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Mientras tomaban el desayuno el Dr. Irle tuvo la satisfacción de ver como las mejillas de su esposa iban recuperando lentamente el color, lo que lo llevaba a preguntarse si estaba rememorando los apacibles momentos, a falta de una palabra mejor, que habían vivido minutos antes en sus habitaciones. Aunque habían pasado esos pocos le parecía que en el fondo de su ser queria tenerla de esa manera mucho mas tiempo. Lo cual lo llevaba a plantearse seriamente los horarios de trabajo en el hospital de Tonan.
Si, la medicina era su vida, había llegado muy lejos y tenia una gran reputación como médico de dicha institución, pero a cambio de todo ese sacrificio estuvo a pocos pasos de perder a su esposa por lo que quizá debía comenzar a pensar en dejar mas tiempo para todos ellos, especialmente para Kotoko.
Supo lo que tenia que hacer y mientras todo eso daba vueltas en su mente todos sus pensamientos volvían a ella y a lo fácil que parecía todo de ese momento en adelante. No sabía que era realmente la felicidad pero debía acercarse mucho a aquello que estaba sintiendo en ese momento.
Durante los días que siguieron se encargó personalmente o durante el tiempo que tuvo sin trabajar, de que las necesidades de ella, por mínimas que fueran, estuvieran cubiertas. Lo cual implicó un cambio para los dos, ya que nunca pasaron tanto tiempo juntos desde que se casaron.
Desde ese punto de vista Irie aprendió todo aquello que no sabia de Kotoko, desde su comida favorita hasta de qué color era el primer vestido que tuvo cuando niña. Parecía que ella era una fuente inagotable de información y todo aquello Irie lo estaba almacenando con bastante facilidad dado la inusual característica de su memoria. Aunque Kotoko quisiera ocultarlo hasta para él era obvio que se sentía complacida de estar viviendo de esa manera.
Naoki sabía que todo aquello era el principio en el cambio de la vida de ambos.
Pero había algo mas por hacer, algo que sellaría sus vidas para siempre.
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El dia de la graduación llegó en un revuelo de despedidas y el mejor vestido que usarían en sus fiestas posteriores, era sabido que para la ceremonia debían tener el uniforme elegante y ser ordenados alfabéticamente en sus sillas. Solo por ese motivo Naoki fue separado de su novia mientras ocupaba cada uno una silla. Podía notar que ella estaba nerviosa aunque sabía de antemano que su nombre estaba entre los cincuenta mejores de la promoción. Tener de novio a el chico más inteligente debía servir de algo, aunque ella se había negado en forma a aprovechar esa particular situación el no se lo permitía siempre ayudándola a estudiar y dándose cuenta de que no todo el mundo aprendía de la misma manera en que todas las escuelas. Aunque Kotoko tenía un aliciente especial del que nadie excepto ellos dia sabía la verdad es que era una estudiante de tener paciencia pero no por ello menos inteligente. Quizá era un poco perezosa con los deberes pero en las clases presenciales tenía talento innato para dar la respuesta correcta en el momento correcto.
Por turno le tocaba primero a ella levantarse por su diploma y así lo hizo dándole la oportunidad de sentirse orgulloso por ella.
Luego reclamó el de él y escuchando los aplausos de familia que hizo lo mismo con Kotoko. El Irie anterior quizá se hubiera sentido fastidiado por un apoyo tan evidente cuando era lógico que se graduara con honores y como el mejor de la promoción. Pero estar con ella seguía cambiándole la perspectiva de tantas cosas que antes daba por sentado y que quería valorar por eso les dirigió una mirada afirmativa y volvió a su sitio. Esa noche era tan buena como cualquier otra para hacer oficial su noviazgo ante la familia de ambos y teniendo en cuenta que les había costado demasiado contenerse ante ellos. Quizá la ocasión festiva minimizara el efecto en su madre aunque ese fuera uno de sus más encarnizados deseos, el hecho de verlos juntos.
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No a Las Emociones (Una historia de Itazura Na Kiss)
RomanceNaoki debe enfrentarse a algo que no puede controlar... La vida y la muerte... ¿Logrará descubrir su interior?