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Los heridos fueron tratados por Hitoka, con vendas a base de ropa, alcohol etílico y algunas suturas para las más graves, Shimizu se movía tan rápido como podía para ayudar a la rubia que cumplía el plan de enfermera.

-¿Porque no nos dijeron nada acerca de su... poder?

Sawamura estaba dolido por esa falta de confianza en su persona, en el grupo.

-Yo no sabía que alguien buscaba a Tobio, no queríamos que nos vieran como una amenaza al llegar y con el tiempo, al menos a mi me dio vergüenza, no quería dejar el lugar.

Soltó la taza de café amargo pero tibio gracias a las manos de Shoyo para el mayor de cabello azabache.

-Lo siento Sawamura-san.

-Lo que nos dijo el Gran Rey no fue una mentira, si tan solo hubiésemos hecho caso a su delirio.

Tadashi terminaba de vendar la herida de un dormido Tsukishima y apretó sus puños sobre su ropa.

-Y-yo me haré cargo, iré a buscar a Kageyama y cuando estemos juntos de nuevo nos iremos, para que estén tranquilos y...

La mano de Sugawara se posó en su hombro.

-Espera, ¿como van a dejar su hogar así nada más? Aparte soy tu madre y tu eres muy joven para lanzarte al mundo así nada más, Shoyo, iremos contigo o al menos yo estoy dispuesto.

-Su-Suga con esas heridas no deberías...

-¡Oh cállate barbón negativo! Puedo moverme, ¡no soy ninguna muñeca de porcelana!

Tironeo de los cabellos del más alto provocando la risa de Nishinoya. Hinata se encontraba conmovido por aquella muestra de interés en el azabache.

-Solo ay una cosa.

Tsukishima había despertado sosteniendo su ojo lastimado.

-¿Como los vamos a encontrar?

Ante aquella interrogativa todos se congelaron, no tenían la más mínima idea de donde podrían haberse llevado a Kageyama y Kiitagawa ya se encontraba muy lejos del lugar.

-Con ondas de calor, así nos encontramos la primera vez que nos conocimos.

Todos miraron extrañados al pelirrojo ante su propuesta, pero siendo el quien poseía un extraño poder podría serles de ayuda sin duda alguna

《 》

Despertó en una habitación, blanca, con solo una cama, un mueble, sin ventanas y la puerta principal sumada a la del baño. Se sentó en la comodidad del colchón, sus ropas ahora era una bata blanca que llegaba cerca de sus pies descalzos, todo aquello se encontraba pulcro, blanco, sin ningún detalle de donde podría estar, empuño sus manos y notó su poder tan débil que apenas era visible para el.

-El lugar no te va a dejar que uses tus poderes.

La voz fue tan clara que Tobio volteó lastimando ligeramente su cuello, no había nadie en la misma habitación.

-¿Hola?

No, no estaba alucinando, ¿o sí?

-Un placer, no te apures, no estamos en la misma habitación si eso crees, estoy a lado de la tuya pero no sé si a la izquierda o la derecha.

-¿Donde estamos? ¿Tú lo sabes?

-Para nada, pero podemos dar una ronda si quieres, puedes salir.

Kageyama desconfió un poco, pero la voz era tan familiar que no dudo en hacer caso a esta para moverse a través del lugar y salir por la puerta, ¡el lugar brillaba! Había plantas, árboles de gran tamaño, una casa en medio de ese amplio edificio blanco, este parecía tener una forma esférica porque se encontraba rodeando la casa que se mantenía en medio con animales que Tobio jamás conoció y entonces pudo verlo, la piel morena y el ceño fruncido sumando a ello sus orbes esmeralda.

-Iwaizumi-san.

El abdomen de este se encontraba hinchado cosa que hizo al menor acercarse a este.

-¿Se encuentra bien? ¿Que le han hecho? Esos malditos...

-Estoy bien Kageyama, es bueno verte bien después de la discusión con el idiota de Shittykawa y tu partida en la madrugada.

Bajó la cabeza arrepentido de sus impulsivas acciones para con el grupo que le acogió.

-Ya no podía aguantarlo.

Y allí formó un leve puchero que solo saco una risa en Hajime acariciando su cabello suavemente a pesar de su ya muy diferente estatura.

-Iwaizumi-san, ¿que es este lugar?

-No lo sé con exactitud pero es algo relacionado a una tal Miller, desde que yo llegue jamás dejaron de mencionarla sobre todo...

-¡Me alegra tanto que se conozcan al fin!

Un joven de bata blanca, cabellera castaña y sonrisa turbia se hizo presente. Kageyama se puso delante del moreno, iba a protegerlo costara lo que costara. La sonrisa del médico hizo temblar su cuerpo.

-No vamos a lastimar dos especimenes en perfecta forma, no seas tan hostil Miller. Morisuke Yaku investigador en jefe, un placer.

Les dio la espalda para proseguir con su recorrido.

-Pueden seguirme, no tienen de que preocuparse todos tienen órdenes de no lastimarlos en lo absoluto.

Con las manos en los bolsillos avanzó por el lugar. Tobio seguía ensimismado con lo que veía, era un pedazo de tiempo aquel lugar, con toda esa vegetación protegida y fue cuando guiado por su curiosidad se asomó por el vidrio, una ráfaga furiosa de color negro apareció frente a el golpeando el vidrio tornando aquel paisaje en algo lúgubre mientras Tobio había caído sentado en el suelo ante la sorpresa de aquel ente que mantenía su revoloteo cercano al área de Kageyama y fue abrazado por el de ojos esmeraldas buscando tranquilizar su acelerado pulso.

-¡Qué rápido ha reconocido la génetica!

Morisuke se encontraba maravillado por la criatura tras los cristales, pronto comenzó a estirarse, rasgar con unas afiladas extremidades lo que podía tomarse por rostro dejando dos agujeros en lo negro de aquella zona llenando las cuencas con pupilas rojas mirando fijamente al azabache de ojos azules, rasgo a la altura de una boca humana sonriendo de forma horripilante para el menor. Sus uñas rasguñaban el vidrio produciendo un sonido agudo e insoportable.

El vientre comenzó a sentir un lacerante y agudo dolor debido al terror que su cuerpo experimentaba en aquel lugar, Hajime se dio cuenta sosteniendo la mano del azabache para transmitirle un poco de seguridad ante aquel horror personificado, una pesadilla viviente.

ProcesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora