Un Trato Inesperado.

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*Sueño de Bruce*

Batman se dirigía sigilosamente entre los techos de los edificios hacia el museo principal, esperaba que su presencia no fuera tan notoria cuando debía saltar de edificio a edificio.

- ¿Estás seguro que tienes el mapa del museo? – preguntó inquieto Joker.

- ¡Deja de molestar payaso! – se molestó Enigma tratando de leer el pedazo de papel.

- De que te sirve tener esa cabezota si ni siquiera puedes leer un mapa.

- Si tan seguro estas de tus capacidades, inténtalo tú.

- No necesito leer eso. Con el simple hecho de entrar al museo es lo que cuenta.

Batman se apresuró a mostrarse ante ellos.

- Me temo que no será posible que entren al museo. – indicó él cayendo frente a ellos.

- ¡BATMAN! – gritaron al unísono.

- Aun no comprendo que es lo que hacen aquí. Normalmente hacen lo posible por asaltar el banco. Y saben que si roban algo del museo no lo podrán vender en ninguna otra parte.

- Bueno..., tenemos otro tipo de planes. – dijo Enigma

- ¿Cuáles?

- ¡Oh! Por favor Batsy, si te las decimos se arruinará la sorpresa. – dijo Joker acercándose a él. – Además, me evitaste la fatiga de irte a buscar... ¡Ahora! – gritó entre risas.

Otro hombre cayó sobre Batman, inyectándole un líquido oscuro.

- ¿Pero qué...? – trató de quitarse al hombre de encima.

- Entre más te muevas, más rápido el líquido viajará por tu cuerpo. – amenazó el hombre que se encontraba sobre de él. – Bienvenido a tu pesadilla. – dijo haciendo que el Joker comenzara a reír cada vez más fuerte.

- Joker... - susurró Batman. –Ayúdame... - miró al payaso.

- ¿Qué? – dejando de reír, se concentró en el oscuro, acercándose a él. – ¿El murciélago me pide ayuda? Qué curioso..., es la primera vez que te escucho decir esa palabra.

- Haré... haré lo que tú quieras... - cayó de rodillas, estaba por perder el conocimiento.

Joker lo tomó de los hombros, colocándose a la altura de Batman, trató de verlo mejor.

- ¿Qué haces payaso? – preguntó confundido el espantapájaros. – Déjalo allí, en poco tiempo quedará inconsciente.

- Ustedes adelántense. – indicó el peliverde sin dejar de ver a Batman. – Yo lo vigilaré.

- Has lo que quieras. – Enigma comenzó a caminar hacia la entrada principal del museo.

- De acuerdo. – el otro lo siguió por detrás.

Las miradas se cruzaron de ambos hombres. Joker se apresuró a sacar un líquido de su saco, buscando la jeringa que momentos anteriores le habían puesto a Batman, metió el líquido en ella.

- ¿Qué haces? – preguntó moribundo Batman.

- Es el antídoto. – dijo con una sonrisa en el rostro. – Sé que haré una estupidez, pero algo me dice que estás diciendo la verdad, y harás lo que yo te pida que me hagas.

- Joker... - susurró dejando caer su cuerpo al de su enemigo.

Sin decirse más, Joker le inyectó el líquido. Y en un par de segundos, la dosis de adrenalina llegó rápidamente al cerebro de Batman, haciendo que abriera los ojos de par en par, levantándose.

Los Renglones Torcidos de Dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora