Capítulo 15

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¡Vaya! pensó Naoki sintiéndose nuevamente tan miserable como aquel dia. Había esperado tener tiempo cuando toda la marea y todo el miedo a perderla hubiera amainado pero por algún motivo que tenia planeado averiguar (seguramente fue alguien del hospital, ya que con su familia desde esas fechas llegaron a un acuerdo sobre ocultar la verdad hasta el momento que fuera oportuno, lo cual efectivamente, no era en ese).

- Fue una medida de emergencia, tu vida estaba en riesgo y...- las palabras se atoraron en su boca mientras pensaba que intentar justificarse era inútil, simplemente había preferido salvarla, aunque era segunda intención, de hecho siempre le confirmaron y aceptó con dolor que un embarazo en el estado de Kotoko era inviable, pero también comprendía que hacerle entender eso a ella, siendo alguien tan sensible, mujer y queriéndolo tanto, le iba a costar explicar. - Con la cantidad de medicamentos que estábamos administrándote no era posible que un bebé hubiera continuado su crecimiento normal dentro de ti - la última palabra salió en un suspiro y comprendió, como nunca antes, que eso era lo que significaba estar para el otro, aunque fuera doloroso..

Quizá, ella no lo entendiera en ese momento y le odiara, pero con el tiempo aceptaría lo que pasó como el curso natural de las cosas que no estaban destinadas a pasar. Aunque siendo la aguerrida enfermera en que se había convertido, posiblemente comprendiera todo aquello a lo que su anatomía se había negado a cooperar. Las enfermedades no conocen raza, género ni procedencia.

Finalmente ella se apartó y se lo permitió por momentos, ambos subieron al auto, y marcharon en completo silencio mientras él se preguntaba si todo aquello era la presion que sentía en su pecho y lo hacía preguntarse si, en el remoto caso de que decidiera seguir adelante con lo que tenia planeado, la respuesta de Kotoko iba a ser que si.

No quería echarse para atrás, pero tener algo remotamente festivo quizá no era lo que ella necesitaba en ese momento.

Cuando llegaron a casa ella salió sin esperar que le abriera la puerta y caminó abstraída en sus propios pensamientos sin dirigirle ni siquiera una mirada, lo que lo exasperó, lo enfadó y lo entristeció. Las cosas habían estado funcionando a las mil maravillas y de repente todo se traducía a la situación actual. Creía que había hecho avances con el corazón lastimado de Kotoko pero esto era otro nivel.

Su madre notó el ambiente tenso pero tuvo el hermoso gesto de no decir nada abiertamente aunque estaba seguro de que la tendría pronto encima de su cuello exigiendo saber el motivo por que él que salieron tan tranquilos de la casa la noche anterior y volvían esa mañana con un ánimo oscuro flotando sobre ellos y sabia que cuando le dijera el motivo también se iba a entristecer y exigiría saber quién había abierto la boca cuando el plan era decirle cuando se hallara ya completamente recuperada.

El dolor en el pecho de Naoki era de suma preocupación, sentía que no debía entrar a la habitación con ella pero aun así se dirigió hacia allí inexorablemente atraído por el deseo de confortarla así ella no deseara eso de él. Dudaba que por mentirle ella quisiera algo mas de él y eso hacía añicos sus disposiciones y deseos para con su matrimonio.

La puerta no estaba asegurada por lo que entró a lo que solía ser él espacio que compartían sintiéndose como un penoso intruso, ella estaba hecha un ovillo en la cama y los sollozos la sacudían una y otra vez mientras languidecía por el hijo no nato y no viable. No la entendía pero suponía que era una cosa característica de las madres. Lo único que pedía era que no entrara en depresión, eso sería más difícil de sobrellevar especialmente al ser ella tan vivaz y alegre por la vida.

Se sentó al lado de ella y con duda puso una mano en su hombro sintiéndose tan miserable como podía, ella no apartó la mano pero tampoco hizo ademán de subir su mirada de la almohada donde había estado escondiendo sus gritos, no tenía ni idea de cómo confortar a alguien, otra nueva cosa en la que no era bueno, como venía descubriendo seguido.

No a Las Emociones (Una historia de Itazura Na Kiss)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora