「ʙ ᴇ ʜ ᴀ ᴠ ɪ ᴏ ʀ」 -H I A T U S-

18.

CHAPTER EIGHTEEN: FOR GOD'S SAKE, CUT YOUR FUCKING LEGS

❝ᵖᵘᵉˢ ˢᶤ

ˡᵃ ᶜᵒˢᵃ
ᵉˢᵗᵃ ʲᵒᵈᶤᵈᵃ

ⁿᵒ ᵖᵃʳᵒ
ᵈᵉ ᵖᵉⁿˢᵃʳ ᵉⁿ ᵗᶤ❞

No pudo evitar toser un par de veces contra el suelo y notó como la garganta le escocía como el infierno. Maldijo su existencia con toda sus fuerzas y tragó saliva aguantando el dolor que le provocaba hacerlo.

Colocó con esmero el trozo alargado y fino que según ella iba justo encima de la estructura y apartó el rostro de la maqueta para verla de lejos. Y, bueno, había que admitir, que la Estrella de la Muerte de Stars Wars les estaba quedando de lujo, y eso, que había partes que eran cutres a más no poder. Aún teniendo la tele encendida con un programa que ella no conocía, podía escuchar con claridad el lapiz de Tennese deslizarse por el papel, y no podía asegurar si aquello la tranquilizaba o al contrario, la ponía más nerviosa.

Cuando miró a AJ, que estaba sentado junto a ella, se confundió al ver como endurecía su expresión y disipaba todo atisbo de concentración en él.

—Eso no va ahí —señaló lo que había puesto segundos antes.

—Pues claro que va ahí —renegó ella, con una voz gutural a causa del resfriado.

—No, Clem. Lo estás haciendo mal.

—¿Que lo? ¿Que lo estoy haciendo mal? Tú lo estás haciendo mal.

—¿¡Qué!? ¡No! ¡Eso es mentira! ¡Eso de ahí va aquí!

—¡Claro que no! —dramatizó divertida, meneando la pieza que tenía entre los dedos con obviedad— Llevo jugando a esto desde los ocho años. ¿Acaso estás dudando mis habilidades con los Legos?

—¡No! Solo estoy diciendo que eso va aquí, ¡no ahí!

—¿Y quien dice eso? ¿Eh? ¿Un novato como tú?

—¡Lo pone en las instrucciones!

Clementine enarcó las cejas al escuchar la risa del otro chico resonar por la habitación sin censura alguna. AJ hizo un tierno puchero para remarcar su molestia y frunció el ceño con una enojada expresión. Incluso mirandolo de aquella manera era increíble lo lindo que podía verse cuando se enfadaba.

—Instrucciones —siguió con el juego con un ademán cómico— ¿Quién necesita eso teniendo a una experta como yo en la materia-?

—¡Pero si tú has dicho que la utilizáramos!

Clementine mantuvo el silencio por un rato. Luego, volvió a abrir la boca:

—Bueno, pues haz como si no lo hubiera dicho.

—¡No-! ¡Eso no es así! ¡Lo estamos haciendo mal! —advirtió el niño, acercando el codo a la base de forma peligrosa.

—¡Pero si está quedando genial!

AJ apretó los dientes con tanta rabia, que logró oír como sus palas chocaban con fuerza. Quiso decirle algo para calmarlo pero antes de que ninguno de los dos pudiera hablar, el brazo del pequeño se movió lo suficiente como para empujar toda la maqueta.

Había sido un mísero centímetro, pero el prototipo se tambaleó de un lado a otro para después caer y rodar por la alfombra como si fuera un balón. Dio una vuelta de campana antes de que Clementine la alcanzara y cuando la palpo con ambas manos, observó como la mayoria de piececitas que la formaban se habían desprendido. Al cruzar miradas con el niño, vio como el arrepentimiento empezaba a asomarse por sus ojos marrones de forma inevitable. A Clementine se le escapó la sonrisa.