Capítulo 7

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Capítulo 7

Al día siguiente Haruka despertó sola en la habitación. La noche anterior, después de vestirse con algo más cómodo para poder dormir, se percató que Michiru había desaparecido. Comprendió que debía ser tan difícil como lo es para ella la situación en la que se encontraban. La esperó despierta sentada en la cama, pero no apareció, por lo que en algún momento de la noche se quedó dormida.

Se puso de pie, se aseó y empezó a mirar entre la ropa que había que ponerse. No tenía idea de cuál era el protocolo y qué se supone que debía usar para poder salir de ahí. Recordó entonces que siempre vio a todas transformadas y no en su forma civil, por lo que decidió buscar su pluma de transformación. Era lo más fácil y rápido.

Salió de la habitación e intentó recordar el camino de regreso a la sala del consejo de guerra. Tal vez allí alguien podría decirle donde estaba Michiru. Caminó unos cuantos metros cuando vio a alguien venir hacia ella. Por su uniforme debía ser alguien encargado de dar servicios de limpieza o algo por el estilo, después de todo se encontraba en un palacio. La joven se paralizó un segundo al verla y se sonrojó, bajando la mirada y sonriendo tontamente. Haruka, transformada como Uranus, solo levantó la ceja en señal de extrañeza.

-Sai-Sailor Uranus... -dijo la chica haciendo una pequeña reverencia totalmente nerviosa –bu-buenos días...

-Eh... buenos días... -contestó intentando adivinar como se supone que debía comportarse. Se quedó de pie sin decir nada más y la joven levantó la mirada un poco extrañada.

-¿Está todo bien? – le preguntó extrañada.

-Si, si! –contestó presurosa. Debía irse ya si no quería que descubran lo que pasaba. –¿Sabes dónde puedo encontrar a Mich- Sailor Neptune?

-Mnnnn... -la chica pensó por unos segundos –debe estar en el salón principal junto con las demás sailors. ¿Algo más en que le pueda ayudar? –Haruka sudó frio ¿Cómo iba a preguntarle donde quedaba el salón principal? Debía buscar la forma en hacer que esa jovencita la lleve allí sin levantar sospecha. La miró y sonrió de lado, coquetamente.

-Podrías ayudarme en muchas formas, créeme... -le contestó mientras se acercaba a ella -¿Por qué no me acompañas hasta allá? Así no pierdo el placer de estar en tu compañía tan rápido... -La chica rió por lo bajo y se sonrojó, asintiendo con la cabeza. Al parecer su 'futuro yo' solía coquetear con esta chica, pues inmediatamente se puso muy cómoda al lado de ella, caminando en dirección a su destino.

La muchacha la dejó en la entrada y se despidió de ella. Cuando estaba a punto de entrar pudo escuchar a lo lejos el sonido del violín. Supo entonces que Michiru no estaba ahí dentro y empezó a seguir el sonido casi hipnótico, como el que hacen las sirenas para capturar a sus presas.

Haruka logró llegar a la torre donde estaba Michiru. Sintió el aire fresco ahí arriba incluso antes de llegar a verla. Estaba vestida igual que ayer, con un vestido blanco y casual. La rubia se quedó de pie observando cada facción que podía ver de Michiru desde donde estaba. Los ojos cerrados, el ceño levemente fruncido en señal de concentración, sus dedos deslizándose sobre las cuerdas, su mano moviéndose con agilidad y destreza. "Algunas cosas no cambian a pesar de los años" pensó. Cuando terminó la pieza Haruka aplaudió, sacándola de su ensimismamiento.

-Tan bien ejecutado como siempre –dijo acercándose a Michiru, que dejó caer sus brazos en una clara señal de cansancio. –Parece que no pudiste dormir anoche... -Michiru la miró unos segundos para luego girarse y mirar al horizonte.

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