enormes ojos azul profundo como el mar en las playas que veía en los anuncios de los viajes, su japonés era fluido y aunque algunas palabras eran difíciles de identificar para ella la comunicación no fue un obstáculo. Celestine Miller, de origen estadounidense, una mujer rubia de una estatura aceptable y figura curvílinea ideal para atraer la mirada de cualquier hombre, por alguna razón la señorita Miller le buscaba para salir juntos a la hora del almuerzo, prestaba entera atención a su trabajo, sus enormes y expresivos ojos azules se centraban solo en el, Kageyama ya no sabía que hacer y como tomar aquellas atenciones.

-¡Más vale que me digas que es lo que quieres realmente conmigo!

Estaba harto, el estrés del trabajo fue demasiado y las atenciones de la bonita mujer solo alteraban sus hormonas, su pensamiento, lo confundía.

-A ti, te quiero a ti, me quiero casar contigo y formar una familia graaaande.

Su rostro se mostraba serio y entonces sonrió. Kageyama se apegó a la pared ante aquella sonrisa lúgubre, donde su mismo rostro se había puesto sombrío por aquel gesto.

-¡He sonreído de verdad! Lo siento mucho, de verdad lo siento, ahhh...

Se sonrojo sin saber muy bien como excusarse frente al japonés.

-Solo no puedo sacarlo de mi cabeza, me gusta mucho, me molesta y, ¿ya le dije que me gusta mucho?

La joven apenas y podía componer frases completas, sus labios formaron un mohín con los ojos afilados, molesta por no encontrar las palabras correctas para con su compañero de trabajo del cual se había enamorado, tenía un aura inocente y eso le encantaba.

-De acuerdo, a-acepto salir contigo.

Nadie en el trabajo creía que aquello estaba sucediendo, después de meses les llegó una invitación finamente adornada donde eran invitados a la boda de Kageyama y Miller, con los novios agradeciendo que asistieran. Celestine obtuvo su ciudadanía japonesa gracias al haber contraído nupcias con un ciudadano de Tokio.

Dos años pasaron y Celestine quedó encinta, el señor Kageyama aún no caía en cuenta de que su apellido si iba a proseguir, besó a su esposa con cariño y amor por la noticia. Después del nacimiento del pequeño Tobio se mudaron a Miyagi, un lugar mucho más tranquilo para la crianza de los niños, con campos y escuelas cercanas.

-Solía jugar volleyball en la escuela, pero lo dejé por estudiar japonés y no me arrepiento de nada.

Tobio movía sus pequeños pies que colgaban a cada lado del cuerpo de su madre golpeando a esta en el proceso, su madre platicaba con una señora que llevaba en sus brazos a un niño de unos meses más que el, ambas miradas conectaron unos segundos, el profundo mar y la miel se encontraron unos segundos.

-La vecina es muy agradable, ¿no lo crees Tobi?

El pequeño respondió con manotazos en el pecho de su progenitora y burbujas de saliva.

La felicidad se esfumó, las flores se quemaron, los árboles cayeron con fuerza bruta y sonidos huecos. Una parte se salvó, justo frente a su hogar la yerba se mantenía intacta al igual que la casa.

-Celestine Miller, excelente trabajo escapando a Japón y formar una "familia" casi te escapabas.

El hombre de traje oscuro y sumado a el otros diez se pusieron al frente de la rubia. Tobio lloraba sin control, asustado por las explosiones y el rápido latir del corazón de su madre.

-Tranquilo Tobi, mamá tiene que hacer algunas cosas.

Besó su frente y sostuvo a su hijo entre sus brazos dejándolo suspendido en el aire protegido con un campo de fuerza donde tenía más del 70% de su capacidad cerebral y se lanzó a la batalla. Su esposo llegó alarmado por la llamada, al llegar su esposa mantenía suspendido su cabello en largos mechones rubios con las manos empuñadas y su hijo flotaba tranquilo mientras se chupaba el dedo con total pasimornia ajeno a todo el desastre de sangre, órganos y vísceras que se encontraba en su patio delantero.

-Celestine...

Su esposa tomó a su hijo nuevamente regresando el 90% de su capacidad a su lugar y yendo con su esposo, hasta el, con una sonrisa.

-Perdón, por favor, por favor... no me temas cariño.

Su mano buscó de forma tentativa la ajena y esta se entrelazó a la de su mujer abrazandola con fuerza.

-Vámonos.

En el camino le explicó a su esposo, Celestine Miller, 28 años de edad, tipo de sangre A positivo, pertenece al grupo de el área 51 de jóvenes sometidos a brutales pruebas para despertar el 100% de la capacidad cerebral, solo dos de sus compañeros pudieron lograrlo y con ella fueron tres.

-Nos revelamos al sistema, los mataron sin piedad y yo... yo escapé, con identificaciones falsas llegué hasta Japón, aunque mi nombre realmente es Celestine Miller aunque el gobierno estadounidense se encargó de borrar cualquier dato que afirmara mi existencia, mis hermanos y padres sufrieron un lavado de cerebro, no me recuerdan.

Un proyectil explotó frente a ellos, lo detuvo con una sola mano en lo profundo del bosque y dejó a su esposo cargar a su pequeño esparciendo el humo con ambas manos abriéndose paso en este con fuerza.

-Celes, solo venimos por ti y el pequeño, dejaremos vivir a tu esposo si no te rehusas.

-¡Lo hubieses dicho antes!

Dejando el 50% de su capacidad en un campo de fuerza que protegería a su esposo junto a su pequeño mientras ella luchaba a la par de muchos otros intentos como ella. Le dieron batalla, perdió el 10% de sus cincuenta, pero jugaron sucio, atacando a su esposo y obligándola a mantener con más fuerza el campo que les protegía a ellos. Estaba decayendo cada vez más.

-¡Haru! ¡Vete con Tobio!

Ella peleaba, Tobio comenzó a llorar con desespero por el calor de su madre, Haru vio a su esposa cubrirse las manos con sangre.

-Haru, si no te vas van a matarte y a Tobio también, no voy a sobrevivir pero a cambio de eso ustedes dos se irán, por favor, cuéntale a Tobio de donde provienen sus poderes.

Con una sonrisa cálida, la rubia cortó el contacto, con lágrimas en los ojos su esposo se fue y se llevó a su hijo de ahí. Poco a poco la capacidad disminuía más y más, su poder tenía un defecto, entre más lejano se encontrara el objeto a proteger mas energía demandaba y cuando supo que estarían bien bajo las manos, su campo, dejándose acribillar de forma sorpresiva por las balas escuchando los reclamos del jefe de aquel escuadrón maldecir por su especimén perdido.

-Forgive me my beloved Tobio, Haru ...

Celestine murió segundos después con una enorme sonrisa recordando a sus amores, al menos Tobio había heredado sus bonitos ojos azules.

● 16 años más tarde ●

Estados Unidos le declaró la guerra a Japón, creando opiniones divididas a causa de las decisiones y así la tercera guerra mundial. El recuerdo de Celestine fue usado de manera grotesca, usado para acusar al país asiático por la cruel muerte de una de sus ciudadanas, Japón no era más que un país en ruinas, donde conseguir comida era una osadía diariamente y una muerte era la cuota del día.

Yunisu On ☆

Bienvenidos a esta nueva historia, espero sea de su agrado. Quizás sean semanales las actualizaciones de este fic y sin más, gracias a quienes llegaron hasta aquí y dejan su estrellita wink wink.

Yunisu Off ☆

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