8. Sinceridad

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-¿Has pensado en volver a Kiitagawa? Oikawa-san ha cambiado y quizás estés mejor con nosotros, somos más, con un lugar más grande, sería genial que volvieras.

Era tan extraño escuchar esas palabras llegar de Akira, siempre pensó que iba a escuchar algo así de todos menos de el, pero volviendo al tema en cuestión... Kageyama volteó la mirada, regresar con Kiitagawa era una opción que jamás había pasado por su cabeza debido a lo mal que salió de aquel grupo alejándose de todos y siendo Oikawa Tooru la principal razón de su salida, estaba por abrir la boca para expresarse cuando las furiosas pisadas de Hinata llegaron hasta el y cuando alzó la mirada la espalda del pelirrojo la tenía enfrente.

-¡Hinata idiota! ¡¿Que crees...?!

-¡N-no se lo lleven!

Akira abrió los ojos un poco más dejando de lado aquel rostro cansado que parecía poseer siempre y sonrió bufando ligeramente.

-¿Es que acaso tienes novio Kageyama?

Kindaichi intercalaba miradas viendo como el rostro de Tobio a cada cambio de vista se le sumaba un rojo cada vez más intenso.

-¡Por supuesto que no!

De forma brusca lo tomó de sus ropas haciéndolo a un lado de la conversación con sus ex compañeros y enfrentando la mirada inquisitiva de Kunimi.

-Realmente tu rostro parece decir otra cosa Kageyama-kun.

Akira se levantó de su lugar, tomando su pequeña caja con utensilios de curación y llevándola en su hombro de nueva cuenta.

-No volvería a Kiitagawa, porque me siento bien en Karasuno pero quiero ayudarles con Iwaizumi-san.

-Quizás primero debas acomodar tu pensamiento Tobio.

Señaló al pelirrojo que se encontraba sentado de forma india sobre el suelo con algunos manchones de polvo en su ropa, Kageyama solo asintió con un suspiro, no era algo que no supiera o desconociera, gustaba del pelirrojo pero ignoraba todo aquello debido a la situación en la que vivían, no tenía tiempo para ello debido a la búsqueda a la respuestas de quien era exactamente y el porque de aquellas particularidades en su cuerpo; pero, quizás debía hacer a un lado todo ello por unos momentos y darle a Hinata los detalles que necesitaba, si iba a ser rechazado que fuera porque el se había declarado y para no morir con aquellos sentimientos resguardados en su interior.

-Vámonos Yuutarou.

Tomó por las prendas a su amigo para alejarse del lugar dejando a Kageyama junto al chico de cabellos rojizos. La mirada azul profundo de Tobio se posó en el más bajo y este se alejó hasta topar con una alta pared de escombros donde fue acorralado por el más alto.

-Hinata quiero decirte que me gustas mucho, por la convivencia, por las atenciones, por la amistad y todo lo que compone tu pequeño cuerpo, aparte no eres tan feo después de conocerte, ¿sabes?

Shoyo se había perdido desde el me gustas mucho sin saber como reaccionar ante aquello, su mirada, sus ojos de un azul nocturno y que ahora tenían un ligero temblor, ¿estaba nervioso? ¿Ansiaba una respuesta? ¡Al menos sabía que era tan gay como el! Con un salto y una enorme sonrisa plasmada en su rostro Hinata.

-¡Tu también!

Piso el suelo y sus ojos parecían contener la galaxia entera, brillando cual sol frente a Kageyama e irradiando feniletilamina por los poros con las mejillas calientes ya no sabía si de emoción o por vergüenza.

-Tu siempre me pareciste atractivo y fuerte, con un humor del demonio y sin ser capaz de sonreír sin parecer que planeas alguna matanza... ¡wa!

Esquivo un golpe de un sonrojado y cabreado Tobio saltando a un escombro que lo dejó a la altura del pelinegro tomándolo por las mejillas.

-Kage... Tobio, sé mi novio y después cásate conmigo.

-Podemos morir en cualquier momento y aún así, ¿quieres un compromiso de tal magnitud?

Asintió moviendo sus cabellos de adelante hacia atrás con una sonrisa amplia.

-Lo quiero, quiero el mundo si tu lo quieres también Tobio.

Cuanto odiaba la cantidad de palabras que ese tonto usaba para convencerlo de tal idiotez, como amarse en el fin de la raza humana, viviendo sobre una bomba de tiempo que podría simplemente dejarles sin nada, el destino podría separarlos matando a alguno de los dos.

-Si se te ocurre morir juro que iré tras de ti para matarte por segunda vez.

Hinata rió divertido por aquello y unió sus labios a los del más alto acariciando sus mejillas cubiertas por algunas curitas, delineando hasta llegar con su mano izquierda a su nuca acariciando los cortos pero suaves cabellos que caían de forma descendente, intentó darle profundidad pero Kageyama paró el movimiento de sus labios asustado y Hinata al fin dejó de besarlo para segundos después sentir como la mano de su ahora querido novio se estampaba contra su rostro en busca de evitar que viese sus delineados ojos al borde de las lágrimas mientras el sonrojo se extendía hasta sus orejas.

Tobio no conocía un beso tal cual, ni entendía si Shoyo realmente tenía experiencia en el ámbito, pero de que le dejó los labios cosquilleando en busca de más, lo hizo y aquello le cabreó lo suficiente para regresar con toda la voluntad que pudo al refugio para ver que había pasado.

-¡Ka-Kageyama esperame!

Con el corazón gozoso Hinata le dio alcance al más alto y tomó su mano alegando que eso hacían las parejas, que ellos ya eran una y debía acostumbrarse sí o sí.

Al llegar les anunciaron el final de las negociaciones con Kiitagawa, les ayudarían a encontrar a Iwaizumi, lo que extraño a Hinata es que Kenma no se apareció en ningún momento durante la revuelta.

-Debe estar cansado, pero ahora no puedo volver a dormir con el.

La sonrisa que mostró hizo a los demás empezar a sospechar de algo hasta que Yachi soltó la leña gritando con una muy aguda voz.

-¡Al fin te declaraste Hinata!

Todos en el refugio exclamaron un muy alargado qué cuando Yachi expresó su sorpresa mientras que Oikawa al fin consumía algo de comida, no le sorprendía aquello ya que desde haber llegado supo que su adorable kouhai tenía un semblante diferente, estaba celoso y se olía a metros pero era tan orgulloso que jamás admitiría algo como ello.

-Ah Kunimi-chan, deberías hacer lo mismo para que hagamos fiesta.

Akira casi se ahoga con su bebida cuando su líder menciono aquello sin ninguna clase de preocupación de que alguien, ¡en especial esa persona! Le escuchase.

-El esta mejor sin mi y ahora no tiene cabeza para nada que no sea rescatar con bien a Iwaizumi-san.

Sus dedos tamborilearon sobre el vaso mientras Oikawa suspiraba adolorido de pensar en su pareja, lo extrañaba tanto que podría decir que sentía como Iwaizumi mantenía algo unido a el, aunque también estaba el pequeño ser que crecía en el abdomen de su amado, los latidos llegaban a sus oídos cubriéndolos con ambas manos para no perder detalle alguno.

-Te extraño.

  《 》

-La operación debe hacerse en una semana, de lo contrario partirán y no podremos con todos, con Kiitagawa unido a Karasuno la sustracción será imposible.

-¿Dos días? Deberemos movilizarnos aún más rápido, debes darnos esa semana para poder habilitar a los peones necesarios para la captura de Miller.

-Entendido señor.

-Contamos contigo, Kenma.

La comunicación se cortó mientras Kozume rompía el aparato comunicador regresando de las penumbras hasta donde alcanzaba la luz del fuego en el refugio observando como las manos de Shoyo y su objetivo se enlazaban tratando de responder a las preguntas de su familia.

-Lo siento Shoyo pero como te dije, no estás destinado a ser parte de Kageyama Tobio.

Guardó aquel ovalo donde la imagen de un infante descansaba en el bolsillo de su pantalón desviándose a su habitación para no ser visto por el líder de Kiitagawa, no debía ser descubierto aún.

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