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CHAPTER EIGHT: ONLY ONE QUESTION- WHAT. THE. HELL.

❝ᵃᵘⁿᵠᵘᵉ ᵗʳᵃᵗᵉ
ᵈᵉ ʰᵃᶜᵉʳˢᵉ ᵖᵃˢᵃʳ
ᵖᵒʳ ʰᵘᵐᵃⁿᵃ

ˡᵃ ˡᵘᶻ
ᵈᵉ ˢᵘˢ ᵒʲᵒˢ

ᵉˢ ᶜᵒˢᵃ ᵈᵉ ᵃⁿᵍᵉˡᵉˢ

—¿Cuándo te quitaron el aparato?

Vio a Violet quedarse de piedra en la cama, sin dignarse a comentarle nada al respecto. Se le subió la sangre a la cabeza, y miró con la boca entreabierta como la morena seguía mirando esa estúpida foto que Brody le regaló para su cumpleaños a la edad de los trece. Odiaba esa imagen porque salía como un ogro con esas gafas y con ese maldito aparato de las narices, pero en realidad era tal vez lo único de su habitación que cuidaba con verdadero esmero.

—¿Qué?

—Que cuándo te quitaron el aparato —repitió curiosa, fijando sus ojos en la chica.

—Oh. El... El año pasado —se apresuró a contestar—. Me lo... quitaron el año pasado. ¿Por qué lo dices?

—No sé. Curiosidad, supongo. Seguro que tenías a miles de chicos detrás de tí —bromeó risueña, mirando al techo como si fuera un deseo hecho realidad para ella.

No —recalcó con repugnancia—. No los tenía-

—Oh, vamos. Seguro que eras demasiado adorable como para pasar desapercibida.

Clementine la miró asintiendo de acuerdo con su propio comentario. Todo el odio e ira que había acumulado había ido desapareciendo con solo estar con la chica un rato. Su corazón había empezado a bombear con más rapidez, y mientras más tiempo pasaba con la rubia, más ganas tenía de pegarse un tiro.

Maldita estupidez. Malditos impulsos. Malditas hormonas.

Violet volvió la vista a sus deberes de Física intentando controlar con todas sus fuerzas el ardor en sus orejas.

—No era adorable —farfulló avergonzada.

—Por supuesto que no —fingió estar convencida, con un tono cantarín y ridículo.

La rubia bufó, y se centró en sus ejercicios. Estuvieron unos minutos en silencio, y por ninguna razón aparente, la idea de que tal vez Clementine se había aburrido de una vez por todas de su habitación y había vuelto su cabeza a sus deberes pasó por su mente. Tal vez dentro de nada le preguntaría sobre algún problema de Matématicas que no había terminado de entender. Tal vez le preguntaría sobre alguna formula que no recordara de Química. Sobre algo. Pero algo relacionado con los deberes.

Que equivocada estaba.

—¿Y tus gafas?

Violet le regaló un suspiró, aburrida por el tema del que estaban hablando.

—Estarán por ahí —señaló su escritorio con desinterés. Leyó el siguiente ejercicio que tenía que hacer haciendo una mueca—. ¿Entiendes el doce?

「ʙ ᴇ ʜ ᴀ ᴠ ɪ ᴏ ʀ」  -H I A T U S-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora