「ʙ ᴇ ʜ ᴀ ᴠ ɪ ᴏ ʀ」 -H I A T U S-

1.

N/A: Aun está en progreso, llevo 10 capitulos y aún me falta historia por abordar, pero estaba viendo que si no publicaba algo ya, luego no tendría la motivación para seguirla. Son las 00:10, de noche, hay unos perros ladrando fuera de mi piso, y supongo que el no poder dormir me da el coraje de subir esto. Estoy de vacaciones, y tengo otra historia en proceso, asi que, why not? Bueno, luego del resumen ese de mierda, iré al grano: esto es un au (alternative universe) del juego The Walking Dead [TELLTALLE GAMES], donde la pareja principal es Violentine. Habrá algún que otro shipp desarrollandose a lo largo de la historia, la cual está ambientada en el ámbito escolar y a lo largo de los capítulos iréis viendo el rol de cada uno de los personajes de las cuatro temporadas del juego. Y, sin nada más que decir, ¡disfrutarlo!

¡Un abrazo!                          

—Kruddion

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CHAPTER ONE: THE FIRST TIME I KINDA BELIEVED OF SOMEONE

❝ᵃ ᵉˡˡᵃ

ʰᵃʸ ᵠᵘᵉ
ᵗᵉᶰᵉʳˡᵉ ᵐᶤᵉᵈᵒ
ᶜᵘᵃᶰᵈᵒ ᵐᶤʳᵃ ᵃˡ ᶠᵘᵉᵍᵒ

ʸ

ˢᵒᶰʳᶤᵉ❞

—¿Y cuándo te vas?

Clementine suspiró abatida.

—En menos de media hora —respondió distraídamente, jugueteando con un hilo que sobresalía de su chaqueta y que no se había molestado en cortar—. Se suponía que me iban a recoger mañana, pero ya que han aprobado mi adopción, querían que me fuera lo antes posible para atender a más niños necesitados.

—Normal. Eres la persona que más tiempo ha estado aquí —argumentó su compañera, mientras terminaba de empaquetar lo que le quedaba sobre la cama—. No es ningún secreto. Saber que te querían fuera es solo una noticia más.

—Ya. Pero, no sé, supongo que me afecta un poco.

Sarah la observó por encima del hombro, su rostro empapado de compasión. Ella volvía nuevamente con su padre, el cual, gracias a que conocía a mucha gente que trabajaba en el orfanato, la había dejado allí por unas semanas con la excusa de que la joven debía socializar más con otras personas. Ella, ayudaba de voluntaria. Ella agregaba comida a las vacías y deprimentes bandejas que todos lo huérfanos poseían a la hora de comer. Y, aunque muchos le hubieran advertido, ella era la que más se encariñaba con los niños que se encontraran allí. Era ella la que había terminado con el puesto de compañera de cuarto de la mísmisima Clementine, la persona que más tiempo había pasado en aquel lugar.

Se compadecía, porque sabía con certeza que aquella carcel mensual con la que identificaba el orfanato, había sido el hogar de la chica durante ocho años. Y ocho años, aunque no lo pareciera, era mucho tiempo.