ADVERTENCIA: EL CONTENIDO DE ESTE CAPÍTULO ES FUERA DE LO ACOSTUMBRADO, POR FAVOR, SI NO ESTÁS DE ACUERDO CON ESTE TIPO DE CAPÍTULO SÓLO PÁSALO. MI INTENCIÓN NO ES FALTARLE AL RESPETO A NADIE. XX.
(1657 palabras)
Narrador omnisciente:
Wyatt y tú estaban haciendo lo mismo de siempre; ver películas y comer mientras ven Netflix. Llevabas todo el día el uniforme, habías olvidado que lo traías puesto pero empezaste a sentir lo incómodo que era tener la falda y la blusa hasta el cuello. Ibas a quedarte a dormir en su casa, era viernes. Así que tenías un par de cambios de ropa más, entre ellos, tu pijama.
—Ya me hartó el uniforme.—dijiste, párandote de la cama. —Me lo voy a quitar, ¿Dónde está mi mochila?—añadiste, mirándolo desde el otro lado.
—Ahm, está por allá.—respondió Wyatt, apuntando a una pequeña mesa.
Tomaste la mochila y empezaste a buscar tu pijama. Después de encontrarla, empezaste a sacarte la ropa, sin vergüenza alguna, quedando sólo en ropa interior. Aún que, lo hiciste dándole la espalda, aún daba un poco de pena.
Habías dejado tu pijama justo a un lado de ti, y ahora ya no estaba. Al voltear hacía atrás para ver sí podría estar en alguna otra parte, ahí estaba Wyatt, con la pijama en las manos.
—¿Buscabas algo?—preguntó él, riendo.
—WYATT, HACE FRÍO.—renegaste, corriendo hacia él.
—Nop.—decía él, sosteniendo la pijama con su mano levantada.
—¿No qué? Damela.—dijiste, saltando para poder alcanzarla. —Wyatt, estoy en ropa interior, NO ME HAGAS ESTO.—añadiste, tapando tus pechos.
—¿Te da vergüenza? ¿Qué tiene de malo?—preguntó él, bajando su mano sin darse cuenta.
—NO, no me da vergüenza.—dijiste, arrebatándole la camisa y short de su mano, dándole la espalda para cambiarte.
—Tranquila, no tiene que darte vergüenza.—dijo Wyatt, poniendo sus manos alrededor de tu abdomen. —Eres hermosa.—dijo en tu oído, plantando un beso en tu cachete.
—Claro que no me da vergüenza.—dijiste, retandolo.
—¿Ah, no? ¿Y por qué te urgía tanto la pijama?—respondió él.
—¿Querías que estuviera desnuda o qué?—preguntaste, no esperando un "si" como respuesta.
—A lo mejor.—respondió él.
—¿Me quedo así, entonces?—preguntaste, volteando para ver su rostro.
—Por mí, no hay problema.—respondió él, con una sonrisa.
Nunca habías conocido al Wyatt doble sentido y mucho menos que se insinuara así. ¿Está solo jugando, o de verdad está pensando lo mismo que tú?
Wyatt te tomó de la cintura y te cargó hacia la cama. Empezó a darte un beso delicado, pero la intensidad cada vez subía y era obvio que los dos querían hacer lo mismo. Wyatt metió sus manos por debajo de tu espalda, y sí esto no iba para más, al menos moriste intentándolo. Empezaste a sacar su camiseta, viste su bonita piel blanca, es el cuerpo más hermoso que haz visto.
Puso sus manos sobre las almohada, cerrando cualquier posibilidad de que te puedas mover. Viste hacia los lados, y él solo soltó una risa.
Te dio un rápido beso en los labios, bajando hacia el cuello. Levantabas la cabeza, está era la primera vez que no te daban cosquillas por sentir tacto en el cuello. Sentías algo más que eso.
Quitó sus manos sobre las almohadas y con sus dedos, empezó a subir y bajar en tu abdomen, provocando que se te ponga la piel china. No dejaba de besarte, y entre más te besaba, más ganas tenías.
Con la mirada empezaste a buscar el paquete de Wyatt, para ver si tenía o no el pantalón puesto aún. Y aún lo tenía.
—¿Te lo quitas o te lo quito?—preguntaste.
Soltó una risa e inmediatamente colocaste tus manos en el botón y cierre de su pantalón. Quitaste lo más rápido que pudiste eso que tanto te estorbaba. Miraste detenidamente, el bulto era más notorio de lo común y eso te gustaba. Sin darte cuenta sonreíste y Wyatt se percató de eso, sonriendo de igual manera.
Tomó tus manos y te hizo hacia atrás, dejándote sentada. Te vio fijamente, y aún que estuvieras más excitada que nunca, sabías que los dos sentían amor.
Colocó sus manos en tus caderas, tomando los bordes de tu calzón. Abriste totalmente las piernas, sintiendo ese calor sobre tu clítoris.
