「ʙ ᴇ ʜ ᴀ ᴠ ɪ ᴏ ʀ」 -H I A T U S-

9.

N/A: Dentro de una semana entraré a mi horario escolar así que no sé si podré seguir escribiendo. Publicaré todo lo que tengo ya preparado e intentaré sacar tiempo, pero, no prometo nada. De todas formas, disfrutad del capítulo y dejad esos icónicos comentarios que tanto me gustan UwU

CHAPTER NINE: WHITE SHIRT, NOW RED, MY BLOODY NOSE

❝ᵒᵇˢᵉʳᵛᵃ

ˡᵃ ᵐᵃᵍᶤᵃ ⁿᵃᶜᵉ
ᵃˡ ᵉⁿᵗʳᵉᵍᵃʳˡᵉ
ᵃ ᵃˡᵍᵘᶤᵉⁿ
ˡᵃ ᶜᵒⁿᶠᶤᵃⁿᶻᵃ ˢᵘᶠᶤᶜᶤᵉⁿᵗᵉ
ᵖᵃʳᵃ ˢᵉʳ
ᵘⁿᵒ ᵐᶤˢᵐᵒ❞

—¿Clementine? ¿Puedo entrar?

No se molestó ni en mirar a Lee.

Habían pasado aproximadamente tres semanas desde el incidente con Marlon, y desde el atosigante encuentro que había sufrido con su "madre biólogica" en la casa de Violet. Todavía se sentía como si tuviera la penetrante mirada de aquella mujer sobre su nuca, y había empezado a tener problemas con el sueño que tenían mucho que ver con ello. Tan solo con pensar en ella conseguía que le entraran nauseas.

Aún estaba desorientada sobre la mayoría de cosas que estaban ocurriendo en su vida. Había sufrido muchos giros argumentales inesperados a lo largo de aquel periodo de tiempo, típicos en alguno de los trágicos libros que Aasim le había prestado. Había terminado las practicas para el equipo de hockey, y había vuelto a ir a aquellas clases de astronomía que a Violet tanto le gustaban. Dios, hasta había ido varias veces con Brody de compras, acompañada de la rubia y de Ruby. Hasta Louis se unía frecuentemente, y eso que de primeras sonaba raro.

Había medio arreglado los problemas entre Marlon y ella (si es que había alguno) y quedaba más a menudo con ellos. Pudo probar las exquisitas comidas que Omar preparó para todos, y empezó a tolerar más las estúpideces que Mitch soltaba. Algo que no pudo creerse de primeras, ya que el chico no paraba de burlarse de su altura y de la gorra que llevaba, la cual ella seguía pensando que era de su padre.

Seguía pensando que quizás era la única cosa que tenía de su verdadero padre.

Aún seguía con ese maldito regustillo amargo en el fondo de la garganta que había tenido justo al volver de casa de Violet. Habló con Lee del tema, y temblando de la ira (o de la melancolía) empezaron una discusión que ninguno de los dos ganó por falta de información. Ella se sentía traicionada y él estaba más que decepcionado por las acusaciones de su hija, pues no tenía idea de la ubicación de su familia biológica.

Y mierda. Se habían estado ocultando cosas. Se suponía que tenían que mantener una relación de confianza de padre e hija y vivir la vida que Clementine siempre había soñado con él: ir a parques de atracciones y comprar algodón de azúcar hasta hartarse, jugar a los vaqueros con él o ir al parque con un perro que no tenían y que no tenía ganas de tener en ningún momento. Solo una puta vida normal, no pedía nada más.

Todo se estaba yendo al garete, y lo único que podía hacer para sobrevivir aquella crisis existencial era pensar con claridad y actuar con astucia. Tal y como Violet le había aconsejado.

Violet era otro tema completamente distinto, un tema que conseguía acelerar su corazón. Y ahora que estaba numerando todos sus problemas, no podía faltar Kenny, el cual había aparecido luego de días sin dar señal de vida como si no hubiera pasado nada.

En el fondo le dolía decir aquello, pero había veces que deseaba volver a su cutre vida en el orfanato.

—¿Puedes mirarme a la cara cuando te hablo, por favor?