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-¿Perdón? Creo que no entendí bien – dijo el señor Aihara mirando a su hija como si hubiera enloquecido y tenía motivos, después de todo lo único que había querido durante toda su vida era estar casada con el hijo de Iri-Chan pero ahora, al mirarla de cerca y escuchar lo que estaba diciendo el señor Aihara comenzó a dudar de la salud mental de su hija.
–Kotoko, no comprendo realmente...–
–No es tan difícil de comprender padre, entendí que para Irie-kun este matrimonio nunca tuvo sentido y a la larga y haciendo una recopilación de mis propias acciones me di cuenta de que tampoco lo tenía para mi– la joven miró a su padre a los ojos.–Yo se que aprecias mucho a Irie-sama y que de alguna manera también te viste influenciado por mis deseos incontrolables de ser la esposa de Irie-kun pero debiste poner un límite. Yo me excedí y el resultado final es lo que ves ahora. Irie-Kun no me ama y yo ya no se lo que siento por él. Para mi es muy difícil saber en qué piensa y si de verdad quería casarse conmigo o solo fue un capricho a salvar una vez que vio la posibilidad de que Kin-Chan y yo llegáramos a casarnos. Padre, estoy intentando retomar las riendas de mi vida a algo más que solo la esposa del Doctor Irie. La pegajosa esposa que siempre anda detrás de su marido rogando por un poco de atención–
Observó mientras su padre asimilaba sus palabras, aún en ese momento dudaba que él la apoyara porque, aunque sabía que su padre la amaba seguía siendo un tradicionalista y su divorcio podría acarrear una vergüenza que su padre podía no estar dispuesto a cargar. La mitad de ella esperaba que fuera así y si pasaba lo entendería totalmente, así que aguardó en silencio a que su padre emitiera su respuesta final. Internamente estaba preparando su corazón para el golpe final. Aunque la respuesta de su padre no llegó.
A cambio sintió como era abrazada por este y como después de un largo momento se separaba y la miraba.
-Tienes razón, aprecio mucho a Irie-chan, como si fuera mi hermano, pero no puedo sacrificar la felicidad de mi hija. Es cierto que antes no te presioné, pero fue por el mismo motivo que ahora te digo esto. Yo solo quiero que seas feliz y estoy seguro de que tu madre pensaría lo mismo. Sin importar lo que pase, saldremos adelante -
Por un momento el mundo de Kotoko giró un poco, suponía que era el alivio el que daba la sensación de mareo, pero luego las ganas de llorar se interpusieron y abrazó a su padre nuevamente pidiendo disculpas por ser tan díscola y haberle traído tantos problemas y dolor de cabeza.
Su padre le dijo que buscaría entre los clientes que conocía del restaurante, ya que alguno seguramente dejó su tarjeta de presentación en el restaurante. Kotoko le dijo que dispusiera del dinero que ella tenía en su cuenta de lo que pudo ahorrar mientras trabajaba como enfermera. Una vez quedó planeado su padre se retiró de la clínica al turno del restaurante y Kotoko quedó nuevamente sola en su habitación rogando porque todo aquello que estaba llevando a cabo saliera a pedir de boca, o por lo menos no afectara negativamente su futuro.
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-Muchas gracias por sus valiosos aportes y asistencia, esperamos poder contar con ustedes en nuestros próximos eventos- decía el veterano doctor Mamiya, mientras todos los asistentes al auditorio aplaudían incesantemente. Finalmente el simposio había llegado a su fin y todos los médicos podían retornar a sus ciudades de origen.
Naoki se encontraba ansioso por regresar. Los últimos días y las últimas llamadas que hizo a casa había una tonalidad extraña en todo aquel con quien hablaba, que se limitó a su madre y a Yuuki. Por algún motivo el señor Aihara no contestaba sus llamadas y esperaba poder achacar a que se encontraba ocupado con sus múltiples tareas en el jardín. Su mamá se mostraba evasiva con las preguntas sobre su esposa que le hacía y cuando llamaba a sus colegas médicos insistían en que era poco ético dar información a familiares vía telefónica.
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No a Las Emociones (Una historia de Itazura Na Kiss)
RomanceNaoki debe enfrentarse a algo que no puede controlar... La vida y la muerte... ¿Logrará descubrir su interior?