Era un largo camino por recorrer, de apróximadamente cuatro días y tres noches para llegar hasta el mencionado lugar, las chicas lo habían encontrado en su camino de regreso al refugio y lo habían informado a los que se podrían llamar los líderes, Kageyama contaba con una fortaleza envidiable y Hinata con la agilidad necesaria para una pelea, cabe recalcar que no todos conocen de sus poderes, Tobio desconfiaba de algunos mientras que Hinata no quería ser visto como un fenómeno o que lo odiaran por ser diferente, así que ambos por razones completamente opuestas mantenían ocultas sus particularidades.
Acamparon en cuevas que encontraban o en el interior de escombros que les servían de techo usando campos de fuerza alrededor de ellos para que los mosquitos no acabaran con su sangre, ni los animales que aún permanecían les atacasen mientras dormían y con el tiempo pensado llegaron al lugar.
-Según es una tienda de conveniencia lo que buscamos, ¿no es así?
Hinata miraba a todos lados buscando señas del lugar mencionado, las calles tan desoladas de lo que fuese alguna vez una ciudad causaba enorme nostalgia en Hinata y mucho más al encontrar juguetes rotos o quemados en la calle.
-Sí, según Shimizu-san no debería estar muy alejada de la entrada y...
El vidrio rompiéndose les alertó, Kageyama rápidamente notó una cabellera rubia volar por los aires mientras las astillas de vidrio caían tras el sujeto que se había lanzado cuatro pisos antes y Hinata desapareció para atrapar a aquel chico, Kageyama reaccionó a tiempo lanzando una burbuja de su poder protegiendo la cabeza del pelirrojo de llevarse un fuerte golpe contra el asfalto. Se acercó a ambas figuras desparramadas en el suelo.
-¿Lo salvé?
Kageyama se acercó al rubio y su espalda se movía dando prueba de que continuaba vivo, el de cabellos negros alzó su pulgar para hacerle saber al más bajo que el rescate había sido un éxito.
Ambas miradas, azul y castaño las tenía encima mientras la suya intentaba esconderla por todos los medios de sus salvadores.
-¿Porque saltaste del edificio?
Hinata se moría de la curiosidad y no podía guardarse todas las preguntas que tenía para el chico de raíces negras y demás cabello rubio.
-Un bando contrario me perseguía, me escondí en ese lugar y salte porque no quería morir a manos de ellos.
Ambos jóvenes se miraron extrañados, no descartaban la posibilidad de algo como eso pero el chico no parecía que tuviese alguna clase de provición hasta que una pequeña maleta cayó cuando se sentó en medio de ambos.
-Te perseguían por esto.
De la maleta se asomaban billetes, no sabían cuanto pero el dinero aún valía, mucho más ahora que antes, grandes empresas aún se mantenían arriba gracias al dinero y sobretodo las fábricas de alimento.
-¿Te gustaría acompañarnos en nuestra búsqueda? Soy Hinata Shoyo.
-Idiota, no te presentes solo así, no sabes exactamente su historia.
Kageyama sin duda era más celoso acerca de su información por lo que se levantó indeciso, el chico con cabeza de flan sin duda sería un estorbo, ya había demostrado su ineficiencia para defenderse.
-Si les sirve, tengo conocimiento técnico en maquinaria, computadoras y demás máquinas.
Se levantó ayudado del pelirrojo y este por su parte observo orgulloso a Kageyama.
-Esta bien.
Bramó entre dientes, no, no iba a pasar a ese tipo así nada más por lo que siguió su camino buscando aquella tienda de conveniencia. Hinata rápidamente le hizo plática al chico, venía de Tokio, recorriendo todo el lugar desde la capital hasta el pequeño y apartado Miyagi, o al menos lo que quedaba de este.
-¡Kageyama! ¡Ahí está!
Con muchos letreros encima y apenas visible, se mantenía de pie aquel lugar, debían moverse con rapidez ya que de lo contrario alguien más podría llegar de sorpresa al verlos moviéndose de aquella manera y exigir el lugar. Los tres se adentraron al lugar, entre oscuridad y sin la posiblidad de usar los poderes de Hinata debido al tercer miembro inesperado de la expedición se abrieron paso con cautela y de un momento a otro el sistema eléctrico se hizo presente iluminando el lugar, los refrigeradores comenzaron a trabajar de nueva cuenta y ambos voltearon a ver con sorpresa como el rubio sostenía dos cables entre sus manos.
-Kozume Kenma, es un placer, Shoyo.
-¡¿Lo viste Kageyama?!
Los ojos de Kenma captaron el momento en el que el pelinegro se tensó cuando su apellido fue revelado sin cuidado alguno por el de cabellos rojizos.
-Si, lo estamos viendo de hecho, Kageyama Tobio, un gusto.
Kenma asintió con suavidad recibiendo la presentación del pelinegro.
-Debemos revisar que alimentos aún pueden ser comestibles.
Cada se fue por su lado, reuniendo lo que podían, inclusive artículos de limpieza, trapos, desechables, latas de sardinas, atún y demás cosas hasta tener una considerable cantidad de comida.
-Kenma-san...
-Solo Kenma está bien Tobio.
Le incómodo enteramente que su nombre saliera de los labios ajenos.
-¿Podría ayudarnos con la luz? Solo que me gustaría que fuese posible que solo los refrigeradores quedaran funcionando, queremos volver con nuestros superiores.
-Por supuesto, solo denme un segundo.
-¡Uno!
Grito Hinata comiendo una lata de duraznos con una enorme sonrisa y recibió un golpe en la cabeza por parte de Kageyama para que guardara silencio debido al lugar donde se encontraban.
-Listo, los refrigeradores funcionaran hasta que vuelvan y...
El golpe certero en su nuca le hizo caer al suelo inconsciente.
-¡¿Kageyama?! ¡¿Pero que te pasa?!
Hinata rápidamente fue hasta el rubio moviendo su inerte cuerpo, tomándole su pulso y mirando de mala manera al pelinegro.
-Si no te quitas te cortaré la mano.
Kageyama comenzó a rodear toda la comida y Hinata se retiró de un salto por esto quedando su extremedidad a salvo fuera del campo de fuerza que había creado Kageyama para cargar las cosas junto a Kenma, dejó un agujero en la parte superior para que el oxígeno atravesara el campo dejando vivir al chico cabeza de flan.
-Kageyama, ¿porque lo golpeaste?
Tobio le dio una amarga mirada a su idiora compañero.
-¿Es que acaso quieres que descubra lo que somos? Por algo es un secreto cerebro de pájaro.
Hinata abrió la boca en forma de "O" asintiendo a las palabras de su compañero, dando pequeñas vistas a su nuevo amigo que descansaba sobre todas las cosas que llevaban.
-Oye, ¿no puedo ir yo ahí también? Tus campos de fuerza se ven cómodos.
Hinata esparcía flores ante tal imaginación.
-No, eres un peso innecesario.
Hinata se quejó por aquellas palabras alegando que el había salvado a Kenma, una persona que quizás podría devolverle la electricidad al refugio y que aparte era buena persona.
-Puedo sentirlo, Kenma será un gran aliado Kageyama.
-Como digas.
Kageyama tuvo que mantener "dormido" a Kenma por tres días contándole historias de persecuciones extrañas, carreras por su vida y cosas por el estilo, la manera en la que Hinata las contaba le daban ese toque de estupidez que necesitaba para sonar medio creíble. Luego del tiempo llegaron al refugio.
-¡Volvimos!
Yamaguchi fue el primero en salir a lanzarse encima de Hinata con risas nerviosas revisando que este se encontrara tal y como se fue.
-Tenemos un integrante nuevo.
Detrás de Kageyama, la cabellera rubia y negra se hizo presente.
-Kozume Kenma, un placer.
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Proceso
Science FictionEl mundo es bello aún en el caos y la miseria, las estrellas brillan para los que rebosan de vida y los que están a punto de dejar el mundo de los vivos.