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CHAPTER THIRTEEN: THE KING CAN GO FUCK HIMSELF

❝ᵠᵘᵉ ᵛᵃˡᶤᵉⁿᵗᵉ
ᵗᵉ ᵛᵉˢ
ᵗᵉᵐᵇˡᵃⁿᵈᵒ
ᵈᵉ ᵐᶤᵉᵈᵒ

ᵖᵉʳᵒ
ᵃʳʳᶤᵉˢᵍᵃⁿᵈᵒᵗᵉ
ᵃ ᵛᶤᵛᶤʳˡᵒ❞

Bueno. Era una curiosa y nada sospechosa manera de escaquearse.

Llegó a su respectiva mesa junto a Violet, con quien no había parado de hablar. El día anterior, habían discutido las maneras en las que podían colarse en el bloque de pisos sin llamar mucho la atención, pero luego AJ llegó, terminándose su bebida, y empezó a enseñarle juguetes y dibujos a Violet. Poco después la rubia había vuelto a su casa refunfuñando, pero con la imagen de esos dos y de las risas que compartieron en su cabeza, su corazón podía dar diez volteretas para luego dar una maratón.

Se sentó mientras argumentaba sobre la posible trama de la secuela de la última película de Spider-Man, y al terminar, Louis rápidamente entabló una conversación con ella. Él habló de tonterías que por supuesto la hicieron reír, mientras ella le hacía preguntas ingeniosas y le comentaba en susurros bobadas a la rubia. Louis volvió a hablar de música y de una nueva canción que estaba componiendo con ayuda de una amiga, y le enseñó con todo lujo la melodía.

Mitch conversó con ella por ninguna razón aparente, actualizándola con las noticias diarias y las tragedias más recientes. Willy, siguiendo el ejemplo del castaño, habló de los criminales más peligrosos de los tiempos, aunque a todos los que nombró eran siempre pirómanos o mentes inteligentes que provocaron los ataques terroristas más impactantes. Eran cosas que no necesitaba saber, pero no tenía el valor para decírselo a ninguno de los dos.

Aunque, gracias a Dios, para calmar el ambiente Omar compartió un par de recetas con ella, Brody y Ruby le contaron sobre sus clases de anatomía humana entre risas y Aasim comentó su excelente experiencia con el club de lectura del instituto. Incitó a sus amigos a entrar, cosa que hizo que la mayoría estallara a carcajadas. No lo veía mala idea, pero ella no era una chica de libros. Ni de coña lo era.

Iba a mostrar una sonrisa al ver a Louis haciendo el Louis pero Marlon le llamó la atención.

Él era el que no se había reído de todos los que estaban en la mesa. Y por su mirada supo que quería hablar. Ahora. Justo en ese momento. Marlon era un buen tipo siempre y cuando no rompieran sus limites. Si lo hacían, entonces convertía su amabilidad, su consideración y su bondad en ira, deshonestidad y egocentrismo. Conocía al joven lo suficiente como para saber que el chico era alguien tolerante, pero a la vez impaciente y ver sus dedos tambolireaban con rabia en la mesa lo confirmaban. Su almuerzo parecía un simple adorno. Él intentó empezar a hablar, entrecerrando los ojos, pero ella le soltó un rápido:

—Necesito hablar con la profesora de mates.

Bueno. Era una curiosa y nada sospechosa forma de escaquearse.

Marlon intentó decir algo, pero ella ya estaba dirigiéndose afuera de la cafetería. Violet la siguió con la mirada hasta que salió de su rango, e incluso sin verla, supo que la joven estaría en Narnia tal y como le había comentado Louis que hacía cuando la morena se iba. Era gracioso imaginarse a la rubia mirando a la nada con el ceño fruncido mientras masticaba su comida ausente de cualquier conversación.

«Violet —suspiró sacudiendo la cabeza—. ¿Qué haría yo sin esa idiota?»

Aún no le había agradecido todo lo que estaba haciendo por ella. Era cierto que Violet en ningún momento quiso entrometerse en su vida (y eso lo dejó bastante claro todas las veces que empezaba a hablar con ella del tema) pero aún así la joven parecía esforzarse para encontrar nuevos datos que pudieran servirle de ayuda. Y eso era algo que agradecía. Lo agradecía tanto.

「ʙ ᴇ ʜ ᴀ ᴠ ɪ ᴏ ʀ」  -H I A T U S-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora