Broma Intensiva.

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Bruce abrió lentamente los ojos. Por vez primera no había soñado con algo. Aun acostado sobre la cama, miró el techo de la habitación de la que se encontraba, su cabeza le daba vueltas, le dolía todo su cuerpo. Suspiró hondo, no había olvidado lo que sucedió con Harvey. Inclinándose sobre la cama, se percató que no se encontraba solo.

Un hombre de piel blanquizca se encontraba mirando por la ventana, con los brazos cruzados, su expresión se le veía molesto.

- ¿John? – preguntó Bruce sentándose sobre el borde de la cama.

- ...

- Creo que te debo agradecer, por lo que hiciste. – continuó Bruce tratando de no mirar a su amigo, pero le daba curiosidad el verlo, ya que antes no lo había visto enojado.

John suspiró hondo, dejando salir todo el aire por la nariz, golpeó la pared que se encontraba a un lado de la ventana, haciendo que su compañero se sobresaltara por aquella reacción.

Bruce trató de levantarse, pero un dolor inmenso se presentó en su trasero, evitándole hacer aquel movimiento.

- Aun te duele, ¿no es así? – preguntó en tono serio John.

- ... Si... - susurró Bruce, logrando desviar la mirada.

- ¿Sabes una cosa Bruce? – preguntó John bajando su brazo, aun mirando por la ventana. – A veces las personas que, dicen que quieren a otra, suelen querer a otra sin decirlo. Es como tener una doble cara en lo que dicen y en lo que hacen. Y Dent no es la excepción. ¿Sabes por qué siempre regresa a Arkham?

Bruce lo miró, sorprendido, prestaba atención a cada palabra que le decía John.

- ¿Por qué?

- Él regresa porque tiene una relación con Nygma. Ambos saben que nunca coincidirán en sus salidas, cada vez que ingresa uno de los dos, al poco tiempo sale el otro, y no se permiten estar mucho tiempo separados.

- ¿Cómo sabes eso?

- Eh estado aquí mucho tiempo, hay veces que prefiero quedarme aquí, que salir.

- Pero... Eres una buena persona John, deberías seguir viviendo, fuera de Arkham.

- ¿Para qué? – bajó la mirada – No tengo a alguien afuera esperándome. Me han quitado todo.

- John... - se levantó, apretó los dientes al sentir el dolor, pero eso no lo detuvo. – Ahora me tienes a mí, juntos saldremos de esto.

John giró para ver mejor a Bruce, acercándose a él, lo abrazó.

- Brucie... - susurró John. – No perdonaré a Dent por haberte echo daño. – dijo entre dientes.

- Yo... - abrazó con más fuerza a John. – Creí que él y yo éramos amigos.

- Ten por seguro que los amigos no se destrozan el trasero... - dijo separándose un poco de Bruce. – ¡Por cierto, Brucie! Tengo que decirte. – sonrió viendo a su amigo. – No es fácil para mí, pero..., amputaron parte de tu trasero...

- ¡¿Qué?! – Bruce lo miró sorprendido.

- Pero descuida Brucie, te eh dado un poco del mío. – comenzó a reír.

Bruce lo miró extrañado, no sabía si reír ante aquel comentario o aceptar que John realmente estaba en un estado crítico.

- Creo que debo ir a mi habitación. – dijo Bruce separándose de John, yendo hacia la puerta.

Los Renglones Torcidos de Dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora