♥Capitulo 35♥ Regreso (Final)

394 33 1
                                    

Logré abrir los ojos con fuerza, logré distinguir un techo blanco, liso, definitivamente no era del palacio ya que no se usa esa estructura, ¿Estaré en un hospital fuera del palacio? Pensé... ¿Porque me sacarían?
Al mirar hacia abajo, logré distinguir que tenía otra ropa, ¿A dónde había ido mí vestido de seda caro? ¿Dónde están mis joyas?
Mí cabello... Esta violeta...
Mis manos se ven jóvenes, ¿Qué está sucediendo?
Al mirar hacia mí lado, había un chico sentado en un escritorio de pc usando un celular.
Estaba en una habitación, de la época de la que yo venía.
Probablemente estoy alucinando pensé, mí cabeza iba a explotar, así que me senté en aquella cama en la que estaba acostada.
Miré una vez más a mis alrededores y comprobé que no fuera un sueño o alucinación.

Aquel chico que estaba sentado no se había percatado de que yo estaba sentada allí atrás suyo.
Este no es un cuarto que yo reconozca.
Me quedé en shock durante unos minutos hasta que tome valor para hacer un ruido.
El se dio vuelta rápidamente y me miro.
Al verlo, casi muero de un susto pero a la vez también quedé completamente sorprendida y paralizada.
—¿Mehmed...?
Era el, era su rostro, su cuerpo, su olor, era el.
Estaba allí, sentado en frente de una PC y con ropa moderna, usando un celular.
Me miro medio sorprendido.
—Ah... ¿Perdón? No, soy Manuel, soy tu nuevo compañero de curso.
—¿Manuel? No es posible pero...
—Si, te encontré desmayada fuera de la puerta de mí casa, perdón, lamento haberte asustado.
—¿Como que... Desmayada? ¿Dónde estoy?
—Debes calmarte, lamento haberte traido, es solo que no podía dejarte allí tirada.-Dijo en tono preocupado.
—No puede ser.
—¿De qué hablas Naomi?
—Mi nombre es Kader.
—¿Como? Es que en la escuela te dicen Naomi... Qué raro -dijo con ojos curiosos
Era el, sus mismos gestos y expresiones.
—Creo que debo volver a mí casa- dije pero sin embargo no estaba segura de a donde debía volver.
—Entiendo, ¿Te acompaño?
—No te preocupes... Muchas gracias por cuidar de mí.
Me fui y al salir de aquella casa, vi y reconocí perfectamente la calle.

Las cosas seguían iguales, el viento era el mismo, pero yo no podia entender.
Trate de recordar el camino a casa, por suerte no me perdí pero mis piernas temblaban.
Al tocar el timbre de mí casa, sentía mí corazón latir intensamente, parecía explotar.
Mí madre me abrió la puerta y al verla me quedé completamente paralizada.
Comencé a llorar.
—¿Naomi? ¿Qué pasó? ¿Porque volviste tan temprano?
La abrace y estuve un buen rato así.
Entre a mí casa y solo dije que estaba así porque me había desmayado en la calle.
Al entrar estaban mis sobrinas, a las cuales me contuve también de abrazar y fui a mí habitación, tranquila como siempre, nada había cambiado.

Me tomé todo un día para pensar, caí en la conclusión de que volví a mí tiempo, todo eso que Vivi, ¿podría haber sido solo un sueño? O ¿quizás si volví al futuro?
Vivi muchísimo tiempo y al parecer tendré que vivir muchísimo tiempo más.

Luego de recomponerme, pase por aquella calle nuevamente, quizás volvería al pasado pensé, pero no sucedió, así que toque el timbre de Manuel.
—Hola... Vine a buscarte para ir a la escuela.
—Oh... Es bueno saber que te sientes mejor, vamos, justo estaba por salir.
Fuimos juntos a la escuela, todo era lo mismo pero yo estaba enamorada de Manuel, o de Mehmed mejor dicho.
Aunque él no supiera, vivimos muchísimas cosas, se que es el.

Luego de un tiempo, logré conquistar a Manuel, y nos pusimos de novios, volví a mí vida normal pero jamás podré olvidar lo que Vivi en el Palacio, extraño a mis hijos y a mis amigas, me encantaría volver a verlos algún día pero quién sabe, quizás me caso con Manuel y tengamos hijos, y esos hijos quizás sean como ellos.
Ahora sí creo que estoy completamente loca pero estoy agradecida por haber vivido todo eso.
Y además de una segunda oportunidad con mí amado.

¿Quien sabe que me espera? Al parecer la vida es así, quizás un día despierte, y este en el antiguo Egipto, o en el imperio chino.

Aveces sueño que hablo con mis hijos, que me despido, supongo que es una forma de recordarlos.
Ojalá pudiera decirles una vez más que los amo.
Pero al menos podre estar al lado de mí amado, El sultán Mehmed.

Diario de un palacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora