CAPITULO XII

8 2 2
                                    

Cine


Alcance a cerrar mis ojos por puro reflejo pero mi boca no, y ahora siento toda mi cara, parte de mi cabello y el frente de mi vestido completamente mojado, además aunque no pueda verlo mis palomitas probablemente estén volando a mí alrededor junto con mi refresco.
Maldita mala suerte que me ronda desde que inició el año.

—¡Pero a ti que demonios te sucede!, que tu mamá no te enseño a prestar atención por donde caminabas de niño— Digo mientras miro a mi vientre mojado intentando, ¿secarlo con mis manos mojadas? no sé qué estoy intentando estoy mojada y no se puede hacer nada más.

— ¡Dioos mío qué pena!, que tonto soy... lo siento discúlpame, soy un idiota.
—Si, si lo eres— Sigo aferrada intentando arreglar el desastre con mi ropa.

Mi cerebro por el coraje tardo en procesar su voz, esa voz, me quedo congelada por un momento no puede ser él, ¿verdad que no? Levanto mi vista y...

Si, si es él.

Mi corazón empieza a latir fuertemente, completamente alocado y angustiado recordando lo que sucedió hace un mes. Eso me hizo recordar también que mi periodo no tarda en llegar y espero que no sea justo hoy, que he traído mi mente igual de perdida que hace unos meses atrás.

Tapo mi rostro con una mano haciéndome la indignada con mi pulgar tocando mi cien, tratando así de tapar mi cara y pensar hacia donde huir mientras descubre que soy yo. Está intentando limpiar el desastre del piso.
Esto no puede ser cierto, no es el único cine de la ciudad ni tampoco el más común, y menos la única función. La vida no es justa.

Cuando me ve su rostro de sorpresa es inigualable, tanto que me sorprende a mí también.
—Eres... Eres... — Este asustado, podría jurar que hasta se congelo, no puede terminar la frase porque su boca no las deja salir.

—Si, a la que... —Le correspondiste ese beso, trago un nudo enorme de saliva— a esa que has salvado de cuatro desgracias, que por mala suerte acabas de convertirte tú en la tragedia, ¿qué se hace en estos casos?—Estoy intentando quitarle seriedad a esto, de otro modo en cualquier momento saldré corriendo.

—Luces tan diferente, ¿qué te hiciste? — Su rostro sigue siendo el mismo, está sorprendido, será que con la luz del cine no me veo como la última vez que me vio, y ¿ya se dio cuenta de que no soy el mejor prospecto?
—¿Lo debo de tomar como alguna clase de cumplido?—No sé cómo tomar sus palabras, es tan neutral cuando habla.
—Ss... si... luces sexi mojada... creo que es eso... ¿Por qué digo esto? ¡Carajo!... siento lo que paso que soy un estúpido—Quise reírme de su cumplido, pero al escuchar su arrepentimiento me retracte.
—No te preocupes—Intento restarle importancia con mi mano— solo fue un error... una reacción a un momento incomodo, era muy pequeño el lugar... no podía salir de ahí y me descubriera tu sabes...—El me interrumpe.
—Oh no, no que dices... no me refería eso, si no a lo que le acabo de causar a tu vestido—Maldición. Tierra ábrete. Había olvidado la pequeña escena que habíamos hecho.
Piensa, piensa, cambia de tema.
— ¡Oh dios!— Tapo esta vez mi cara con mis dos manos en señal de desesperación. —Sabes moría por ver esta película y tú... tú lo has arruinado todo y ahora ya no poder verla—Por su expresión no esperaba esa respuesta de mi parte. Me salió tan bien mi escena de dramatismo puro. Objetivo cumplido.

—Mmm... La siguiente función empieza en quince, si vienes a esa a un estamos a tiempo de irte a buscar algo a las tiendas que hay aquí a lado...sería lo menos que podría hacer por ti— Espera por una respuesta, pero no sé qué decirle —dime que sí, estoy tan apenado... lo siento mucho, que imbécil— Toca la parte detrás de su cuello con una mano y su ceja. Me alegro de que se sienta mal, el acaba de arruinar todo mi atuendo. Y toda mi vida también.

— ¿Estás seguro de eso?, no soy de gustos baratos— Claro que si lo soy, entre más pueda ahorrar en cualquier cosa referente a ropa, mejor, pero eso no tiene por qué saberlo el, merece que sufra.

—No te preocupes por eso—Le doy una sonrisa exorbitante.

Salimos del cine con las manos vacías, este chico tubo la delicadeza de recoger el desastre que hicimos, pero nada tenía salvación. Espero encontrar algo rápido, porque estoy empezando a sentir como se me está pegando al cuerpo por la azúcar del refresco.
Entramos a una boutique dos locales a lado del cine. Lo primero que miro es un vestido blanco floreado con los hombros descubiertos, esos colores en verdad no son lo mío, prefiero los colores lisos, de preferencia que sean colores obscuros y si no es así que sea solo blanco, pero este por alguna razón me llamo más la atención de lo que esperaba, predomina ese estampado en todos los lugares gracias a la primavera, reviso la talla y es S. Uso S de vez en cuando, tiendo a ser M la mayoría de las veces, pero este no se mira muy reducido. Estoy dudando con todo de medírmelo no quiero pasar una vergüenza frente a él si no me queda, y para mi desgracia es el único que hay.
Que sea lo que dios quiera.

Por favor, por favor que me quede.

Estoy mentalizando a mi cuerpo para que mágicamente reduzca una talla.

Me acompaña al probador diciendo
—Tengo que dar el visto bueno, tienes que mirarte igual de bien antes de que acabaras bañada en refresco de fresa—Toma asiento en un pequeño banco negro que hay a un lado.
—Cruza los dedos para que así sea, porque debes de saber muy bien el infierno que es ir de compras con una mujer—Me recargo en la puerta del probador.
—No te preocupes por eso ya me acostumbre—Me guiña un ojo. Acto seguido entro al pequeño cubículo y cierro la puerta.

Cuando salgo del probador no puede evitar mírame, en definitiva le gusta cómo me veo.
Siento como mi cuerpo reacciona a eso y empieza a ponerse caliente, a estas alturas mis mejillas ya han de estar rojas, trago saliva, y como no hay ningún comentario de su parte, solo esa estúpida mirada que no deja de hacer, aviento una pregunta al aire para matar con el momento.
— ¿Y tu novia?, dime por favor que no viene contigo, y no está esperándote en la sala.
—No, a ella no le gusta el género de película que vengo a ver—Tiene a una princesa por novia. Genial.
—Pues ve dando gracias a eso, porque de no ser así, tú también estarías bañado en sabrá dios que sabor de refresco. —Empieza a reírse, y ahora yo lo estoy mirándolo como él lo hacía hace un momento. Es lindo, muy lindo cuando se ríe así. Esas marcas que se hacen en sus ojos hacia abajo, nunca las había mirado tan interesantes.

—Si ella hubiese venido conmigo, te aseguro que no estaría aquí contigo... por cierto luces mejor que hace rato, ¿te llevaras ese?—Se pone de pie y cruza los brazos.
—Si estás de acuerdo si, y no te preocupes yo lo pago...— Estoy muy muy nerviosa no se ni que decir.
—Claro que no, arruine tu otro vestido, déjame compensarlo con este—Me toma del brazo y su tacto hace que retroceda un paso.
—Umm, Bien—Me hace sentir bien su gesto,  pero lo menos que quería era deber efectivo a un desconocido.

Un presente a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora