Un guardia golpeó la puerta de habitación de Bruce, haciendo que éste saltada de la cama del susto.
- Tiene visita, Wayne. - indicó el guardia desde afuera.
- Si. - respondió Bruce caminando hacia la puerta.
El guardia no tardó en abrir la puerta, esposar a Bruce y encaminarlo a la sala de visitas. Bruce abrió más los ojos al notar a su visitante.
- ¡Alfred! - se emocionó al verlo.
Obligándolo a sentarse, amarraron a Bruce a la silla.
- Media hora. - indicó el guardia saliendo de allí.
- Buen día señor. - saludó el mayordomo.
- ¿Qué heces aquí? No me digas que ya pasaron los tres meses.
- Me temo que así es señor. Y traje lo que me pidió.
- ¡Perfecto!
- ¿Aún cree que es buena idea seguir con esto?
- Si, ya logré obtener la confianza de al menos 4 personas importantes para Batman. No dejaré esta labor a medias.
- ¿Pero no es arriesgado?
- ¿A qué te refieres?
- Terminará como ellos.
- Claro que no. Sabes bien mi posición y mi compromiso. No dejaré que ellos entren a mi mente, sin antes yo lo haga hacia ellos.
- De acuerdo. Vendré nuevamente a visitarlo dentro de seis meses. - dijo el mayordomo entregándole un pequeño kit.
Guardándolo bajo su ropa interior, se despidió de su amigo con una sonrisa en el rostro.
Llegando nuevamente a su habitación, inspeccionó el kit. Un móvil, hilo grueso y una navaja se encontraban en la pequeña maleta. Un par de toquidos en la puerta, sobresaltó a Bruce, tomando el móvil, guardó lo demás bajo su cama.
- ¡Soy yo, Brucie! - gritaron del otro lado de la puerta.
- ¿John? - Bruce se apresuró a abrir la puerta.
- ¿Adivina qué? - dijo entrando a la habitación.
- ¿Qué sucede?
- Hoy es mi cumpleaños. - dijo sonriendo. - ¿Verdad que es hermoso este día?
- Tu... ¿cumpleaños? - lo miró confundido.
- Naaah. - se burló sentándose sobre la cama. - ¡Oh pero mira! - dijo viendo la mano de Bruce. - ¿Haz echo un regalo para mí?
Bruce miró su mano, mostrando el móvil.
- ¿Sabías que no está permitido el uso de teléfonos aquí dentro? - preguntó John
- Lo sé, pero lo necesito... ¿dirás que lo tengo? - preguntó desanimado Bruce.
- No suelo delatar a mis amigos. - rio. - Además, yo tengo también el mío... - cruzó sus dedos acercando sus manos a su pecho, se sobresaltó. - ¡Tengo una idea! - dijo feliz. - ¡Intercambiemos números!
- ¿Qué?
- ¡Así Brucie me llamará cuando tenga pesadillas, y el pequeño John vendrá corriendo a consolarlo! - dijo entre suspiros.
- Bueno...
- Ándale Brucie, me gustaría que nos mensajeáramos todos los días y llamarnos en las noches.
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Los Renglones Torcidos de Dios.
FanfictionBruce Wayne decide entrar al Centro psiquiátrico de Arkham para conocer el método de trato que hay dentro hacia los pacientes y poder ayudar a Harvey Dent. Durante el transcurso de su estancia en el asilo, conoce al Joker sin maquillaje y una person...