Cabizbajos con respiraciones erráticas y un enorme sentimiento de impotencia era como se encontraban en aquel momento al presenciar a paliza que se le estaba siendo propinada a Terasaka por no mantener la boca cerrada. El castaño dio una ultima patada en limpio contra su estomago provocando que el chico teñido se asfixiara durante unos segundos y automáticamente terminara por abrazar su estomago en un intento por recomponerse.
Un hombre de cabellera azabache dio una ultima calada a su cigarro antes de botarlo al piso y apagarlo de una pisada. El dañino humo paseo por su garganta y pulmones para después ser expulsado por el usuario, sus ojos grisáceos examinaron una vez mas el expediente entre sus manos. —Imbécil, necesitamos a esos mocosos vivos.— Pronuncio frunciendo el ceño, sin despegar la vista de la imagen frente a el.
—Esto no es una jodida guardería, no tengo porque tolerar sus lloriqueos.— Sus manos manchadas de sangre, sujetaron nuevamente el cabello de Terasaka obligandolo a elevar la mirada y encararle. —No estas en condiciones de exigir.— Menciono, propinando otro puñetazo en su rosto.
Kanzaki mantenía la cabeza gacha, sus largos cabellos ayudaban a mantener su rostro cubierto y oculto, aunque sus parpados estuvieran apretados al igual que sus labios, eso no evitaba que el rió de lagrimas escapara de sus ojos, su cuerpo temblaba insistentemente, en ese momento deseaba que sus manos no estuviesen atadas, para cubrir sus oídos, para intervenir.
Un ultimo quejido se escucho cuando el demacrado cuerpo de Terasaka cayo inconsciente contra el suelo, siendo por fin dejado en paz. El castaño de hace unos segundos se encamino a un lavabo en una esquina de la habitación, para lavar sus manos, después, desempaco una cajetilla de cigarros y posiciono uno entre sus labios.—No entiendo cual es la idea de tenerlos aquí, ninguno de ellos es quien necesitamos.— Menciono tomando asiento junto al azabache.
—No, ninguno lo es. Pero ellos son su prioridad.— En su rostro se formo una sonrisa, el castaño le miro con curiosidad, su vista bajo hasta la hoja entre las manos de su compañero y termino por arrebatársela.
—¿El pelirrojo?— Pregunto, al ver cual de entre todos los expedientes era el que estaba mirando específicamente. —Es un buen candidato.— Menciono, observando la fotografía del adolescente.
—Un escenario donde brille mas...— Murmuro —Aunque, aun tengo mis dudas.— Sus ojos grisáceos miraron el par de fotografías donde aparecían Asano y Karma, pero miro una en particular del pelirrojo.
—Seria un problema si en verdad resultas ser aquello...—
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Asano dejo sus zapatos en la entrada intercambiándolos por las pantuflas e ingreso a la gran casa a paso tranquilo, cargando con su mochila sobre el hombro. Se dirijio directamente a las escaleras sin siquiera detenerse a preguntar por su padre. Entro a su habitación, dejo la mochila sobre el escritorio y camino en dirección a su balcón sin tomarse la molestia de encender las luces antes, se sentía presionado, cansado, asfixiado. Todos esperaban siempre lo mejor de el, aveces se preguntaba a si mismo como era capaz de sobrellevar esa vida, estaba conforme con sus esfuerzos, con sus logros, aquellos que sabia bien serian útiles para su futuro. Lo agotador era aquella gente superficial que en la mayoría de veces dejaban de verlo como a un humano.
El hacer lo posible por lograr ser capaz a todo.
Un suspiro agotado escapo de sus labios mientras apoyaba sus brazos sobre el barandal del balcón, apoyo su mentón sobre este y cerro sus parpados sintiendo la brisa de la noche chocar contra su rostro.
—¡Hey! ¡Zanahoria!— Gakushuu dio un respingo debido a la sorpresa, Karma reía sin dejar de sujetarse del barandal del balcón, el de ojos violetas se reincorporo y miro de mala manera al pelirrojo.
—¡Maldición! ¡¿Que demonios te pasa?!— Replico molesto.
—¡Wow! ¡Esa boca!—Karma continuo riéndose, era la primera vez que escuchaba a Asano maldecir.—Lamento interrumpir tu momento de soledad.— Dijo irónico. —Conseguimos el permiso. Solo quería saber si iras con nosotros.— Con ayuda de sus brazos y piernas, Karma termino de impulsar su cuerpo y saltar dentro del balcón junto a Asano.
—¿Si, iré?— Se pregunto a si mismo, Asano sabia que se refería al rescate de la clase E, llevaba tiempo ayudándolos, pero no se había planteado si su participación seria necesaria en esa etapa final.
—Parte de las fotografías aparecieron en tu balcón, sea quien sea esta intentando involucrarte. Estas tan metido en esto como el resto de la clase E.— El pelirrojo tenia razón, aquello era sospechoso, ¿que tenia que ver el en todo eso?
—Aunque así fuera, yo no tengo manera de escaparme de Kunugigaoka.— Aun si la clase E tenia el permiso, Asano no formaba parte de ella, por lo tanto no podría acompañarlos.
Karma se lo pensó unos segundos, Asano tampoco podía librarse tan fácilmente del Sr. Director.
—Una noche.— Murmuro el pelirrojo sin dejar de verle.
—¿He?...— Asano le miro confundido.
—Podríamos encargarnos en una noche. Nos iremos temprano y regresamos a la mañana siguiente, solo tendrías que faltar un día.— Propuso.
Asano permaneció en silencio durante unos segundos, había días en los que su padre se quedaba en Kunugigaoka incluso después de la hora de salida cuando el trabajo era demasiado y regresaba a casa al anochecer. Si tenia suerte podría fingir estar enfermo y si el destino le ayudaba un poco, al estar en semana de pruebas, lo mas seguro es que el papeleo este acumulado. Con suerte su padre llegaría hasta tarde y ni siquiera notaria la falta de su presencia.
—Una noche, es todo lo que puedo.— Respondió y Karma dio un asentimiento.
—Partimos mañana, lleva solo lo necesario.— Y de igual manera que como llego, el pelirrojo se marcho.
Gakushuu miro a Akabane irse, después ingreso a su habitación, cerro las puertas corredizas del balcón y fue hacia su armario para buscar una espaciosa mochila que le fuese útil para el día siguiente.
Encontró una lo suficientemente resistente que había comprado en una salida con Ren para planes futuros, pero no había tenido oportunidad para estrenarla. Las correas estaban enganchadas una con la otra por un par de cinchos, Asano se levanto del suelo y fue en dirección a su escritorio, abrió uno de los cajones en busca de unas tijeras pero en cambio termino encontrándose con la fotografía que había ocultado de la clase E, una en la que aparecía el cargando con el semiinconsciente cuerpo del pelirrojo, aquella que fue tomada el día en que descubrió el subgénero de Akabane.
Claramente aquel día ambos estaban siendo espiados.
¿Desde cuando? ¿Por que?
—¿Que tengo que ver yo en todo esto?—
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AAAAGGHHH Tengo un montón de cosas encima! Esta vez el examen en modulo ha sido mas complicado de lo que creía, estoy rompiéndome la cabeza en ello.
Nos leemos hasta la próxima! (osea, cuando me libre del examen y pueda actualizar xd).