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- Debías cuidar a Kotoko, ¿era mucho pedir? - preguntaba su madre bastante alterada mientras Naoki la escuchaba indiferente. - Ahora son las ocho de la noche y no sabemos donde está, y no podemos comunicarnos al restaurante de su padre porque no va a contestar por estar trabajando ¿Qué le vamos a decir cuando nos pregunte?-
No quería mostrarse aprehensivo pero si estaba preocupado, después de salir de la escuela ni siquiera esperó a que la chica saliera para hacerle el gesto de que lo siguiera para volver a casa, simplemente se devolvió él solo pensando en que si ella no quería venir a la escuela con él tampoco querría irse.
Asi que a las cuatro volvió, soportó la perorata de su madre y se fue a leer algo para distraerse, pero, cuando a las siete de la noche su madre vino a decirle que Aihara no aparecia prefirió guardarse muy mucho su opinión y , contrario a lo pensado, soportar la cantaleta de su madre sobre él cerciorándose del bienestar de esa chiquilla, ahora tenía a su madre con el Buda en la boca y a él pensando realmente si algo pudo pasarle en la calle.
Siguiendo los mandamientos de su madre se puso su chaqueta y decidió desandar el camino hacia la escuela esperando encontrarla por ahí solo para que su mamá dejara de producirle dolor de cabeza, lo cual dudaba que llegara a pasar.
Caminó durante mucho tiempo hasta que llegó a la esquina de la manzana donde estaba la escuela y fue cuando la vio. Y no estaba sola.
Había un chico con ella, se hallaban en una banca de parque hablando animadamente y ella parecía no darse cuenta de que eran casi las nueve de la noche. Se escondió detrás de la pared cual vieja chismosa y como no circulaban casi carros o personas por el lugar escuchó perfectamente que hablaban de la naturaleza, particularmente de los gatitos.
El chico la escuchaba con atención y al mirarlo mas de cerca se dio cuenta de que no se trataba de Kinnosuke sino de alguien mas.
Otro chico.
Como nunca se fijó realmente en ella para Naoki era difícil creer que un chico diferente a ese tonto de Ikezawa posara sus ojos en alguien tan despistado, falto de gracia e impertinente como Aihara pero ahí estaba. Quizá ella no se daba cuenta pero él, que había leído sobre anatomía y comportamiento humano sabía que el chico no quería solamente escucharla.
Sonriendo con malicia se preguntó qué pensaría Ikezawa si llegaba a darse cuenta de que otro chico estaba detrás de su Kotoko-chan.
Luego borró su sonrisa y caminó hacia ella dispuesto a reclamarle por haber tenido que soportar a su madre y sus mordaces comentarios.
- Seguramente no eres consciente de la hora, pero al menos por respeto a mi madre deberías avisar que llegarás tarde - fue su propia frase introductoria.
- ¡¿Irie-kun?! - dijo la chica poniéndose rápidamente de pie y mirando al que estaba sentado en la banca - ¿Qué hora es? - dijo mirando su propio móvil y llevándose la mano derecha a la boca con sorpresa - ¡Oh, no! Lo siento mucho, no sabia que era tan tarde - hizo una reverencia hacia el chico - disculpa, Toshiro-san, debo irme inmediatamente -
La verdad, para la joven no había medida de tiempo, había estado tan ensimismada distrayéndose con Moriko-san que se olvidó de todo, seguramente la señora Irie estaba prendida del techo preguntándose donde estaba, hizo una reverencia hacia su amigo nuevamente y salió corriendo en la otra dirección, como siempre, sin pensar en las consecuencias.
Naoki miró al chico que contemplaba la partida de Kotoko sin quitarle los ojos de encima.
Lanzandole una mirada asesina salió caminando a pasos largos alcanzando a una Aihara corriendo momentos después. Era gracioso como sus pasitos podían ser cubiertos por sus zancadas pero a esa distancia podía vigilar que nadie o nada se atravesara en su camino a casa.
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No a Las Emociones (Una historia de Itazura Na Kiss)
RomanceNaoki debe enfrentarse a algo que no puede controlar... La vida y la muerte... ¿Logrará descubrir su interior?