Los Dent.

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Bruce se apresuró a caminar detrás de John, pero por más que no quería llamar la atención de Harvey, no logró alcanzarlo. Mientras que John, guardaba la navaja en su pantalón llegó hasta Harvey.

- ¡Hola Dent! – saludó animado aun con una sonrisa en el rostro.

- ¿Otra vez tú? – lo miró molesto.

- También me da gusto que te hayan dejado salir.

- Se suponía que esta área ya no te corresponde y aparte deberías estar lejos de mí.

Bruce llegó hasta ellos. Harvey lo notó, mirándolo por un par de segundos regresó la mirada hacia John.

- Ed me dijo que intentarían algo, creo que deberíamos apresurarnos a hacerlo antes de que se haga más tarde.

- Tenemos tiempo. – rio John. – además, queremos hacerte un par de preguntas.

- Pues habla de una vez, payaso.

- ¡Oh espera! – dijo mirando a otro lado. – Creo que no eran preguntas. – metió su mano en el pantalón. - ¡Ya! Las eh olvidado, en fin, no tienen importancia. – dijo sacando la navaja y en un movimiento rápido la clavo en la pierna de Harvey.

- ¡Haaaa! – gritó Harvey de dolor. - ¡Serás idiota! – trató de levantarse, colocando sus manos en su pierna, veía como un chorro de sangre comenzaba a brotar.

- ¡Bueno! ¡Por fin! ¡¿Estabas avisado por Nygma o no?! – preguntó molesto John. – Es que ahora con sus nuevas claves uno nunca sabe. – tomó la navaja sacándola de un solo movimiento de la pierna de Harvey.

Bruce se impresionó al ver la escena, algo dentro de él quería ir a ayudar a Harvey, pero, al notar la mirada de satisfacción de John, sentía que era mejor tomar su distancia y no involucrarse demasiado.

- ¿Crees que un corte me detendrá? – dijo desafiante Harvey. – Necesitas más de eso para que caiga. – lanzó su puño hacia el rostro de John, haciéndole tambalearse un poco.

- ¡Perfecto! – se animó John reponiendo su postura. – Ya empieza lo divertido. – sonrió.

Con la navaja en mano, mirada fija en Harvey, John estaba dispuesto a tener una pelea contra él. Bruce miraba con atención la escena. Harvey retiró sus manos de la pierna, ignorando la sangre que salía de su pierna, miraba fijamente a John.

- No sabía que aun seguías molesto con lo de Edward. – dijo Harvey.

- Hay tantas cosas que me hizo Nygma que, no sé a cuál de todas te refieres.

- Supongo que ya le contaste a Bruce lo que realmente me pasó.

- No, y no lo sabrá.

Comenzaron a susurrar, confundiendo un poco a Bruce, no le dieron más importancia al pelinegro que se encontraba mirando la escena con atención.

- No lo debiste haber metido en todo esto.

- No fui yo quien le pidió ayuda para sobrevivir en el asilo. – intentó burlarse John. – Supongo que Nygma también tiene un límite de protegerte.

- ¿Entonces ya no te protegió a ti? – preguntó Harvey sacando de su pantalón una moneda. – O eras tan idiota que los guardias te apaleaban cada vez que te descubrían.

- Alguien me delataba. – trató de defenderse John.

- No lo sé, eso no fue lo que escuché de los pasillos, muchas personas te vieron.

Los Renglones Torcidos de Dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora