CAPÍTULO II

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El baile


La ceremonia fue igual que todas, novio promete amor eterno, novia promete lo mismo, se dan un tierno beso y fin. Quiero pensar que mi estado de ánimo tan deprimente cambio mi perspectiva de las cosas y dio como resultado estos pensamientos tan pesimistas.
Debido a eso me siento trágicamente mal y no quiero sentirme así, apoye tanto a mi amiga Elena en todo esto y no poder disfrutarlo como yo quería es muy injusto en realidad.

No volví a cruzar palabra con el chico misterioso, en cuanto me senté en la banca principal el camino hacia el lugar que le correspondía. Con su novia.
No tuve oportunidad de darle las gracias porque no se despidió y siendo franca si se las merecía. Me ayudo sin conocerme, si no hubiese sido por el habría hecho el ridículo entrando sola o tal vez a nadie le interesaba y ni siquiera lo notarían, ¿Desde cuándo me importa eso?
Pero en mi loca cabeza alborotada debido la ausencia de Matt solo significaba una cosa, la humillación.
Así que gracias por eso, quien quiera que seas.

Voy camino hacia el salón ya con algo de retraso, deje el coche en casa de mis padres y me dirijo en taxi, no sé si esta desilusión amorosa haga que me ponga renuente un poco y beba más de lo deseado.
Solo quiero estar preparada para lo que venga y manejar no es una de ellas.

El salón esta precioso igual que como se había planeado, la decoración es inigualable, los manteles y accesorios del centro de mesa tienen tonos dorado y rojo, todo es muy elegante.
El gasto en todo esto fue descomunal, sé que para la familia de Elena y Robert esto fue un gustito más pues son de muy buena familia, yo jamás tendría el dinero para pagar algo así y si llegara a tenerlo no sé si podría gastarlo así, la idea de pagar en tratar de complacer a los invitados es lo que no me agrada, preferiría crear un lindo recuerdo solo para nosotros dos y compartirlo con las personas que no les importaría estar sentados en un sofá descolorido por el sol en una simple ceremonia al aire libre .
Pero si me preguntan cómo sería la boda de mis sueños, diría que exactamente igual a esta, aunque no estoy segura si algún día quiera hacerlo en realidad, cada vez me desilusiono más.
Los centros de mesa son unas torres de cristal llenas de agua y a los costados velas y el reflejo que causan es una vista única, en su cima unos arreglos de rosas rojas y otras tantas acomodadas como cascada de color blanco.
El salón ya está casi lleno, por suerte las mesas son enumeradas y ya tengo mi número asignado. Mesa veintiuno, junto a las demás damas.

—Hola chicas, ¿Aún no me he perdido la cena?, muero de hambre no he comido por miedo a que no me cerrara mi vestido—Digo mientras jalo una de las dos sillas disponibles para sentarme, varias risas al unísono salen de las demás chicas, algo había de cierto en lo que había dicho, pero más que eso era el no saber nada de Matt la ausencia de mi apetito.
—No aun no, estas de suerte, tanto que puedes comerte mi platillo sabes que no me opongo—Me guiña un ojo. Todas volvieron a reír ante el comentario obvio de Mia ya que es vegetariana pura.

— ¿Y Anna? — Es extraño no verla aquí, ya que además de dama, es una de mis mejores amigas. Bueno en realidad Elena y Anna son mis únicas amistades afectivas.
Anna es un tanto problemática en su vida personal y a decir verdad desde que inicio nuestra amistad trato de no enredarme tanto en sus líos por salud mental.
—Aún no ha llegado, no quiso venirse con ninguna de nosotras—Contesto una de las chicas.
—Qué extraño— Hice una mueca y le envió un mensaje de texto.
Aun no responde.
Al parecer hoy era el día de "Nadie le responda a Rebecca".

Al cabo de unos minutos Anna llega.
—Lo siento chicas, he olvidado la invitación y el grandulón de la puerta me ha negado el paso, así que el resto es historia—Bufa.

Nos tomamos varias fotografías en la mesa y en el estudio todas las damas.
Nuestros vestidos son del mismo color Esmeralda, el diseño podía ser cualquiera, así que cada una de nosotras relucimos a nuestra manera frente al fondo dorado que tenemos detrás.
Le robamos unos minutos a los recién casados para tomarnos con ellos también. Hacemos diferentes gestos y poses.

Estos serán muy lindos recuerdos.


La cena estuvo deliciosa, fueron medallones de pollo, bañados en alguna salsa extraña acompañado de verduras a vapor.
Aunque hoy en lo absoluto ha sido un buen día he intentado con todas mis fuerzas disfrutar de toda la fiesta.

Las horas siguen pasando y no puedo dejar de pensar en Matthew, casi tres horas arreglándome para él y ni siquiera me vera.
Otro largo suspiro frustrado sale por mi boca.

Un presente a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora