m o o n 🌛

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Narras tú.

Jamás había notado que la azotea de tu casa tuviera una gran vista, o bueno, en realidad jamás pensé en que me harías subir aquí.—dijiste, dándole un mordisco a una de las fresas que tenían junto a ustedes.
—Las mejores cosas me pasaron sin que yo me diera cuenta.—respondió Wyatt, quitando de tu boca la fresa.
—¿Se supone que lo mejor que me pasó es que me quitaste esa fresa de la boca?—dijiste riendo. Estabas nerviosa de hacer tanto contacto visual con Wyatt.
—No. Es esto.—respondió él, quitando el cabello que estaba sobre tu mejilla para poner su gran mano en ella. Se acercó demasiado a ti, pero paró a los 3 cm de lograr pegar sus labios contra los tuyos.

Te miró a los ojos, pudiste ver las estrellas en esos ojos que parecían el mismo sol. ¿Cómo haces que lo imposible sea posible? El sol con las estrellas de la noche, mis latidos al 100%, la palabra tristeza está fuera de mi diccionario cuando te veo tan cerca.

Soltaste una gran sonrisa. No sentías pena, ni mucho menos sentías nervios de estar tan cerca de él para estar apunto de besarlo, estabas dándote cuenta de lo tanto que lo amas, y aún que no se lo haz dicho, el ambiente se entorna a lo que los dos sienten.
Él soltó un suspiro para después sonreír, juntó sus narices y pudiste sentir cómo respiraba. El único sonido, era el de su respiración y el de los grillos.

Y por fin, te besó. Tus sentimientos se fueron al máximo. No fue un sentimiento vacío, en dónde tus sentidos sólo detectan unos labios contra los tuyos. Era él, el amor de tu vida, la persona perfecta para tus ojos.
Delante de las estrellas y de la noche, fue el beso más puro y sincero que los dos pudieron haber dado.

—No me di cuenta que lo iba a hacer. Creeeo, que esto fue lo mejor que me pasó.—dijo él, con una sonrisa saliente de los labios rojos, gracias a ese gran y largo beso.
—Opino lo mismo.—dijiste con una sonrisa, dirigiendo tu mirada hacia las estrellas.
—¿Alguna vez viste a la luna tan brillante?—preguntó Wyatt.
—En realidad, estoy viendo todo más bonito de lo normal.—respondiste.

Wyatt dio un suspiro con una media sonrisa y empezó a acariciar tu mano con la de él, haciendo que tu piel se enchine completamente.

—Tu anillo se parece a la luna.—dijo él, levantando tu mano, enredando sus dedos con los tuyos.
—¿Tú crees? Diablos, Wyatt. Bajé a la luna por ti, seguro el lobo en cualquier momento viene a matarme.—dijiste, mirando sus manos entrelazadas, aún al aire libre.
—¿Por qué un lobo?—preguntó él.
—¿Jamás haz escuchado esa leyenda?—preguntaste, a lo que él negó.
—Bueno.—respondiste, poniendo tu cabeza sobre su hombro. —Cuenta la leyenda, que una noche, la Luna bajó a la tierra y se quedó enredada entre las ramas de un árbol. En ese momento apareció un lobo y la empezó a acariciar con su hocico y jugaron toda la noche, hasta que ella volvió al cielo y el lobo al bosque. La luna le robó la sombra al lobo y desde entonces, él le aúlla para pedirle que se la devuelva.—añadiste, dirigiendo tu mirada hacia la luna.
—¿Entonces debería aullar todas las noches para que me devuelvas el corazón? Por qué cuando te besé, sentí que se me salió, realmente—dijo él, dirigiendo su mirada a la luna.
—Wyatt.—dijiste.
—¿Sí?—respondió él.
—¿Tú también cuando ves la luna, se te viene a la mente una pareja sobre ella, dándose un beso?—preguntaste.
—No.—respondió él, riendo. —Pero a partir de hoy, estoy seguro que cuando vea la luna, me acordaré de ti.—añadió él, poniendo su brazo en tus hombros.

If Wyatt were your boyfriend...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora