¡Mami!

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 Ya habían pasado unos tres días desde que James había entrado en coma, sí, cada vez más, sin razón alguna el pequeño rubio empeoraba, tanto que un día había entrado en estado de shock; los doctores intentaron estabilizarlo pero había entrado en coma.

Natasha estaba en ese momento en el que su hijo había empezado a convulsionar, llorosa pidió ayuda, ahora solo rezaba que su hijo no le pasara nada.  Sus amigos con tan solo enterarse, ya estaban allí, dándole apoyo.

No supo nada de Steve, y esperaba que se quedara así, prefería no saber nada, por ahora.

_Nat...- Pepper la llamó- Creo que debes ir a tu casa a descansar, lo necesitas.

La pelirroja negó con la cabeza, se negaba a soltar a su hijo.

La pelirroja mayor suspiró desconforme, pero no insistió. Pasaron horas para que Clint llegara a su lado, el ex-arquero al ver el estado de su amiga se sintió preocupado e impotente de no poder hacer algo por ella. A pasos lentos se sentó junto a ella, pudo apreciar el dolor impregnados en los orbes de su amiga.

_Tasha...

_Si vienes a decirme que me valla a mi casa, pierdes tu tiempo Clint- contestó fría Natasha.

_No es eso, solo vine a darte mi hombro...se que lo necesitas- y era verdad, la pelirroja necesitaba de alguien que le brinde compresión y apoyo, no solo que le estén ordenando que hacer.

Así que con un suspiro de alivio, se recargó en el hombro de su mejor amigo y se desahogó, lloró mucho, sus ojos quedaron rojos, pero no le importó, después de mucho tiempo se sintió ligera.

Pero eso no cambiaba de que el peso aún siga allí, Natasha cerró los ojos, esperando un minuto de paz. Cedió al sueño que la rodeó, sin darse cuenta que fue levantada en brazos y llevada hasta su casa.

Cuando se despertó vio que estaba en su cama y había nota a su lado, la tomó con furia contenida y leyó  con rapidez.

Querida Natasha

Antes de que cojas el celular y me digas mi vida, mi argumento es:  Era "necesario", Tasha. No podías seguir quedándote en ese estado, a James no le gustaría despertar y ver a su mamá sucia. Así que te parece si después de haberte dado un baño, paso a las cuatro por ti para llevarte al hospital, ya después me dejas sin descendencia.

Te quiere, tu amado mejor amigo Clint  ;)

Natasha con el ceño fruncido dejo la nota a un lado y como escribió la carta, se fue a dar un baño. Cuando estuvo lista, salió y comió algo ligero, no tenía mucho apetito.

Lavó sus trastes y revisó el reloj de carrito que colgaba en la cocina, James había elegido ese reloj...

Ya eran las 3: 30, dentro de media hora Clint vendría por ella, Natasha casi comiéndose las uñas se sentó a esperar.

En un intento de distraerse, caminó por la casa, inconscientemente sus pies la llevaron a la puerta de su sótano, con curiosidad abrió la puerta.

Bajó con cuidado las escaleras que rechinaban por los años que tenían, al llegar abajo, con su mano tanteo el interruptor de luz; cuando lo halló, encendió la estancia.

Cajas y muebles polveados, empezó a remover cosas, encontró ropita de bebé, que perteneció a James, juguetitos de goma y accesorios de habitación para bebés.

Sonrió con nostalgia, aún recordando lo que su pequeño decía..." Mami, ya no necesito esos juguetes, yo ya soy un hombre", rió al recordar lo que contestó esa vez.

"¿A si? Entonces no te importará que me lleve tus galletas de Iron Man y también tu leche con chocolate..."

"¡NO MAMI! Mis galletitas no!!"

Natasha rió ante esos recuerdos, dejó la caja a un lado y buscó otra, era mediana y se veía que tenía años guardada.

La abrió y observó dentro, encontrando primero un uniforme de SHIELD, muy diferente del que había ahora. Lo sacó cuidadosamente, encontró otras cosas.

Algunas fotos de cuando entró a SHIELD, de cuando salió de la escuela de reclutas, la nostalgia la empezó a invadir, como le hubiera gustado que su madre le hubiera visto recibir el primer lugar como mejor recluta.

Se acordó de que su padre no pudo asistir a su graduación, solo porque estaba muy ocupado recibiendo a nuevos agentes, le dolió no haberlo visto. Pero como siempre entendió que era su deber.

Siguió sacando objeto por objeto hasta llegar a una foto en particular, una foto de Steve y ella con todo su equipo. Se veían felices, antes de que todo acabara.

El timbre sonó y se levantó rápidamente, de seguro ya eran las cuatro, guardó todo rápidamente y corrió a abrir la puerta. Clint la esperaba en la acera.

_De la que te espera Barton.

                        ****

Llegaron al hospital y Clint acompañó a su amiga hacia la habitación de James, esta entró rápidamente, sintiendo euforia de volver a ver a su niño. Clint llegó adormilado, la reprimenda de Natasha lo había dejado agotado.

James seguía igual, parecía dormir con la diferencia de que estaba conectado a unas máquinas. Natasha se sentó a un lado de la cama.

_Ya está Natasha- dijo Clint- Nadie se murió por ir a tomar un baño.

Natasha lo fulminó con la mirada pero no dijo nada.

_Yo me voy Nat, Laura me espera para la cena.

Se despidió de Natasha y salió. Ella se quedó unos minutos más antes de ir a comer algo en la cafetería del hospital.

Comía en silencio hasta que vió una sombra mirarla desde la entrada de la cafetería, era un hombre pero no se veía la cara. Estaba hablando por celular, cuando se paró a seguirlo, una mano se posó en su hombro.

_¡Señorita Romanoff!- exclamó una enfermera, parecía haber corrido un maratón.

_Jane, me has asustado- tantos días en el hospital la habían hecho socializar con las enfermeras. Jane era una de ellas, una chica muy tierna y seria al hacer su trabajo.

_Lo siento, pero acaba de suceder algo...

_¿¡Le pasó algo a James?!

_Ha despertado Natasha- la enfermera sonrió- Ha despertado y está preguntando por usted.

Natasha empezó a correr hacia la habitación, Jane la seguía a sus espaldas, entró y vió que los doctores lo revisaban.

James se veía desorientado.

_¡James!

_¡Mami!

El intruso - RomanogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora