Atrapado.

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El reloj marcaba las diez de la noche, el silencio en la ciudad de Gotham se presentía en cualquier lugar. Pero el sonido de una explosión en el Banco principal de la ciudad se hizo presente, alterando la alarma de asalto. Después de sonar por veinte segundos, un auto negro se acercaba al banco a gran velocidad. Dentro del banco se encontraban 5 hombres, de los cuales 4 trabajaban rápidamente sacando el dinero que estaba a su alcance, mientras que el quinto, con su vestimenta bicolor, se hacía presente con una metralleta en mano y en otra lanzaba una moneda al aire, repetidas veces.

- ¡Apresúrense! – grito el hombre con desesperación. – No falta mucho tiempo para que el murciélago haga su aparición.

- Lo hacemos tan rápido como podemos – se quejó uno de ellos.

- ¡Tomen ahora lo que tienen y larguémonos de aquí! – dio la orden, siendo el primero en apartarse del lugar, buscando la salida.

Los otros cuatro hombres se apresuraron en ir detrás de su líder, pero a dos metros de distancia de él, lograron apreciar una sombra muy conocida, tomando rumbos distintos se separaron.

- ¿Vas a algún lado, Harvey? – preguntó con seriedad Batman, quien se encontraba bajo el hueco de la pared.

- ¡Maldición! – gritó Harvey mirando sobre su hombro.

- Al parecer, te han dejado solo. Deberías contratar a personas de confianza.

- Sabes perfectamente que ese tipo de personas ya no se encuentran en libertad, te tomaste la molestia de perseguirlos y joderles la vida.

- Ellos mismos se joden la vida, no cargo con la responsabilidad de sus decisiones.

- Y ¿Crees que, lo que soy es una decisión mía? – preguntó regresando la mirada. – Tú me hiciste esto Batman, y es algo que nunca te perdonaré. – dijo girando un poco más su rostro, haciendo que el alumbrado público se pudiera contemplar su rostro completo.

- Sabes perfectamente que trataba de salvarte.

- Salvarme de que, ¿eh? Hasta donde recuerdo yo nunca te pedí ayuda.

- No tenías que involucrarte con... - calló.

- ¿Por qué no terminas la frase? Supongo que sabes perfectamente a lo que me iba a involucrar.

- Pero eso ya quedó atrás, pudiste rehabilitarte, volver a tener la vida que tenías antes, ¿por qué ahora haces esto? Tu realmente no necesitas del dinero.

- Tienes razón, no lo necesito. Pero me complace saber que, te arruino las noches. Así comprenderás mejor lo que yo paso cuando las mujeres me rechazan por mi apariencia física.

- Harvey... - susurró.

- Aun que eh de admitir... - comenzó a caminar hacia donde se encontraba Batman. – Aun no encuentro mi equilibrio de en donde estar, sé que ahora, me llevaras preso al Asilo de Arkham. Realmente me gustaría que no me llevarás allá.

- Yo no tengo esa decisión, sabes perfectamente que no puedes estar en la cárcel..., la última vez que estuviste dentro, mataste a cinco hombres.

- ¿Acaso ellos no se merecían la muerte? También han cometido crímenes como yo.

- ¿Y tú mereces morir?

Entre los dos hombres se presenció un gran silencio incómodo. Ambos se miraron por varios minutos, Batman contemplaba el rostro de su amigo, recordando aquel accidente que lo llevó a quedar así.

- Debemos irnos. – rompió el silencio Batman, sacando unas esposas, se las colocó a Harvey.

- De acuerdo, - dejó caer el arma - aunque no me preocupo, en menos de un mes quedaré nuevamente en libertad y este suceso se seguirá repitiendo hasta que uno de los dos se dé por vencido.

- No tengo problema con siempre encontrarte. – indicó Batman, tomando el hombro de Harvey llevándolo al auto negro.

- Creí que esperarías a la policía.

- Al parecer algo más sucedió, además Gordon me encargo que me ocupara de ti personalmente.

- Qué tontería.

Subieron al auto, y en velocidad rápida, Batman se dirigió hacia el psiquiátrico. Durante el camino, Harvey no paraba de lanzar su moneda al aire, atrapándola con la otra mano, invertía el movimiento cada vez que podía.

- ¿Qué haces? – preguntó el oscuro sin apartar la vista del camino.

- No sabes cómo es vivir allá dentro.

- ¿De dónde?

- A donde me llevas. – suspiró – Para ti, es fácil hacer ese "trabajo" ya que nunca has estado ahí.

- ¿A qué te refieres?

- En verdad crees que ¿nos gusta escaparnos?, ¿Crees que es un pasatiempo burlarnos de la seguridad e irnos? No te has puesto a pensar que... tal vez ¿en realidad nos dejan "salir" ?, ¿porque a ellos tampoco les gusta estar allí?

- Yo no sé qué es lo que hagan o no hagan allá dentro. Yo soló obedezco las ordenes de dejarlos en ese lugar.

- Deberías pasar una noche con nosotros Batman, tal vez tú también requieras estar ahí adentro. – lanzó la moneda – tal vez... realmente ese es tu lugar...

Llegaron a la puerta principal, la reja mostraba el nombre en grande del centro psiquiátrico. Disminuyendo un poco la velocidad, se acercó a la entrada de la Penitenciaria, quien un guardia de seguridad ya los esperaba.

Bajando del automóvil, ayudó a Harvey a salir de ahí, acercándose al guardia.

- ¡Vaya! Pero si es el guardia Bolton, hace tiempo no lo veía por aquí. – dijo irónico Harvey mirándolo con desprecio. – Aun recuerdo lo que me hiso. – en un total cambio de voz, giró el rostro, haciendo notar su parte masacrada. – Ya volví.

- Sabía que no duraría mucho tiempo fuera. – replicó el guardia con enojo. – Me alegra volver a verlo señor Dent.

Otros dos guardias se apresuraron a tomar a Harvey de los brazos y meterlo al edificio.

- Noto que hay pocos guardias por aquí. – indicó Batman.

- Lo que sucede, es que hace media hora, el Joker intentó matar a uno de los doctores, o eso creemos, así que le llamamos al jefe de policía para que nos apoyara en el caso, y requirieron a más de una docena de guardias. Pero no se preocupe, pronto se estabilizará el lugar.

- De acuerdo. Solo una pregunta más. ¿En qué horario es la hora de visita?

El guardia miró a Batman con curiosidad.

Después de varios minutos, Batman salió de allí en su auto oscuro, dirigiéndose a la mansión Wayne. Durante el camino no dejaba de pensar en las palabras de Harvey así como en la manera de como lanzaba la moneda al aire.

Entró a la mansión quitándose la máscara, ignorando el saludo de su mayordomo se dirigió a la computadora más cercana a él, tecleando con rapidez, abrió varias ventanas con un mismo tema: "Psiquiátrico de Arkham".

...

Los Renglones Torcidos de Dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora