La rutina se estableció de manera ordenada, las horas de visita se respetaron para cada familiar y en general todo fluía a la perfección.
Hasta que Kotoko comenzó a sangrar. Una hemorragia uterina.
Los temores del médico de cabecera de Kotoko se habían confirmado. El bebé que él y ella concibieron no logró tolerar toda la carga química que implicaba el tratamiento de la madre.
Para Noriko enterarse fue un duro golpe al igual que para Shigeki y Shigeo . Penaban por su nieto no nato pero el doctor fue claro en decirles que en el estado actual de Kotoko no era un embarazo viable, y aunque dolió todos lo entendieron.
Aún así la tristeza persistía en el ambiente, entre todos y por desicion unánime decidieron no poner en conocimiento de Kotoko esa terrible noticia si llegaba a ponerse bien. Todos suponían que el estado de ánimo de alguien era importante para recuperarse y en alguien tan sensible como ella una noticia así podría acabarla.
Controlar el sangrado fue difícil así que tuvo que entrar a procedimiento quirúrgico con alto riesgo de complicación por el estado de su sistema inmunológico. Así que directo del procedimiento pasó nuevamente a cuidados intensivos con la ya normal restricción de visitas.
A toda la familia se le notaban las expresiones de preocupación y Naoki sentía la presión de la ausencia de Kotoko volviéndose cada vez más pesada y a medida que pasaban los días todos siguieron siendo afectados, como si la alegria se hubiera esfumado y era en esos miembros cuando Naoki se percataba de cómo Kotoko logró meterse en el corazón de todos, incluso en el de Yuuki, para quien aún de lejos era evidente la preocupación.
Por su parte, para Yuuki resultaba aterrador el modo en que las facciones de su hermano se hallaban deformadas por aquel gesto adusto que no sabía cómo interpretar como algo más que preocupación. Pensaba que si de eso se trataba enamorarse y tener al objeto de su interes a pocos pasos de la muerte, no quería experimentarlo nunca.
Naoki tampoco tenía a la medicina para escabullirse ahora, a medida que el estado de Kotoko empeoró su jefe le dijo que no volviera por lo pronto, era un hombre de familia y consideraba que él debía estar con sus allegados en ese momento difícil. Lo respetaba pero ahora no podía alejar su mente de Kotoko y en el fondo no quería hacerlo.
Quería ser la primera persona que ella viera al momento de despertar .
–Kotoko– la llamaba diariamente desde la distancia que le permitía el nuevo aislamiento impuesto peor ella seguía sin responder– te necesito–
Eso lo confesaba ahora sin pena ni gloria porque no podía seguirlo ocultando y porque no ganaría nada haciéndolo. Que más pretendía ocultar en ese momento?
La quería de vuelta. No podía dejar salir todas sus emociones pero sabía que ellas lo estaban ahogando y que al encontrarse su familia casi que en su mismo estado no tenía donde desahogarlas sino ahí, al lado de ella, a quien nunca quiso abrirse del todo y quien en ese momento era la receptora de todo su dolor. No podía escucharlo cuando muchas veces estuvo más que dispuesta. Maldito el karma, hasta ese momento dudó de su existencia.
Durante toda su vida escolar no fue nada más que un miserable rechazando a Kotoko en toda oportunidad.
Solo en ese momento pensaba en cómo serían diferentes las cosas si hubiera hecho caso a Kotoko desde ese tiempo. Se recostó en el mueble de la sala de espera y cerró los ojos con cansancio y por primera vez en mucho tiempo se dejó llevar del sueño.
No recordaba exactamente como empezó solo sabía que era un poco más joven y acaba de ingresar a la secundaria. Estaba caminando hacia el nuevo edificio, camino en el cual muchas chicas se le atravesaron pero él pasaba de ellas, ninguna era lo suficientemente inteligente para mantener una conversación y no quería esforzarse en ser educado. Que fueran y consiguieran a quien más molestar.
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No a Las Emociones (Una historia de Itazura Na Kiss)
RomanceNaoki debe enfrentarse a algo que no puede controlar... La vida y la muerte... ¿Logrará descubrir su interior?