El intruso - Romanogers

¿Eres tú?

Lo vió.

Estaba segura de que lo había visto.

Estaba parado mirándolos, a ella y a su hijo, antes de que una explosión se oyera al lado de donde estaban. Sintió como la mano de su hijo desaparecía y su cuerpo era empujado por la fuerza de la explosión.

Cuando ya estaba en sus cinco sentidos, se ubicó tirada a unos metros de donde había estado antes, no veía a James en ninguna parte.

Se levantó a duras penas y empezó a llamarlo, iba a empezar a llorar cuando una fuerte mano se envolvió en su garganta y apretó.

_Avanza- dijo la voz, Natasha logró caminar hacia la tienda donde había sido la explosión, todo estaba en llamas. Pensó que la arrojaría allí, pero la mano la guió hacia la tienda que estaba al lado de esta.

Adentro había joyas y diamantes, algunas estaban dispersadas por el suelo, había gente allí, mujeres, ancianos y hasta niños inocentes que tuvieron la mala suerte de estar en el lugar equivocado.

Entre los niños divisó a James, estaba llorando y tiritando, intentó soltarse de la mano que la sostenía pero lo que logró fue  un golpe en la nuca que la botó al suelo.

_¡Mamá!- escuchó a James gritar y sintió sus bracitos envolverla.

Unos tipos la sujetaron de los brazos y arrastraron hacia una esquina.

_James- susurró buscándolo.

_Aquí estoy mami- se acurrucó junto a ella para encontrar seguridad.

No se cuanto tiempo había pasado, se empezaron a escuchar sirenas de las patrullas acercándose, los rehenes permanecían juntos.

_¡Salgan! ¡Es la policía!- se escuchó un voz desde afuera.

Uno de los tipos cogió del cabello a una mujer de mediana edad y la puso frente a la puerta.

_¡La mato!- gritó, apuntándole con un arma en la cabeza.

_¡Baja el arma!- gritó un oficial.

_¡La voy a matar si es que intentan algo!- apretó más el arma en la cabeza de la pobre mujer que sollozaba desconsoladamente.

El tipo volvió a meter a la mujer dentro y cerró las rejas de la tienda.

_Mami..- llamó James- Quiero irme a casa.

_Vamos a ir a casa, no te preocupes ¿Si?- le intentó tranquilizar, aunque no estaba segura de que eso podría pasar.

                        *****
Anocheció, y todo estaba a oscuras, aún las patrullas seguían afuera y alguno rehenes se habían dormido incluido mi pequeño James.

No podía permitir que pasase algo.

Los ladrones hablaban a un lado, no tan lejos de ellos, al parecer querían escapar durante la madrugada mientras nadie estaba alerta.

Lentamente Natasha dejó el cuerpito de James en una esquina, acurrucado junto a una pareja de ancianos.

Se arrastró hacia las ventanas que estaban siendo bloqueadas por unas tablas, con cuidado movió una de ellas y observó hacia fuera.

Los oficiales seguían allí, unos hablaban mediante radios y los demás vigilaban, volvió a dejar la tabla en su lugar  y regresó a su sitio.

Aún conservaba sus habilidades como ex-agente, aún seguía siendo Natasha Romanoff y debía proteger a su hijo.

Pensó y pensó, los ladrones eran como cinco, podría noquearlos pero no tenía armas, además de que había civiles alrededor. La tienda era grande pero no lo suficiente como para apartar a los tipos de los rehenes.

Esperó y al fijarme de que ya eran las 3:00 a.m, se movió lentamente hacia uno de ellos, que estaba semidormido y lentamente le quitó su arma y la intercambió por un pedazo de madera del mismo peso.

El arma lo guardó entre unos escombros, cuando giró vió que una niña la observaba junto a su madre, puso su dedo índice sobre sus labios como señal de que deberían hacer silencio.

De repente, una voz se oye.

_¡Habla la policía!- gritaron, los rehenes se despertaron y los tipos se acercaron a las ventanas.

_¿¡Qué quieren?!- respondieron.

_¡Dejen libre a los civiles!

_¿O qué?

Se oyeron unos pasos.

_¡Vamos a entrar!- y golpearon la reja, uno o dos golpes y la reja salió volando.

_¿¡Pero qué?!- los ladrones retrocedieron y empezaron a disparar.

Se empezó a oír gritos y exclamaciones, Natasha asustada empezó a buscar a James y lo encontró  llorando junto a los ancianos.

Se arrastró hacia ellos, pero alguien cogió a James y lo arrastró junto a él, los ancianos intentaron impedirlo pero de un disparo los mató a ambos.

Natasha soltó un grito y se paró como pudo.

_¡James!- gritó al verlo con un arma en su cabecita.

_¡Alto o mato al niño!

Los policías dejaron de disparar y apuntaron al hombre.

_¡No!-  Natasha estaba desesperada.

_Ma-mamá- sollozaba su pequeño.

_¡Suelta al niño!

El tipo estaba llorando, todos los demás estaban muertos y solo quedaba él, sabía que era su fin.

_¡Atrás!- empezó a caminar con James hacia la puerta-¡Lo voy a matar!

Cuando estuvo junto a la puerta, corrió hacia los escombros donde había escondido el arma.

Natasha apuntó a la cabeza del bastardo que quería dañar a su bebé y se oyó como sacaba el seguro al arma.

Un disparo sonó.

_¡James!