La vida después de él

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4 años después..

El sonido del teléfono alertó a Natasha, quien estaba preparando el desayuno. Estaba vestida formalmente con unos pantalones de vestir, no muy ajustados y una blusa blanca.

Se acercó al teléfono y contestó, su voz no había cambiado para nada.

_¿Sí?

_Hola Tasha...

_¡Clint! Que sorpresa.

_Si, hace mucho que no llamaba, solo quería saber como estaba mi pelirroja favorita.

Natasha soltó una risita.

_Estoy bien, nada espectacular ¿Cómo están Laura y los niños?

_Ellos están bien, Laura que a veces siente dolores pero debe ser a que ya va a dar a luz.

_Bien, les mandas mis saludos.

_Claro...Natasha, el motivo de mi llamada fue para avisarte de que dentro unos días se cumple ya cuatro años desde ... ya sabes.

Natasha quedó en silencio. Clint continuó.

_¿Qué piensas hacer?

_Clint, voy a hacer lo que siempre hice durante todos estos años, ir y dejarles unas flores.

_Si, pero el problema es que solo dejas flores, ni siquiera vas y te sientas un rato a hacerle compañía a tu padre.

_Clint sabes que no me gusta hablar de esto..

_Okey, lo intenté..

_Me tengo que ir, ya se hace tarde.

_Esta bien, mándale mis saludos al hombre de la casa.

_Claro, adiós.

Cortó la llamada y se dispuso a terminar su trabajo en la cocina para después dirigirse al segundo piso.

Entró despacio a la habitación que estaba a oscuras y se acercó a la cama.

_Cariño...- susurró- Despierta, se nos hace tarde.

Y lo único que recibió fue un gruñido bajo las sábanas.

"Hombres" pensó.

Cogió las sábanas y las retiró bruscamente, haciendo que el cuerpecito de la persona quedara sin protección.

_¡Mamá!- se escuchó una voz infantil gritar indignado.

_James ya hay que vestirte, llegarás tarde a la escuela.

_¡No quiero!

****

James masticaba su desayuno con el ceño fruncido y un pucherito que lo hacía ver tierno.

James Romanoff era el niño más feliz que había en todo el mundo, como él lo decía. Creció sin padre pero eso no le impidió tener el amor de su madre y sus tíos.

Dos meses después del ataque a SHIELD, habían logrado reconstruir el imperio y ahora estaba mejor resguardado, los agentes que querían ingresar debían ser estudiados e investigados para así poder evitar posibles catástrofes.

Natasha había empezado a sentir mareos y nauseas constantes lo cual preocupo a sus amigos. Al final Wanda y Pepper fueron las que la convencieron de hacerse un examen médico.

Steve antes de irse le había dejado un recuerdo que jamás olvidaría, sí, Steve ya había estado con Natasha y ese era el porque de su embarazo.

Cuando la ex-agente se enteró entró en shock, se sentía impotente de traer a un niño al mundo sabiendo que su padre era el culpable de muchas cosas en su vida. Al principio no comía, Clint fue el primero en actuar antes de que fuera demasiado tarde para su sobrino.

Natasha fue cuidado por todos, hasta por Fury, quien la veía como una hija. La pelirroja con cuatro meses de embarazo se había encariñado de su hijo. Ella iba a ver a sus padres cada mes, les contaba lo que pasaba y lo que hacía.

Hasta que un día, Fury la había llamado para decirle algo importante, él había pensado que era mejor contarle a Natasha todo lo ocurrido antes de su nacimiento.

Fury le contó lo que hizo su padre, lo que pasó a los padres de Steve y el porque él había elegido la venganza.

Natasha sufrió un aborto espontáneo, casi pierde al bebé pero fue atendida a tiempo.

Pasaron los meses y James nació, era un bebé fuerte y saludable; dolorosamente, había salido igual a Steve, su cabello rubio, sus ojos azules, su sonrisa, tenía todo de él.

Ese mismo año, el primer hijo de Clint había nacido y se sentía muy feliz.

Natasha salió adelante con su hijo, pero nada volvió a ser lo mismo con su padre.

Sentía confusión y rabia, no le había dicho nada. Pero aún así seguía enviándole flores a él y a su madre, sin embargo no se quedaba con ellos, no como antes.

Ahora que James ya estaba más grande se empezaba a notar su verdadera personalidad. Era un líder nato, era muy inteligente y hábil con todo. Pero también era muy amable y humilde con todos.

Era muy celoso, y eso lo hizo notar a los dos años, cuando Natasha había ido a comprar algunas cosas al supermercado. James había observado como los hombres miraban a su madre.

Uno de ellos se había acercado a coquetear y allí fue donde actuó. El hombre había intentado acariciarle la mejilla a Natasha y James quien estaba recargado en su hombro; le mordió con sus pequeños dientes que acababan de salir.

Una anécdota que Natasha de seguro le contaría a James cuando estuviera más adulto.

No se sabía nada de Steve, decían que había muerto pero Natasha no lo sentía así. No había intentado salir con hombres por obvias razones.

Ella era una guerrera y no dejaría a su hijo de lado. Por nada ni por nadie.

El intruso - RomanogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora