Sinopsis

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Steve Rogers era muy pequeño cuando perdió a sus padres, aún podía recordar los gritos de su madre, la mirada dudosa del culpable de su muerte y lo que podía recordar mejor fue a una hermosa señora pelirroja que le gritaba ayuda.

Con tan solo cuatro años, quedó traumatizado por la impotencia que sintió en ese momento.

Fue un día normal, su padre trabajaba en SHIELD, una organización que ayudaba  a la gente, ese día su madre  le había dicho que irían de visita al trabajo de su padre. Muy emocionado había llegado corriendo hacia él.

Ese mismo día, Steve había conocido al culpable de la muerte de sus padres, el director de SHIELD, Dmitry Romanoff, era un hombre de cabello negro y ojos verdes. Era el mejor amigo de su padre; su mujer también había ido a visitarlo, su nombre era Anya Romanoff y llevaba con ella a una pequeña bebé pelirroja.

Todo iba normal, hasta que el edificio entero empezó a temblar, su madre lo abrazaba mientras le gritaba a su padre; estaban los tres en un rincón. El señor Romanoff estaba en medio del piso.

Con horror los miró y murmuró algo que no pudo oír y corrió hacia su esposa que estaba al otro lado del piso, llamándole con la bebé en brazos.

_¡Joseph!¡¿Qué vamos hacer?!- gritaba su madre con lágrimas en los ojos.

Su padre estaba aterrado, tenía miedo y no era el único.

_¡Sarah, empújalo!

Steve lo miró asustado.

_¡No, papá!

_¡Steve!- llamó- ¡No olvides que te amamos!

Steve no paraba de llorar hasta que su madre lo arrojó lejos de ellos, con horror vio como el suelo bajo sus padres se desmoronaba y caían al abismo.

_¡PAPÁ!¡MAMÁ!

                       *****
_¡Rogers!- un bramido sonó en la estancia.

El rubio se volvió a mirarlo, ya habían pasado veintidós años desde la muerte de sus padres, y el pequeño Steve ya había cambiado.

Ahora era un hombre alto, fuerte y muy especializado en lucha cuerpo a cuerpo, luego de presenciar esa escena que le cambió la vida, los rescatistas lo sacaron de aquel edificio antes de que el también pudiera morir.

Antes que los agentes de policía tomaran su nombre, escapó y se fue lejos de todo. Pasaron dos días luego de eso y un hombre lo encontró, lo llevó hasta una base muy escondida y allí encontró su destino.

La venganza, tenía una terrible sed de sangre, quería ver morir al hombre que pudo haber salvado a sus padres, quería verlo de rodillas pidiendo perdón. Pero para eso tenía que ser alguien poderoso, Cráneo Rojo fue el encargado de su entrenamiento.

Estuvo listo a los dieciocho años, a los dieciocho años ya era un asesino y era conocido como Capitán HYDRA.

_¿Qué?- respondió bruscamente, mirándolo con el entrecejo fruncido.

_¿No crees que ya es suficiente?- señalo al saco que estaba destrozado.

_No, creo que no- dijo sin más-¿Qué quieres, cráneo rojo?

_Tengo algo que has esperado por mucho tiempo.

Eso captó la completa atención del rubio.

_Ya era hora- dijo caminando, al fin era la hora.

Al fin cumpliría su venganza.



El intruso - RomanogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora